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El reencuentro de “El Chapo” y su mamá

El llamado “Juicio del Siglo” contra Joaquín El Chapo Guzmán está próximo a llegar a su fin. Falta poco para que el jurado emita su opinión en torno a la inocencia o culpabilidad del famoso narcotraficante.

 

La semana pasada le comentaba sobre los más de mil 500 audios que el FBI tenía en su poder y que revelaban las entrañas del Cártel de Sinaloa. Ante los asistentes al juicio se dieron a conocer detalles de la vida criminal y privada de El Chapo. Todas estas pruebas se presentaron por audios intervenidos por Christian Rodríguez, quien manejaba la red de telecomunicaciones para el capo y quien acabó brindando toda esa información al FBI. 

Cada vez son más las pruebas que ha presentado la Fiscalía en contra de Guzmán Loera. 

Esta semana testificó el colombiano Alex Cifuentes Villa: “Yo era su mano derecha… y su mano izquierda”; con esas palabras se refirió a su relación criminal con Joaquín Guzmán.

Alex Cifuentes proviene de una familia con larga trayectoria criminal: su hermano Francisco Iván Cifuentes Villa, Pacho, fue piloto de Pablo Escobar; mientras que su otro hermano, Jorge Cifuentes, formó parte del Cártel de Sinaloa.

El nexo entre Alex Cifuentes y El Chapo comenzó en 2002, cuando su hermano lo envió a negociar un cargamento de cinco toneladas de cocaína; sin embargo, fue hasta 2007 que, tras el asesinato de Pacho, los hermanos Cifuentes se vieron en problemas debido a que el piloto de Escobar murió debiendo 10 millones de dólares.

Urgidos de dinero, tanto Alex como Jorge contactaron a Guzmán Loera, con quien acordaron el envío de tres toneladas de cocaína de Colombia a México. Saldada la deuda, la alianza Cifuentes-Guzmán se consolidó.

Alex se ganó la confianza de El Chapo, a tal grado que el colombiano se mudó a las montañas para fungir prácticamente como su asistente personal. Alex hizo ofertas para traficar droga proveniente de Colombia, Ecuador, Panamá y Bolivia a nombre de Guzmán Loera, y compró granjas en Costa Rica para que los cargamentos, provenientes de Sudamérica, hicieran escala.

Siendo piloto, como la mayoría de su familia, Alex le enseñó a Guzmán Loera a pilotar de una forma eficaz en caso de que tuviera que escapar de la justicia.

Luego de que su hermano Jorge fuera detenido y extraditado a Estados Unidos, éste convenció a Alex de colaborar con las autoridades estadounidenses: “Él [Jorge] me dijo, y éstas son sus palabras exactas, que con los americanos debo confesar la forma en que confesaría a Dios. Y si fueras a juicio, yo sería el primero en sentarme y testificar en tu contra”.

En su testimonio del martes, aseguró que El Chapo pagó al expresidente Enrique Peña Nieto 100 millones de dólares.

“¿El señor Guzmán pagó un soborno de 100 millones de dólares al Presidente Peña Nieto?”, preguntó Jeffrey Lichtman, abogado de El Chapo, a Cifuentes, quien respondió: “Sí, señor”. 

De acuerdo con Cifuentes Villa, Enrique Peña Nieto fue quien supuestamente buscó a El Chapo poco después de la votación presidencial de 2012 en la que fue electo, y le pidió un pago de 250 millones de dólares a cambio de frenar la búsqueda del narcotraficante.

Guzmán, según Cifuentes, le hizo una contraoferta: le daría solo 100 millones de dólares.

“¿Y el entendido era que Guzmán no tenía que estar escondido?”, preguntó Lichtman. “Sí”, respondió el colombiano, “eso es lo que me dijo Joaquín”.

Desde el inicio del juicio, la defensa de Guzmán Loera ha intentado involucrar a personajes de muy alto nivel como una cortina de humo para hacerlo ver como una víctima del sistema político y no como narcotraficante. 

La realidad es que El Chapo fue detenido y extraditado durante la administración de Enrique Peña Nieto. 

Lo que afirmó el testigo es que una mujer identificada como Comadre María habría sido quien supuestamente entregó el dinero al expresidente en octubre de 2012, unas semanas antes de que tomara posesión. Algo fantasioso. ¿Imagínese usted a una mujer con un maletín con cien millones de dólares en la oficina de un presidente? 

Las reacciones no tardaron en llegar. Francisco Guzmán Ortiz, exjefe de la Oficina de la Presidencia en el Gobierno pasado, calificó de falsos los dichos por Cifuentes. 

“Son falsas, difamatorias y absurdas las declaraciones del narcotraficante colombiano en Nueva York. El Gobierno de EPN fue el que localizó, detuvo y extraditó a Joaquín Guzmán Loera. Desde el inicio de la Administración fue un objetivo prioritario del Gabinete de Seguridad”, escribió en su cuenta de Twitter.  

Cifuentes también relató otros presuntos sobornos de El Chapo y sus aliados a funcionarios mexicanos. El testigo aseguró que al menos en dos ocasiones los narcotraficantes les pagaron a militares entre 10 y 12 millones de dólares para realizar operativos y “matar o capturar” a integrantes del Cártel de los Beltrán Leyva.

Hay dos anécdotas que le han dado color al juicio estas semanas: Tras un corte de luz, que dejó un breve momento de oscuridad dentro de la sala de audiencias, uno de los asistentes gritó: “¡Se ha ido!”, bromeando sobre un nuevo intento de fuga de El Chapo.

El hecho provocó la risa de los asistentes, menos de los custodios que se encargan de proteger a Guzmán Loera. 

Otro ha sido la de una religiosa que no ha dejado de acudir al juicio a cantar y rezar. Dice que va de parte de la madre de Guzmán Loera, quien no había podido ir al proceso en Nueva York. 

Pues parece que los rezos de la mujer han funcionado y finalmente El Chapo recibió una buena noticia: y es que un juez autorizó la visita de su madre, María Consuelo Loera Pérez. El argumento de los abogados de Guzmán Loera es que la madre del capo se encuentra delicada de salud y, ante su edad mayor, quiere ver a su hijo.

La defensa de El Chapo solicitó ante autoridades migratorias de EU una visa humanitaria para que María Consuelo visite a su hijo en la prisión estadounidense.

Finalmente, El Chapo se podrá reencontrar nuevamente con su madre. 

Quieren verse

De última hora se informó que un juez autorizó que Joaquín El Chapo Guzmán Loera reciba la visita de su madre, María del Consuelo Loera López. Ello, luego de que los abogados del líder del Cártel de Sinaloa pidieron una visa humanitaria para que la mujer, de 80 años de edad y delicada de salud, pudiera ver a su hijo.

“Hemos pedido una visa humanitaria para la madre del Chapo Guzmán, María Consuelo, su hermana Hermilda y su otra hermana Bernarda”, expresó hace unos días a los medios José Luis González Meza, uno de los defensores del capo.

 

Ayer, Alex Cifuentes, testigo protegido de la justicia estadounidense en el juicio contra Guzmán Loera  en Nueva York aseguró que éste fue torturado por el Ejército mexicano.

El colombiano aseguró que en 2012 el sinaloense le contó a su compatriota y productor de cine Javier Rey —que recopilaba información para el filme autobiográfico que el acusado quería dirigir— que en una ocasión militares lo atraparon en Nayarit, lo torturaron y lo pasearon cabeza abajo en un helicóptero, antes de liberarlo por falta de pruebas.

 

De acuerdo al testigo, interrogado por el abogado de la defensa Jeffrey Lichtman, los soldados habrían golpeado las manos del narcotraficante con las culatas de sus rifles, lo habrían amarado de pies y manos con una cuerda, y lo interrogaron para que revelara dónde escondía la droga. Sin embargo, El Chapo habría narrado al productor de cine que, pese a ser torturado, nunca reveló el paradero de los estupefacientes.