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Lo que hay detrás del NAIM

Cada día falta menos para la consulta que se hará para definir si se continúa con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco o se cancela. Una obra a la que ya se le han invertido unos cien mil millones de pesos.

 

La necesidad de construir una nueva terminal aérea se viene dando desde los años ochenta, durante el gobierno de Miguel de la Madrid. Desde ese entonces ya se sabía que pronto el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) estaría rebasado.

El debate de dónde hacerlo también lleva años. Recordemos la discusión que se dio durante la administración del gobierno de Vicente Fox sobre la ubicación del NAIM. En ese entonces había dos proyectos: Tizayuca o Texcoco.

En ese entonces se reflexionó que el terreno de Tizayuca estaba demasiado lejos y que Texcoco, la opción hacia donde los ingenieros, pilotos, líneas aéreas y consultores nacionales e internacionales se han inclinado, sería mucho más caro, porque se necesitaba hacer una obra hidráulica muy costosa para preparar el terreno.

También otros grupos de ecologistas que estaban en contra del proyecto decían que no se podía hacer en Texcoco porque ahí volaban patos. Esos mismos grupos ahora dicen que si se hace el aeropuerto en Texcoco habrá terribles inundaciones.

Hoy ambas justificaciones, tanto el costo de la preparación del terreno como el decir que habrá inundaciones en la zona, ya no son válidas. La obra hidráulica, que es lo más caro de este proyecto, está prácticamente terminada, y precisamente por esa obra ya no se inundará.

Y es que precisamente esas obras hidráulicas que se están desarrollando en el aeropuerto serán las que solucionen los graves problemas de aguas negras e inundaciones que sufre toda esa región del Estado de México.

Ver el avance que se tiene es impresionante. Nuestro compañero Óscar Hernández realizó un reportaje que transmitimos en Todo Personal sobre lo que son estas obras.

En las imágenes que le voy a relatar se puede ver el sistema de colectores, drenes y túneles interconectados en la zona oriente; el proyecto hidráulico más ambicioso de los últimos años…

Está el megaproyecto del Túnel Emisor Oriente (TEO) casi terminado, que ayudará a mitigar inundaciones en los municipios de Atenco, Ecatepec, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y Texcoco en el Estado de México; así como las alcaldías de Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, de la Ciudad de México.

Los primeros 10 kilómetros del TEO se encuentran en funcionamiento desde junio del 2013 y se espera que la totalidad del proyecto concluya el próximo año.

El terreno en el que está la obra no tiene el mismo nivel de hundimiento que el del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez.

Estudios indican que tanto el AICM como el lugar donde se construye el NAIM están en el mismo tipo de suelo lacustre, con la diferencia de que el terreno donde está el AICM se hunde 50 centímetros cada 18 meses y el predio donde se construye el NAIM se hunde a razón de 21 centímetros en el mismo tiempo.

Conagua ha informado que el proyecto hidráulico que se lleva a cabo en la zona oriente del Valle de México garantiza la captación de agua con un volumen de regulación de hasta 24.5 millones de metros cúbicos.

De acuerdo con el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, el proyecto del NAIM asegura la funcionalidad hidráulica y el saneamiento de la zona del exlago de Texcoco.

Para evitar inundaciones, el proyecto considera la ampliación y construcción de nueve cuerpos de agua, con lo que se triplicará la capacidad de regulación actual. También se están rehabilitando 13 cauces para mejorar el funcionamiento hidráulico.

Además, el NAIM prevé obras para el saneamiento de los ríos del oriente del Valle de México; esto incluye el entubamiento y construcción de túneles para mejorar el sistema de conducción, así como la construcción de 22 plantas de tratamiento de aguas residuales y la rehabilitación de otras dos.

En el reportaje vemos lo que ha dicho la Asociación Mexicana de Hidráulica (AMH), que conoce integralmente el proyecto, que no es verdad que se haya considerado desecar el Lago Nabor Carrillo, como se ha mencionado en diversas ocasiones; al contrario, se contempla operarlo a una capacidad ordinaria y mantenerlo como un espejo de agua.

En 2014, durante la presentación Plan Maestro Ambiental y el Plan Hídrico de la construcción del NAIM, se anunció la construcción de cinco sitios de regulación y la rehabilitación de los cuerpos existentes: El Fusible, Horaria, Río Churubusco y Lago Nabor Carrillo.

La obra más compleja, costosa e importante para hacer el NAIM ya se está terminando.

La realidad es que el tema va por otro lado. Entre tantas cosas es que el gobierno entrante no quiere que se concluya el megaproyecto de la gestión anterior.

Y así lo hizo también la administración del Presidente Peña Nieto. La compra de muchos terrenos y la planeación para hacer el NAIM se viene trabajando desde el mandato del Presidente Calderón. Un tema que, por supuesto, nadie del actual gobierno ha reconocido.

Y así en todo, mientras los gobiernos, los que vienen y los que van, no quieran trabajar sobre lo que hicieron sus antecesores seguiremos teniendo sólo proyectos de seis años y los únicos afectados seremos, como siempre, los ciudadanos.

Hoy, con lo más costoso de la construcción del NAIM, que es la obra hidráulica casi terminada, y siendo una obra que en gran medida ya se tiene el financiamiento, estamos en riesgo no sólo de perder un aeropuerto digno para México, sino que las calificadoras internacionales evalúen a México como un país de riesgo en donde invertir.

Y estas decisiones se tomarán en una consulta popular para que nadie asuma el riesgo de todo lo que está en juego.

Decisión riesgosa

De acuerdo con un análisis del Foro Consultivo, Científico y Tecnológico (FCCyT), cualquiera de las dos opciones que se elijan en la consulta sobre el nuevo aeropuerto podría tener un costo muy superior a lo hasta ahora informado, pues para las dos opciones (Texcoco y Santa Lucía) existen factores que aún no han sido considerados como el impacto ambiental, los costos por mantenimiento, construcción de vialidades y transporte terrestre, así como obras hidráulicas adicionales.

 

La obra en Texcoco (primera foto) fue anunciada en septiembre de 2014 con un costo total de 178 mil millones de dólares (mdd), 209 mil millones de pesos (mdp) al tipo de cambio actual. Sin embargo, por la variación del costo del dólar y por varios ajustes, la estimación actual es de 285 mil mdp y, según el análisis, el costo total del NAIM en Texcoco podría incrementarse hasta 493 mil 330 mdp.

En tanto, a la opción de Santa Lucía, cotizada inicialmente en 70 mil mdp, se le tiene que añadir el estudio de factibilidad, así como las obras de reacondicionamiento de los aeropuertos de Toluca y el AICM, calculadas en 5 mil mdp y 100 mil mdp por la cancelación de las obras en Texcoco, con lo cual esta opción costaría 293 mil 100 mdp.

 

En la semana, al comparecer ante senadores por la glosa del sexto informe, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, defendió el proyecto, el cual, dijo,  será amigable con el medio ambiente y va a reinyectar agua al subsuelo. Además, aseguró que “no desaparece el Nabor Carrillo” (segunda foto) e incluso tendrá agua más limpia, gracias a diversas obras que se realizan de manera conjunta con la Conagua.