El del 68 fue esencialmente un movimiento constitucionalista: Ricardo Raphael
El martes se cumplieron 50 años del 2 de octubre de 1968, un día que marcó un antes y un después en la historia contemporánea de México. A medio siglo, la UNAM, el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Archivo General de la Nación (AGN), hicieron un homenaje a las víctimas e inauguraron el Monumento a la Ausencia y la colección digital “Movimiento 68, Ciudadanías en Movimiento”. Junto con Jorge Fernández Menéndez platicamos en Todo Personal con Ricardo Raphael (RR), titular del CCUT; Susana Zavala Orozco (SZO), investigadora y curadora del M68; y con Luis Vargas Santiago (LVS), del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, curador en jefe del M68.
RR: Hay distintas maneras de aproximarse a un hecho histórico, una es mirándolo como un objeto rígido; la otra, es visitando las memorias que despide y dando posibilidad a distintas interpretaciones a partir de documentos. M68 pretende ir por la segunda vía: construir, gracias a lo que podemos hoy reconstruir tantos años después, interpretaciones posibles para tratar de comprender lo que ocurrió y, de esa manera, estabilizar una verdad que no fue estable mucho tiempo, porque se ocultó o porque muchos archivos estaban fragmentados.
Pregunta: Tú has realizado una investigación notable desde hace años en archivos, incluso de EU, ¿qué encontraste?
SZO: Esta información la empezamos a armar en 2002 por la invitación de Vicente Fox, a que las dependencias desclasificaran su información para que la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado hiciera su trabajo; no todas respondieron, pero el Cisen transfirió el acervo de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) al AGN.
Pregunta: Y puedes ponerle nombre y rostro y saber cuántas personas fueron víctimas; es muy importante para hacerles justicia…
SZO: Por supuesto. Una de las encomiendas cuando me invitan era levantar un censo para darle identidad, conocer no solamente el nombre, sino las historias de las personas que sufrieron agravios en este periodo. Hicimos un compendio de todos estos archivos y colecciones a los que, a través de la plataforma M68, tendrá acceso cualquier persona con Internet. Lo más importante es el levantamiento de información muy detallada de algunas de las víctimas fatales, un seguimiento muy puntual que hicieron agentes de Gobernación o de la DFS en hospitales, en algunos casos por hora, nombre y condición de los lesionados.
Pregunta: ¿A raíz de esta información tienen contacto con familiares de las víctimas?
LVS: No se hicieron los contactos; sí tenemos direcciones, pero ésas son tareas que se quedan pendientes, el arranque de lo que se pueda hacer a futuro. También surgieron otros detalles muy minuciosos, como la trayectoria de las balas, si se hicieron a ras de suelo, si una víctima recibió más de dos proyectiles. Lo interesante es lo que se va a poder hacer con los documentos que están en la plataforma.
“El 68 fue un movimiento esencialmente constitucionalista: los muchachos querían que el país regresara a la Constitución”
Pregunta: ¿Todos esos documentos van a estar abiertos al público?, ¿no va a darse que personas bajen la información?
RR: No. La plataforma que contiene esta investigación es colaborativa, hay 46 colecciones distintas de documentos: la de la DFS, la de El Heraldo de México, la del Colegio de México, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, de algunos participantes, y las colocamos en una plataforma inteligente, que puede ser interoperable, que se va conectando…
LVS: Es una liga muy sencilla: www.m68.mx. Es consultable desde una computadora de escritorio, un celular y también en el Centro de Documentación, que inauguraremos el 19 de octubre en Tlatelolco. La UNAM le apostó a un proyecto que no se va a volver viejo, sino que va a crecer con la colaboración de más colecciones; se va a convertir en el repositorio de la memoria del México contemporáneo.
RR: Y ojo, no hablamos solo del repositorio del Movimiento del 68; es un repositorio de los movimientos sociales: la Guerra Sucia, el Archivo Eureka, el movimiento feminista, el ambientalista; nos permitirá estudiar los movimientos sociales de entonces a la fecha.
Pregunta: La Fiscalía no tuvo resultados, abrió archivos, pero es diferente tener acceso fácil a las cosas, a algo que se manejó mal…
SZO: Claro, porque la información que se ha recopilado en otras iniciativas para esclarecer estos hechos se ha quedado en algo muy parcial, o con resultados que no han sido satisfactorios, y lo importante es que todo mundo va a tener acceso y es permanente, constantemente se nutre, se autoconstruye…
Pregunta: Con la Fiscalía, una serie de documentos de la DFS, que eran de acceso público, se volvieron parte de una investigación judicial y se cerraron…
RR: Lo que pasó nos permite vacunarnos contra eso: el reporte de la Fiscalía acabó rasurado en Los Pinos; ahí vieron qué se publicaba y qué no. Luego entregó el Cisen esos archivos al AGN, pero mandaron custodios para ver cómo se entregaban, qué se censuraba. ¿Qué logramos? Le pedimos al Inai que fuese declarado Archivo Histórico de Interés Público de Libre Acceso. Esto quiere decir que ya no se puede censurar; ahora sí, quien quiera, desde donde quiera, se mete a investigar.
Pregunta: El 68 es un episodio hasta mítico, pero hay mucho por analizar…
LVS: Creo que una de las mejores salidas para no monumentalizar al 68, no convertirlo en este hito de una izquierda que hoy va a alzarse con el poder en México; es hacerlo una potencia política para el presente; eso significa cuestionarlo, que sus libertades se sigan defendiendo y buscar que lo que se peleaba entonces sean las causas con las que imputamos a la historia y que construyamos presente desde un lugar de ciudadanía activa, donde el cambio social no sucede por los partidos políticos ni por las instituciones, sino porque un grupo de personas de la sociedad civil se pone de acuerdo.
Pregunta: ¿Han encontrado algo nuevo con esta investigación?
LVS: Hay varias cosas, fotografías inéditas, nuevos datos que a lo mejor no son relevantes desde el punto de vista histórico, pero por ejemplo, las mujeres; habían sido oscurecidas del relato fundacional del 68; hoy descubrimos que tuvieron papeles relevantes. Lo que hicimos fue, colegiadamente, invitar a los mejores, pero también a los más jóvenes; en este proyecto formamos a investigadores expertos en el 68 y hoy esos chavos son una fuerza intelectual que está releyendo el 68 desde el 2018.
RR: Yo insistiría en una cosa: el 68 se había estudiado a partir de la masacre del 2 de octubre, y yo decía: “Este es un movimiento que arranca en julio, termina en diciembre, más vale verlo en su dimensión”; pero añade Luis: “Y no todo es un asunto de represión”: ahí se fraguó un México nuevo en más de un sentido. Es impensable el movimiento feminista ulterior sin comprender la participación de las líderes. Las libertades democráticas: fue un movimiento esencialmente constitucionalista: los muchachos querían que el país regresara a la Constitución, porque se estaban violando los derechos a organizarse o a expresarse. Esa transformación societal hay que rescatarla y no lo puedes hacer solamente leyendo los discursos, tienes que preguntarle a los jóvenes de a pie; ahora podemos interconectar los testimonios, tener miles de miradas. Y añades otra capa: el 68 es un movimiento global, no es solamente chilango, va más allá de la Ciudad de México; ocurre en San Francisco, Tokio, Berlín. La posibilidad de entender cómo cambian los mapas culturales a partir de los movimientos de jóvenes es vital, y eso no lo hubieran podido haber hecho hace 10 años…
Pregunta: ¿De dónde salió el recurso?…
RR: La Universidad puso un 40 por ciento, que incluye el memorial que se inauguró, el Monumento a la Ausencia, el repositorio digital y el 19 se inaugura un museo “El 68 y los Movimientos Sociales”; nos acompañó Google con una inversión importante; la Fundación Ford; Banco Santander, la CEAV; la CNDH; el INE; la verdad es que hicimos un esfuerzo bastante grande de recaudación que permite que no todo cayera en los contribuyentes…
LVS: El primer memorial se inaugura hace 10 años, ¿cómo llegamos a la conclusión de hacer un nuevo memorial? A través de un diagnóstico y estudio de públicos: los visitantes, en un 80 por ciento, eran chavos de secundaria, de prepa, y algunos de universidad. Se decide hacer un nuevo memorial, y la tecnología se vuelve esencial para comunicarle a una generación de millennials, generación Z, pensando que son las que potencialmente lo visitan…
SZO: Se duplicó el espacio, son mil 700 metros que tienen una exhibición museográfica extraordinaria, visual, muy importante; además, tanto la colección y la exposición permanente van a tener interacción con la ciudadanía. La plataforma va a contar con un buzón para que las personas puedan llevar anónimamente algún documento, fotografía, se va a poder integrar al registro.
RR: Un hombre nos dijo: “Yo fui el que arrojó la bengala y quiero contar mi testimonio, nada más ayúdenme a que no se sepa quién soy, no quiero afectar a mi familia”; se rajó al último momento; pero con este formato lo podrá hacer de manera anónima y sabremos por qué le ordenaron y cómo le ordenaron…