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noviembre 2018

Cuando detuvieron a Elba Esther Gordillo, en 2013, acusada de malversación de fondos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para su uso personal, muchos pensaron que la vida política de la maestra estaba acabada. Se equivocaron. Decía Churchill que la política era peor que la guerra, porque en la guerra te pueden matar sólo una vez, pero en política te pueden matar muchas veces. Por eso nunca hay que dar por muerto a un político, menos a uno de raza, como Elba Esther.

La sociedad mexicana nunca ha sido absolutamente abierta con la migración o, por lo menos, no con toda ella. Los lazos que se crearon con los migrantes de la república española en los años 30 o con los que llegaron escapando de las dictaduras sudamericanas y centroamericanas de los 70 y 80, han sido diferentes a los de otro tipo de migraciones, sobre todo económicas.