La caída de la calificación crediticia
Pareciera para la gente que no está metida en los mercados financieros, para los que no somos economistas, para los muchos que no sabemos con exactitud cómo se mueven a detalle los mercados, no nos damos cuenta realmente lo que significa que, por ejemplo, la calificadora Standard & Poor’s (S&P) revise respectivamente la deuda soberana de México de “estable” a “negativa”.
Una menor calificación implica mayores costos en la deuda, aumenta el costo (los intereses) de los créditos y podría traducirse en menores ingresos gubernamentales.
Si se reducen los ingresos gubernamentales, y más con la cantidad de apoyos que esta ofreciendo el actual Gobierno de México, puede llegar el momento en el que dinero simplemente no alcance.
A inicio de año se bajaron las calificaciones a Petróleos Mexicanos (Pemex) y ahora, S&P también baja la calificación, pero a México como país.
A inicios de año, Bloomberg publicó que ejecutivos de Pemex y de la Secretaría de Hacienda viajaron a Nueva York para presentar un plan de trabajo a inversionistas, analistas y agencias calificadoras.
Uno de los objetivos era garantizar al mercado que Pemex estaba restaurando la capacidad de refinación y de producción. No obstante, el director corporativo de Finanzas de Pemex, Alberto Velázquez, no logró demostrar cómo se realizaría este plan.
De acuerdo con el codirector de Inversiones de Stone Harbor Investment Partners, Jim Craige, el director de Finanzas de Pemex no mostró entendimiento de la compañía y no impresionó; hubo una “falta de claridad en el programa de financiamiento, falta de claridad sobre cómo alcanzan los objetivos de producción y falta de claridad en futuras subastas de concesiones”.
Y es que Pemex es la petrolera más endeudada del mundo, con 83 mil 900 millones de dólares en bonos en circulación. En enero de 2019 Petróleos Mexicanos produjo menos crudo, un promedio diario de un millón 600 mil barriles diarios, su nivel más bajo para un mes desde hace más de 30 años.
Tras la reunión, el rendimiento de los bonos por cinco mil 400 millones de dólares de la petrolera, con vencimiento en 2027, subieron más de 40 puntos base.
“Estamos bastante decepcionados por la falta de una estrategia cohesionada y comunicación coordinada entre Pemex y el soberano, a lo que se suma una aparente desconexión con la percepción del mercado”, escribieron analistas de Jefferies en una nota a clientes.
A finales de año, Fitch Ratings ya había modificado de estable a negativa la perspectiva de calificación de Pemex, ante la creciente incertidumbre en torno a la estrategia comercial de la petrolera.
A través de un comunicado, Fitch Ratings informó que se ratificaron las notas global y nacional de Pemex en “BBB+” y “AAA (mex)”, respectivamente.
Por esos días, Moody’s advirtió que subordinar a los reguladores energéticos afectaría a la calificación soberana de México. Y es que el 18 de octubre, el grupo parlamentario de Morena propuso sectorizar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) dentro de la Secretaría de Energía.
A finales de enero, Fitch Ratings bajó, nuevamente, las calificaciones crediticias de Pemex en moneda local y extranjera a largo plazo, debido a factores como su estrecho vínculo con el gobierno, reducción de inversiones, así como su baja producción.
A mediados de febrero, el Gobierno federal elaboró un programa de apoyos fiscales y financieros por cinco mil 200 millones de dólares que servirán para sanear las finanzas de la petrolera nacional; sin embargo, la agencia calificadora Fitch Ratings señaló que las medidas para el rescate financiero de Pemex eran “insuficientes” para prevenir el deterioro de la calidad crediticia de la compañía.
Ante esa situación, y la caída de inversiones significativas en el país, este fin de semana la evaluadora de riesgo crediticio Standard & Poor’s cambió la perspectiva de la calificación soberana de México, de estable a negativa.
S&P destacó el cambio en las políticas públicas que reducen la participación de la iniciativa privada en el sector energético, junto con “otros eventos” que han disminuido la confianza de inversionistas, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y la implementación de consultas ciudadanas en temas clave.
En su reporte hizo un llamado al Presidente para que implemente “políticas económicas pragmáticas que balanceen las prioridades sociales con la necesidad de mantener estabilidad macroeconómica”.
Tras el enuncio, el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, señaló que los pronósticos de las calificadoras “también reportan márgenes de error”, y consideró paradójico que las calificaciones crediticias para Pemex bajen ahora, que se le inyectan recursos, pero en cambio, ”cuando la desmantelaban, por ineficacia y corrupción”, eran buenas.
Lo cierto es que lo que miden estas calificaciones crediticias es la solvencia de una compañía de acuerdo con su capacidad o voluntad de pago para saldar sus deudas y hacer frente a sus obligaciones financieras.Lo que provocan estas bajas en las calificaciones es que sea más caro adquirir la deuda o refinanciarla, ya que la empresa está en condiciones más difíciles de pagar.
Si una compañía es percibida con riesgo, necesitará ofrecer un mayor estímulo para atraer inversiones. La calificación crediticia es relevante, ya que un mejor o peor grado crediticio influirá en la cantidad de intereses a pagar en el futuro.
En este caso, una menor calificación implica que se pagan intereses mucho más altos y que, además, se vuelva muy difícil poder solicitar nuevos préstamos sin que los intereses sean altísimos. Y esto, a su vez se traduce en menores ingresos para el Gobierno federal.
Por eso es tan importante como país mantener las calificaciones de este tipo y, sobre todo, las finanzas sanas.
De “vamos bien” a “urge corregir”
“Vamos muy bien. Está creciendo el país, estamos bien y de buenas, como México no hay dos”, expresó el sábado el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser cuestionado en Chihuahua acerca de la determinación de Standard and Poor’s de cambiar de estable a negativa la calificación de la deuda emitida por el Gobierno, con probabilidad de que sea degradada en los siguientes 12 meses.
El primer mandatario también reiteró que no hace falta endeudar al país: Les digo a los financieros que estén tranquilos porque no va a haber déficit. No vamos a gastar más de lo que ingrese a la hacienda pública. Va a haber disciplina financiera, disciplina administrativa.
Pero ayer, el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, exigió al gobierno del Ejecutivo federal que corrija sus errores, improvisaciones y ocurrencias, con el fin de impedir que siga en caída libre el pronóstico de crecimiento y la generación de empleo en 2019.
“El Gobierno Federal debe rectificar su política de promoción de la inversión nacional y extranjera; mejorar diagnósticos antes de cancelar proyectos y obras; modificar el programa financiero de Pemex; evitar improvisaciones en nombramiento de funcionarios; suspender los despidos masivos de trabajadores de las dependencias del gobierno”.
Dijo que las previsiones de Banxico confirma previsiones hechas con anterioridad por Acción Nacional, calificadoras y organismos internacionales, en el sentido de que las políticas seguidas por el Gobierno de Morena no son las correctas para impulsar la economía del país.