Drogas para violar
Hace unos días nos enteramos que el cantante del grupo Matute, Jorge D’Alessio, había tomado un taxi que él llamó como “seguro” afuera de un bar en la colonia Condesa, en una base ubicada frente al establecimiento.
El cantante contó que durante el trayecto, el conductor le ofreció una botella de agua. Él la aceptó y minutos después de haberle dado sólo un par de tragos comenzó a sentirse mal hasta quedarse “dormido”.
Dice que antes de perder el conocimiento, alcanzó a darse cuenta que el taxista tomó un rumbo distinto al pactado. Despertó golpeado ya que fue aventado del auto. Había sido drogado y asaltado.
Él afirma que en el hospital le fue diagnosticado que había sido intoxicado con la droga GHB, conocida también como “éxtasis líquido” (depresor del sistema nervioso central), la cual lo dejó inconsciente.
La historia de Jorge D’Alessio ha sido cuestionada por muchos, incluso por algunos expertos, pero la posibilidad de que te puedan drogar poniendo substancias en líquidos es muy factible, y pasa desde hace muchos años en gran parte de México y el extranjero.
El utilizar drogas de este tipo para robar, secuestrar y, en algunos casos, violar a víctimas, es una practica común, no sólo en la calle; también en distintos lugares se meten en bebidas sin que la persona se dé cuenta y los hacen perder la voluntad y la memoria.
El GHB es relativamente fácil de adquirir. Se utiliza en polvo y de manera líquida, por lo que esta droga puede ser utilizada en objetos tangibles como revistas, folletos, tarjetas o bebidas.
¿Qué es el GHB y sus análogos?
El ácido gamma-hidroxibutírico, ácido 4-hidroxibutanoico, ácido oxíbico o GHB es una sustancia que se produce de forma natural en pequeñas cantidades en las células del sistema nervioso central.
Tiene usos terapéuticos como medicamento para controlar los síntomas de la narcolepsia, el insomnio o la excesiva somnolencia diurna. También se utiliza para mejorar el rendimiento atlético.
Los nombres más comunes para el GHB son: Georgia Home Boy, G, Goop, Grievous Bodily Harm, Gina y Liquid Ecstasy.
Los análogos del GHB, entre los que se incluyen GBL, BD, GHV y GVL, son drogas con estructuras químicas semejantes a la del GHB.
Los efectos del GHB y sus análogos dependen de la dosis administrada. Puede provocar náuseas, vómitos, delirios, depresión, mareos, alucinaciones, convulsiones, pérdida de conciencia, amnesia; incluso un estado de coma y la muerte.
El grado de intoxicación o que incluso puede llevar a la muerte a quien lo ingiera, depende de la cantidad de droga y del peso de la persona que lo consuma. Cuando se pone en líquidos es difícil de controlar la cantidad que la victima pueda ingerir.
La mezcla de esta sustancia con alcohol es particularmente peligrosa, ya que aumenta los efectos depresivos de la droga.
Tras consumir esta sustancia, los efectos aparecen a los 10-30 minutos y duran entre 2-4 horas.
De acuerdo con la Drug Abuse Warning Network de Estados Unidos, 58 por ciento de las víctimas de GHB reportadas en las salas de emergencia, corresponden a personas entre 18 y 25 años de edad.
A esta realidad y temor nos enfrentamos cada que salimos o abordamos un taxi. No sólo es el GHB; los criminales utilizan varias sustancias como la mefedrona, rohypnol o ketamina para drogar a sus víctimas.
Este grupo de sustancias son conocidas en Europa como “Las drogas del club”, las cuales constituyen un grupo farmacológicamente heterogéneo de compuestos psicoactivos que tienden a ser objeto de abuso por parte de adolescentes en los clubes nocturnos, bares y fiestas “rave”.
El GHB está prohibido en prácticamente toda Europa y está sometido a control en España, motivo por el cual se adquiere a través de terceros países de forma clandestina a través de Internet.
Por lo pronto, en la Ciudad de México, y tras la denuncia de varias víctimas a través de las redes sociales, la Semovi inició un operativo, en conjunto con la Procuraduría capitalina, para inhibir estos delitos y ubicar a tres choferes de taxi y Uber señalados por presuntamente usar este método para drogar a sus pasajeros y asaltarlos.
De acuerdo con las autoridades, esta modalidad de robo es orquestada en complicidad con meseros, valet parking y choferes en las zonas de Polanco, Centro y Roma-Condesa.
Las investigaciones abarcan distintos operativos donde se ha reportado que operan mujeres conocidas como Las Goteras, que les dan gotas oftalmológicas a hombres y que incluso han acabado con la vida de personas, como los dos boxeadores de baja estatura, a quienes querían drogar para robarlos y por el bajo peso perdieron la vida.
Una línea de investigación establece que Las Goteras podrían enganchar a las víctimas en un bar y cuando piden transporte, les hablan a sus cómplices taxistas.
Lo cierto es que este tipo de sustancias, además de ser utilizadas por criminales para asaltar, han cobrado auge en varios países, ya que es utilizada para cometer agresiones sexuales.
Sin duda hay que estar atentos de lo que nuestros hijos adolescentes y nosotros tomamos cuando salimos. No sólo en la Ciudad de México sino en todos lados. Hay que estar particularmente atentos de nuestros vasos, porque en cualquier segundo, sin ni siquiera percatarnos, nos pueden introducir este tipo de drogas.
Situación de riesgo
Después de que se dieran a conocer al menos siete denuncias de que algunos operadores de taxis y ubers de la Ciudad de México drogan y despojan de sus pertenencias a sus pasajeros, las autoridades capitalinas implementaron un operativo para combatir estos delitos en la Glorieta de Vértiz, Polanco y la Roma-Condesa.
Según relataron las víctimas en sus denuncias ante la Procuraduría capitalina, tras tomar taxis de sitio o Uber, los choferes les ofrecieron botellas de agua, alguna bebida energética o incluso café, luego de lo cual perdieron el conocimiento, luego de lo cual aparecieron deambulando en lugares que no conocían, particularmente carreteras, desorientados, sin teléfono celular, tarjetas bancarias ni efectivo.
Tres de las siete víctimas terminaron en hospitales porque las dosis que les dieron para drogarlos fue muy fuerte y provocó que casi sufrieran un ataque al corazón. Un factor común que llama la atención de las autoridades es que parece que estos grupos seleccionan previamente a las personas que atacarán, pues los denunciantes tienen entre 30 y 40 años de edad, con poder adquisitivo, y todos salen en estado de ebriedad de cantinas y bares de las zonas identificadas.
Pero este tipo de situaciones no solamente pasan en México. En un video captado en un concierto en la Costa Azul de Francia, se aprecia a la mujer grabándose con su celular y se le ve con un vaso en una mano. En un instante, pasa tras ella un hombre que le tira una pastilla dentro de la bebida sin que ella se dé cuenta. Gracias a este material las autoridades lograron su captura.