El reto de vencer al huachicol
La decisión de cerrar ductos de Pemex en los últimos días, de lo cual las autoridades han dicho que es parte de una medida para controlar el huachicoleo, dejó a muchos ciudadanos en una crisis fuerte por el desabasto en los combustibles.
Ayer que regresaron a clases los niños, muchos padres argumentaron que sus hijos no pudieron retomar sus actividades escolares por la falta de combustible, y es que incluso el transporte público tuvo el mismo problema… no había gasolina para sus unidades.
Mientras tanto, el vocero del Gobierno federal, Jesús Ramírez Cuevas, rechazaba a través de Twitter que existiera desabasto de combustible: “Nos enfrentamos a retrasos en la distribución, no a desabasto”.
Y como no se iban a enfrentar a retrasos, si transportar la gasolina en pipas en vez de utilizar los ductos es inviable para poder abastecer a las gasolinerías de todo el país.
Es verdad: los grupos del crimen organizado han encontrado un negocio muy rentable en el robo de combustibles; en algunos casos han sustituido el negocio de la droga por el del huachicoleo. Hoy muchos delincuentes prefieren robar combustible y complementar el “negocio” con robos, secuestros y extorsiones, que producir y traficar con estupefacientes.
En algunos casos les es más rentable perforar los ductos y extraer el combustible que empezar desde la siembra, por ejemplo, de algunas drogas, como la mariguana y la amapola.
Cuando digo en este espacio que la legalización, por ejemplo, de la mariguana y de otras drogas no va a acabar con el negocio del crimen organizado, me refiero precisamente a que si no venden sustancias se dedicarán a otro negocio ilícito, pero ése es otro tema.
El Presidente López Obrador denunció que en promedio se pierden 600 pipas diarias, cada una con 15 mil litros de combustible, lo que en dinero significa una pérdida de cerca de 200 millones de pesos diarios.
Y aseguró que la ordeña de ductos era una pantalla para el negocio del robo de combustible: “Hay hipótesis de que de todo el robo sólo el 20 por ciento se da con la ordeña de ductos, es una especie de pantalla; la mayor parte tiene que ver con un plan que se opera con la complicidad de las autoridades y con una red de distribución; entonces son huachicoleros de abajo y huachicoleros de arriba”.
Es por eso que desde el 20 de diciembre del año pasado se puso en marcha un plan coordinado por 15 dependencias, incluidas la Sedena y la Semar, para detectar los puntos de fuga de combustible al interior de Pemex; además, se resguardarán las instalaciones de distribución para combatir a los delincuentes externos a la institución.
Una semana después, fuerzas federales detuvieron a Erik Gabriel “C”, identificado como presunto líder huachicolero en el Estado de México, durante un operativo realizado en el poblado de Cuautlacingo, municipio de Otumba.
Ese mismo día, agentes de la Policía Federal aseguraron en diferentes acciones 178 mil 900 litros de hidrocarburo extraídos de manera ilegal en el Estado de México, Hidalgo, Michoacán y Puebla.
Lo cierto es que el problema de la falta de gasolina comenzó a sentirse desde la última semana de 2018, cuando empresarios y ciudadanos de Michoacán alertaron que existía desabasto de gasolina en al menos 10 municipios, entre ellos, Morelia, Álvaro Obregón, Charo y Tarímbaro.
En total, fueron al menos ocho entidades las que estaban padeciendo la falta de distribución del combustible en las estaciones de servicio: Estado de México, Hidalgo, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla y Querétaro.
El Gobierno federal enfrenta un reto enorme para lograr evitar el robo de combustible. Es verdad: este delito sólo se puede dar con complicidad de ciertas personas en Pemex. Por ejemplo, alguien de la empresa les daba aviso a los huachicoleros cuando se cerraban los ductos para que se pudieran hacer las perforaciones y así extraer el combustible.
Si no, sería imposible perforar y colocar las mangueras para extraer la gasolina. Imagínese usted la presión que tienen esos ductos.
Pero también es cierto que la red es mucho más amplia. ¿No sería más sencillo, por ejemplo, seguirle la pista al dinero? ¿Ver cuánto combustible compran algunas gasolinerías a Pemex y cuánto venden?
¿Por qué no revisar las áreas donde se sabe están perforados los ductos e inspeccionar los transportes que pasan por ahí?
Abastecer de gasolina por medio de pipas es muy complicado y, además, costoso; en algunos casos transportar el combustible de esta manera puede llegar a ser hasta 14 veces más caro que hacerlo por los ductos. Claro, es mucho más caro que se roben el combustible.
En un comunicado, Pemex reiteraba hace unos días que “como parte del Plan Conjunto del Gobierno de la República para combatir el robo de combustibles, se ha privilegiado el uso de medios de transporte más seguros, lo que implica cambios en la logística de entrega a las estaciones de servicio. Esto ha ocasionado retraso”.
Para colmo de males, el domingo por la mañana una pipa cargada con hidrocarburo volcó en el kilómetro 177 de la Carretera Federal 200, en el municipio de Puerto Vallarta.
Por lo pronto, el domingo se echó marcha atrás y se ordenó la reapertura del ducto Salamanca-León para restablecer al 100 por ciento el servicio de las gasolinerías en Guanajuato.
Ese mismo domingo, el Presidente López Obrador aseguró que no se va a dejar vencer por los intereses creados en torno al robo de combustible: “Están ahí presionando, pensando que nos van a vencer. Que no quieran jugar a las vencidas, porque va a triunfar la ley y va a triunfar la justicia”.
El mensaje del mandatario fue duro y contundente, y es que ésa es la única forma en que se puede enfrentar a los delincuentes y lograr que no se siga robando la gasolina por medio de ductos clandestinos. No será tarea fácil, pero ojalá se logre solucionar.
¿Juegan a las vencidas?
El gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció desde el 20 de diciembre un plan conjunto que involucra a 15 dependencias para combatir el robo de combustible en Pemex, como una toma clandestina en Acolman, Estado de México.
El pasado 27 de septiembre el encargado de despacho de la PGR, Alejandro Gertz, aseguró: “El huachicol y el robo a todos los ductos no era un asunto exterior, se manejaba desde adentro y desde afuera”, y que desde la aplicación del plan se había logrado una disminución de 17.4 por ciento del robo de hidrocarburos.
Como parte de las medidas de seguridad, se priorizó el uso de medios de transporte más seguros para la entrega del combustible a las estaciones de servicio, lo que ha ocasionado afectación en al menos seis estados: Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro y México
En ciudades como Guadalajara se pudieron ver largas filas en las estaciones de servicio; en algunas otras se registraron compras de pánico ante el miedo de que se termine el combustible y en otras más se racionó la venta a 10 o 15 litros por vehículo. En Michoacán se reporta la creación de redes de comunicación vía WhatsApp, Facebook y radio, para que los usuarios informen en qué gasolineras se está expendiendo combustible y cuales están cerradas.
Ante estos hechos, el domingo, el Presidente expresó: “Ahora hay Estado de derecho, ya no hay estado de chueco. Entonces, están ahí presionando, pensando que nos van a vencer. Que no quieran jugar a las vencidas, porque va a triunfar la ley y la justicia”.