El costo de cancelar Texcoco
El Nuevo Aeropuerto Internacional de México continúa su construcción. Y es que no se tomó en cuenta que el financiamiento de la terminal aérea está distribuido entre miles de empresas no sólo constructoras, sino financieras, de fondos de inversión, de bonos, de afores, entre muchas otras cosas.
Y si el actual gobierno federal no quiere un alud de demandas internacionales por miles de millones de dólares, tiene que continuar con la construcción.
Y esa es la razón por la cual el gobierno de Andrés Manuel López Obrador lanzó una oferta para pagar parte de los bonos emitidos para financiar el NAIM. En el nuevo Consejo de Administración del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), encabezado por el ing. Javier Jiménez Espriú como presidente, y con el ing. Antonio Canchola como prosecretario, decidieron continuar con las obras del Nuevo Aeropuerto de Texcoco y lanzar una oferta de compra por mil 800 millones de dólares de bonos para dar una señal de certidumbre, y así detener una posible demanda colectiva (Class Action) de los tenedores de bonos, que fueron ofertados y adquiridos a través de la Bolsa de Valores en Nueva York.
De acuerdo con una versión de la minuta de la instalación de acuerdos del Nuevo Consejo de Administración del GACM, que trascendió el domingo por la mañana, se puede leer el Acuerdo, en el cual “el Director General del GACM solicita autorización para la evaluación del plan estratégico del proyecto del NAIM, cuyo resultado presentará en las próximas semanas. Se continuarán las obras en el proyecto durante este proceso. La intención es evaluar el plan estratégico para tomar decisiones sobre las acciones a tomar, y realizar, en caso necesario, una actualización al Programa Estratégico Institucional del NAIM”.
La minuta también señala que “Tras el anuncio de salida de la operación del NAIM, se entró en un periodo de incertidumbre que hizo sufrir a los bonos para el financiamiento del mismo. Esto se incrementó al no haber una posición oficial de parte de las autoridades salientes”.
—Existen cuatro series de bonos por un total aproximado de seis mil millones de dólares, dos series de diez años y dos series de treinta años.
—Los bonos bajaron hasta 0.77 dólares de su base par de un dólar, y la calificación crediticia se redujo.
—Hubo contaminación hacia la calificación del gobierno federal y Pemex.
Los bonos se emitieron bajo la ley de Nueva York, que posibilita calificar los bonos en default técnico en ciertos casos. El riesgo más serio para las cuatro series de bonos del NAIM es el anuncio oficial de la cancelación del proyecto. Ahora la cancelación del proyecto ya está en la cancha del nuevo gobierno.
No obstante, los cercanos a la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguran que la cancelación del NAIM está firme. Todavía se tiene la voluntad de remodelar el actual aeropuerto de la Ciudad de México, utilizar la terminal alterna de Toluca y construir el de Santa Lucía.
Un costo, sobre todo si se tienen que enfrentar procesos judiciales, mucho más alto que terminar y utilizar el NAIM.
Por lo pronto, lo que se quieren postergar son las demandas de bonistas principalmente, mismas que no proceden hasta que haya una cancelación. En cuanto se suspenda legalmente el NAIM, los inversionistas pueden litigar por incumplimiento. Hasta ahora, los bonistas sin cancelación del proyecto no tienen elementos para hacerlo.
La decisión de no cancelar las obras parece ser que sólo será un tema temporal, porque la determinación de cerrar el proyecto sigue en pie, y el discurso del actual gobierno no ha cambiado.
En el nuevo gobierno federal aseguran que Texcoco se cancelará porque hubo corrupción en algunos contratos y, sobre todo, allegados al gobierno del Presidente Peña se hicieron de terrenos cerca del aeropuerto sabiendo de la plusvalía de esos predios.
¿No sería más sencillo revisar los contratos, cancelar aquellos que no cumplan, que en realidad son los menos, y recomprar los terrenos aledaños?
Sin duda sería un ganar para todos, sobre todo para las finanzas públicas.
No significa más dinero: SHCP
El subsecretario de Hacienda y Crédito Público del nuevo gobierno, Arturo Herrera, negó que con la recompra de bonos del aeropuerto de Texcoco se destine más dinero a esta obra, sino que se cancela parcialmente una deuda existente desde 2016.
En entrevista de radio explicó que el Fideicomiso del aeropuerto emitió bonos por seis mil millones de dólares, recursos que, junto con otros, están ya en la caja de la terminal aérea en construcción que cuenta con 120 mil millones de pesos, los cuales serán para atender todos los compromisos relacionados con la obra.
“No se le está metiendo dinero, la deuda ya existe desde 2016, lo que estamos haciendo es nada más recomprándola; de hecho la estamos liquidando, es lo opuesto. En lugar de meterle dinero, lo que estamos haciendo es cancelándola parcialmente”, señaló.
Por separado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que continúa el plan para la construcción de dos pistas en la Base Aérea Militar de Santa Lucía (durante un recorrido por la zona, donde presentó su plan maestro), y que en el caso del proyecto de Texcoco, el Fideicomiso es para proteger a los inversionistas.
Explicó que sólo permanece lo que tiene que ver con el Fideicomiso, y que “lo otro (la cancelación de la construcción del NAIM), es un asunto que tiene que ver con la decisión de los ciudadanos”.
Ayer la calificadora Moody’s anunció que extendió la revisión para una baja de la calificación en los bonos garantizados por el Fideicomiso del NAIM y S&P mantiene en revisión especial negativa los mismos.