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Los mariachis sicarios

Este fin de semana, mientras un grupo de personas festejaba, llegaron unos sicarios disfrazados de mariachis y les dispararon.

 

Fue el pasado viernes por la noche cuando un grupo de al menos tres hombres armados, vestidos de mariachis y con los rostros cubiertos, llegaron hasta un puesto donde vendían cervezas, ubicado entre las calles República de Honduras y Callejón de la Amargura, a unos metros de la Plaza Garibaldi.

Eran aproximadamente las 21:30 horas y, sin mediar palabra, dispararon contra un grupo de personas que se encontraban en el lugar, donde quedaron al menos 60 casquillos percutidos; el ataque se realizó con armas cortas y largas.

Tras la agresión, los tres pistoleros corrieron hacia la Plaza Montero, esquina con República de Perú, donde tres motocicletas ya los esperaban, y huyeron rumbo a la colonia Guerrero.

En el lugar fallecieron tres hombres y una mujer murió más tarde, cuando era atendida. Además, se reportaron nueve personas lesionadas, entre ellas una de nacionalidad extranjera. Durante la huida, los pistoleros dispararon contra otro grupo de personas.

Éste ha sido, sin duda, un ajuste de cuentas más, de los tantos que se están dando en la Ciudad de México entre grupos rivales del narcotráfico.

Uno de los jóvenes que murió en el ataque era Ramón Ornelas, de 35 años, identificado por la Procuraduría capitalina, y con antecedentes penales por portación de arma de fuego, lesiones, robo con violencia y robo en 2002, 2003, 2004 y 2014, respectivamente.

Versiones indican que el negocio que sufrió el ataque es un punto de distribución y almacenamiento de drogas del grupo Fuerza Anti-Unión, por lo que los hombres que fueron asesinados estarían vinculados con Sergio Flores Concha, El Tortas, líder de ese grupo criminal.

De acuerdo con las autoridades capitalinas, la zona donde ocurrió el ataque es disputada por al menos tres grupos delictivos, quienes serían las responsables del incremento de la violencia en la capital.

Hace unas semanas escribíamos en este espacio, justo cuando se dio la detención de El Betito, líder de La Unión Tepito, y quien hoy se encuentra preso en un penal federal de Veracruz, que ésto seguramente se desataría más violencia entre aquellos de su grupo y sus contrarios por conservar y buscar espacios.

Y así ha sido. Sabemos que El Betito fue muy violento con sus víctimas y a raíz de esto se formó un grupo antagónico al de él, la Fuerza Anti-Unión, liderado por Sergio Flores Concha, El Tortas. Se dice que esta agrupación se formó gracias al financiamiento de empresarios, ambulantes y comerciantes de Tepito, de la zona Centro y del Eje Central, quienes estaban cansados de ser víctimas de El Betito.

Además, éste sería el único grupo que pactó con el Cártel Jalisco Nueva Generación. El Tortas estuvo preso en el Reclusorio Oriente entre abril de 2015 y marzo de 2017; ahí conoció Luis Eusebio Duque Reyes, El Duke, enlace con el CJNG.

El Tortas se asentó en Garibaldi y desde allí controla a grupos de sicarios y distribuidores de drogas.

El Cártel Nueva Generación Tepito surgió tras la aprehensión de El Betito. Este grupo criminal es responsable de varias ejecuciones en las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez, Gustavo A. Madero e Iztapalapa. Sobre su aparición, el grupo aseguró que era gente del “mismo barrio”, y que surgió para acabar con los asaltantes, secuestradores, violadores y extorsionadores que operan en la zona.

Estos grupos no sólo pelean el control del narcomenudeo. En el caso, por ejemplo, de La Unión, sabemos que controla la mayor parte de las escorts que se anuncian en páginas como “Zona Divas”. Y estos grupos han estado detrás del asesinato de varias modelos.

Además, los dueños de bares y discotecas aseguran que estos grupos les exigen el control de la puerta y el baño de sus establecimientos para vender la droga.

Y mientras tanto, el caso de los sicarios que se disfrazaron de mariachis para atacar a sus contras nos recuerda a hechos similares ocurridos en el pasado.

Francisco Rafael Arellano Félix, el mayor de los hermanos Arellano Félix, fue ejecutado el viernes 18 de octubre de 2013, en Los Cabos, Baja California Sur, durante una fiesta. Llegó un sicario disfrazado de payaso y le disparó a quemarropa.

En junio pasado, un par de sujetos se disfrazaron de trabajadores de la CFE para poder ingresar a un fraccionamiento ubicado en el número 135 de la privada de Nogal, en la colonia Hacienda del Jardín II, en Tultepec, Estado de México, para asesinar a dos personas.

Ahí mismo, en el Estado de México, en la colonia Ampliación San Pedro Xalostoc, la mañana del pasado sábado 3 de marzo, unos sujetos se disfrazaron de vendedores de flores y gelatinas para interceptar y disparar a José Carlos, de 37 años, quien trabajaba en la Fiscalía mexiquense.

Así es como los delincuentes intentan acabar con sus rivales: utilizan cualquier método con tal de lograrlo y pasar desapercibidos.

Y ése es, precisamente, el tema de la violencia que tenemos en la Ciudad de México: delincuentes intentando acabar con sus rivales para tener el control de los espacios.

Y mientas las autoridades dan golpes fuertes y detienen a los líderes, la violencia se incrementa momentáneamente.

Pero sólo así se puede llegar a controlar la seguridad en esta gran ciudad.

Violencia creciente

Hace apenas tres semanas, Araceli y su hermana Cristina abrieron su negocio de venta de micheladas, quesadillas y postres en Garibaldi. Pero la noche del viernes ambas fueron asesinadas durante la balacera (primera foto) cuyo objetivo, ahora se sabe, era matar a Jorge Flores Concha, El Tortas, líder de la organización criminal Fuerza Anti Unión.

“Apenas habían abierto, pero tener un negocio aquí es peligroso. Aquí está la mafia; en todos los negocios van a cobrar (extorsiones) “, admite un vecino consultado.

Autoridades del gabinete de seguridad confirmaron que el ataque fue responsabilidad de La Unión Tepito luego de que “recibieron el pitazo” de que el líder de la banda rival se encontraba en el establecimiento. Sin embargo, no está claro si Flores Concha estuvo en el lugar y se retiró o si fue alertado del ataque y no llegó.

 

Las autoridades confirmaron que entre las víctimas había gente cercana a El Tortas y que en el lugar había 60 casquillos.

Desde la detención de Roberto Mollado, El Betito, líder de La Unión, los ajustes de cuentas entre ambos grupos se incrementó de manera significativa. El 1 de septiembre fue secuestrada una pareja de presuntos narcomenudistas cuando circulaba por calles de la Gustavo A. Madero. El cuerpo de ella apareció al día siguiente con un tiro en la cabeza en la carretera Tláhuac-Chalco; el de él (segunda foto) fue abandonado  en un basurero en Tepito. Autoridades confirmaron que este hecho derivó en una balacera en una estética ubicada en República de Brasil, en el Centro, donde un hombre murió y tres resultaron heridos.