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Paz fallida entre obispo y narcos

Para Jorge: feliz cumpleaños

Desde 2012 son ya 21 sacerdotes asesinados en el país; seis de ellos han perdido la vida en Guerrero.

 

Tan sólo en febrero de este año, los sacerdotes Germán Muñiz García e Iván Añorve Jaimes fueron asesinados en Guerrero cuando regresaban de una fiesta con narcotraficantes; y es que la idea de que estos hombres de la Iglesia estén tan cerca de los líderes criminales para conseguir la paz ha sido fallida.

¿Recuerda usted el caso del obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien aseguró que había negociado con los narcos para que no hubiera asesinatos en la zona y que dijo que los capos eran hombres de buena voluntad?
Pues a pesar de que los dos sacerdotes que habían sido asesinados por el crimen organizado y que el propio obispo Rangel había aceptado en su momento que el padre Germán se había tomado fotografías con armas y con los delincuentes, el pasado Viernes Santo el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa se trasladó a la sierra en un helicóptero que “le consiguieron”; el objetivo: reunirse con criminales. No era la primera vez.

La reunión era para agradecerles a estas “personas de buena voluntad” por haber restablecido el servicio de luz y agua en la comunidad de Pueblo Viejo, en el municipio Heliodoro Castillo.

Mes y medio antes, el obispo había estado en esa zona de la sierra para pedirle a los criminales que restablecieran estos servicios. De acuerdo con Rangel, les explicó que, si bien era cierto que había enemigos en ese lugar, también había personas ajenas que resultaban afectadas.

Pero eso no fue todo. Aprovechando la reunión, les pidió que no hubiera más asesinatos de candidatos en Guerrero. Y es que tan sólo en este proceso electoral han sido ultimados 11 aspirantes.

Pues con todo y el encuentro entre el obispo Rangel y los narcotraficantes, no cesó la violencia; incluso se ha intensificado.

No pasó ni una semana de esa reunión, cuando la noche del jueves 5 de abril fue asesinado el director de Seguridad Pública del municipio de Chilapa, Abdón Castrejón Legideño, al igual que seis personas más en Chilapa y nueve en distintos puntos del estado. En total: 16 asesinatos en un solo día.

El obispo ha dicho que él es pastor y que tiene derecho de hablar con quien sea.
Afirma que ha sido el mediador entre los líderes de los grupos criminales que operan la entidad, ya que, según él, le piden su intervención para ponerse de acuerdo en cuanto a su “forma de trabajar”.

Pero recordemos que son muchos los grupos del crimen organizado enfrentados entre sí, particularmente en esa zona. Y ésta, sin duda, es la razón del asesinato, en febrero, de los dos sacerdotes y de decenas de personas más.

Salvador Rangel ha oficiado misa en tierra de Los Ardillos, en el municipio Quechultenango, en donde les agradeció por un báculo, un pectoral de plata y un anillo que le regalaron. Pero no podemos dejar de lado que Los Ardillos son aliados de los Guerreros Unidos, enfrentados con Los Rojos; y de ahí surgió todo el conflicto para que estos grupos desaparecieran a los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Para el vocero de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca, las reuniones del obispo Salvador Rangel con líderes del crimen organizado son para buscar la paz en la región.
Sentimiento al que se ha sumando Andrés Manuel López Obrador. Durante su gira por Monclova, Coahuila, el candidato de Morena avaló los acercamientos con los narcos para buscar la reconciliación, la paz y la tranquilidad.

En los próximos días los candidatos se reunirán a puerta cerrada con el Episcopado Mexicano para conocer cuáles son las propuestas de cada uno de ellos.

Es verdad, cualquier persona, criminal o no, tiene derecho a acudir a la iglesia. El problema es cuando estos mismos criminales sienten que los sacerdotes están del lado de un grupo o del otro; y esto, sin duda, incita más violencia.

Por lo pronto Chilapa, la tierra donde se reúne el obispo Rangel con los narcotraficantes, es uno de los municipios más violentos del país. En tan sólo cinco años el número de asesinatos, enfrentamientos y otros hechos violentos aumentó 600%. Y los asesinatos no han cesado con la cercanía de obispo a estos grupos.

Sigue la violencia

El pasado lunes el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, se reunió con integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), incluido el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel , precisamente para tratar el tema de la reunión que éste tuvo con capos del narco.

El mismo día se dio a conocer una declaración del director general de Asociaciones Religiosas de la Segob, Arturo Díaz León, quien rechazó que las autoridades federales pretendan sancionar al obispo Rangel Mendoza porque su labor “ha sido pastoral”.

Sin embargo, la violencia en el país continúa. A los 21 sacerdotes asesinados en el país desde 2012, se suma la violencia política que ha azotado la presente campaña electoral.

 

Ayer fue asesinada en Tierra Caliente de Michoacán Maribel Barajas, candidata del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a diputada por el Distrito 22 de Múgica. Según la Procuraduría del estado, el cuerpo fue encontrado en el rancho Las Flores con heridas producidas con arma punzocortante.

De acuerdo con el tercer informe de Violencia Política, presentado el martes por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), los asesinatos del crimen organizado contra aspirantes a un cargo de elección popular en el país pasaron de 67 en marzo a 78 en lo que va de abril, lo que significan 11 casos más, además de registrarse 203 ataques a actores políticos. Según el reporte, estos hechos se registraron en 29 entidades y más de 160 municipios, casi 7 por ciento de las alcaldías.