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Se define el futuro de El Chapo

El juicio contra El Chapo Guzmán ha sido postergado en Estados Unidos una y otra vez, pero finalmente será el próximo 5 de septiembre.

 

De las muy pocas peticiones que le han sido aceptadas a la defensa de Guzmán Loera, ha sido poder aplazar el juicio hasta septiembre; pero se concedió también para que la fiscalía termine de armar el caso. Para las autoridades estadounidenses es imprescindible poder fincarle la culpabilidad de los delitos a El Chapo.

La fiscalía cuenta con al menos 300 mil páginas de documentos entre ellos cientos de fotos satelitales, correos electrónicos, videos y llamadas interceptadas que prueban que El Chapoera el mayor narcotraficante del mundo, con operaciones en cuatro continentes y que, supuestamente, habría acumulado ganancias por unos 14 mil millones de dólares a lo largo de su carrera como líder del Cártel de Sinaloa.

El Chapo está acusado de 17 cargos por su conducta criminal como jefe del Cártel de Sinaloa durante 25 años, entre enero de 1989 y septiembre de 2014, incluido el transporte de al menos 200 mil kilogramos de cocaína.

Pero lo cierto es que no se le ha podido decomisar un solo centavo. No le han podido seguir la pista al dinero.

Para este caso se espera que sean llamadas entre 800 y mil personas como potenciales integrantes del jurado; una muestra de lo complejo que será el proceso contra el capo.

Y el abogado del capo, Eduardo Balarezo, ha solicitado a la Corte cambiar la sede del juicio, de la Corte Este de Nueva York, ubicada en Brooklyn, a la Corte federal de Manhattan o al distrito Este del estado de Pensilvania.

Dice que el gigantesco despliegue de seguridad, cada vez que se tiene que trasladar de prisión a la Corte en Brooklyn, puede influir negativamente en el jurado.
Según el abogado, nunca antes se habían utilizado tales medidas de seguridad para trasladar a algún detenido.

Y es que se cierran prácticamente todas las calles aledañas, incluso el puente de Brooklyn, y la gente común, entre la cual se selecciona al jurado, percibe en estos movimientos a El Chapo Guzmán como una persona considerada por las autoridades “como un peligro extremo para la comunidad”.

Y es que a las autoridades estadounidenses les preocupa que el capo ya se haya fugado dos veces de cárceles de máxima seguridad en México.

Cada que El Chapo abandona el Metropolitan Correctional Center, se requiere una caravana de autos blindados y personal fuertemente armado.

La defensa propone mudar el juicio a la Corte del distrito Este de Pensilvania, la cual cuenta con una cárcel de alta seguridad, donde se podrían aplicar las severas medidas de reclusión impuestas y que está situada tan cerca del juzgado, que incluso se podría trasladar al capo de su celda al juzgado a través de un túnel interno.

A través de su abogado, El Chapo describe sus traslados como sus peores momentos desde la extradición, ya que lo meten a empujones en “un huevo” para llevarlo desde su celda hasta la sala de juicios.

A la defensa de El Chapo también le preocupa la decisión de mantener a los integrantes del jurado en el anonimato o de darles protección durante el juicio, ya que esto podría provocar un concepto negativo sobre Joaquín Guzmán, antes de revisar la evidencia.

Y que la fiscalía ha sido muy dura en este caso. Por ejemplo, se introdujo una moción en la que se solicita negar a la defensa que utilice como pruebas, “evidencias de buena conducta” o la entrevista que Guzmán Loera dio al actor Sean Penn, publicada en la revista Rolling Stone, en la que lo mostraban como una “figura parecida a Robin Hood”.

Y es que las autoridades temen que con estas entrevistas y series, en las que se hace apología del narco el jurado termine por tener una resolución que favorezca a Guzmán.

También, la fiscalía pretende mostrar durante el juicio los pagos de El Chapo a su abogado Eduardo Balarezo, como una prueba de la “inexplicable riqueza e ingresos susstanciales” del capo. El abogado dice que es para que nadie quiera representar a su cliente.

El Chapo tampoco ha colaborado nada en este juicio. Desde que llegó extraditado a Estados Unidos, se ha declarado inocente de liderar al Cártel de Sinaloa.

Este juicio, que implica muchísimas cosas, hasta en el plano de la relación binacional con Estados Unidos está programado para comenzar el 5 de septiembre y estaría desarrollándose en el marco de las elecciones legislativas de Estados Unidos, y durante la transición del poder en México.

Si El Chapo es hallado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.

Las cartas sobre la mesa

El 17 de abril fue la última audiencia a la que se ha presentado el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, ante la Corte de Brooklyn en Nueva York.

Daniel Balarezo, abogado de Guzmán Loera, se quejó ante el juez de que la Fiscalía estadounidense trata de cuestionar de dónde proviene el dinero con el que le pagan sus honorarios por sus servicios legales.

Y es que la Fiscalía pide que admitan como evidencias los pagos que ha realizado Guzmán Loera a sus abogados como parte del acuerdo alcanzado para cubrir los costos de su defensa legal; “evidencias que prueban la riqueza del acusado, que no ha sido explicada y sus ingresos sustanciales”, lo que considera “relevante” para establecer la vinculación de El Chapo con el narcotráfico y el lavado de dinero.

De comprobarse que estos recursos son de origen ilícito, el abogado podría convertirse en testigo del juicio contra el capo.

El juez puso como fecha límite el 18 de mayo para que los abogados de Joaquín Guzmán Loera presenten todas las pruebas necesarias para la audiencia del 5 de septiembre y así puedan proceder con una defensa acertada. También se mencionó que el 27 de agosto será la fecha en la que se tendrá la selección del jurado. Se analizarán de 30 a 40 personas cada día, de más de mil propuestas para formar parte del Comité.

 

El abogado de Joaquín Guzmán y su esposa, Emma Coronel, aseguraron que Guzmán Loera está sufriendo problemas psicológicos que pudieran obstruir su capacidad para rebatir cargos en su contra.