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AMLO: los próximos dos mil días

Hoy se cumplen los primeros cien días del gobierno del Presidente López Obrador. Ha sido, sin duda, una administración histórica. Con muchas controversias y también niveles altísimos de aceptación. Ninguna encuesta lo coloca en menos de 70 por ciento de aprobación, algunas le dan casi 80 por ciento. Desde que se hacen estos sondeos, salvo Vicente Fox, ningún otro mandatario había tenido esos índices de aprobación en sus primeros cien días de gobierno. 

 

Desde Palacio Nacional, el Presidente ha ofrecido 67 conferencias en punto de las 07:00 horas, es su trinchera desde donde ha marcado la agenda política y mediática del país, pero también la ha utilizado para hacer frente a los “conservadores”, “fifís” o “ternuritas” que están en contra de su voluntad; digo, en contra del bien de México.

En estas conferencias mañaneras el Ejecutivo ha hablado en 540 ocasiones del tema de corrupción, 532 veces del pueblo, 132 de los neoliberales, en 90 dijo que no sabía o no tenía información, y lo que más llama la atención es que en sólo 13 oportunidades habló de infraestructura y en seis de crimen organizado o delincuencia.

Han sido 100 vertiginosos días. Se canceló el mayor proyecto de infraestructura en el país, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco, que estaba ya construido en una tercera parte y que hubiera generado decenas de miles de plazas laborales, así como enormes inversiones regionales. Se dijo que se suprimía por la corrupción que había en torno a la terminal aérea. No se especificó cuál. Tampoco se detuvo a nadie. Simplemente de un plumazo se canceló uno de los proyectos con mayor inversión privada para el país.

Por otro lado, se hizo el lanzamiento de un muy ambicioso programa de apoyos sociales dirigido a 22 millones de mexicanos con un gasto superior a los 200 mil millones de pesos. Se les está entregando de forma directa a las personas ese dinero. Asegura bienestar social y, también, una poderosa base electoral. 

Unas de sus decisiones más criticadas ha sido la cancelación de recursos a organizaciones de la sociedad civil que recibían ayuda gubernamental hasta por 30 mil millones de pesos al año. Ha habido excesos en pocos casos, pero muchos de los proyectos trabajados desde la sociedad civil han sido un apoyo invaluable para los más necesitados.

Está el tema de las estancias infantiles, a las cuales se les ha recortado todo el apoyo. 

Si bien es cierto que la iniciativa privada ha visto con buenos ojos la determinación para poner freno a la corrupción, también considera que es posible rectificar medidas que han puesto en apuros a la productividad del país y, con ello, en entredicho el ambiente para la inversión.

Hasta ahora, ninguna empresa importante ha hecho anuncios relevantes sobre futuras inversiones en México. 

López Obrador cuenta con un sólido bloque de apoyo social; también llega a esta marca de los 100 días sin haber ganado la confianza de sectores fundamentales, como los inversionistas, de los cuales 70 por ciento considera que México perderá su grado de inversión entre 2020 y 2021.

Es verdad lo que afirma el Presidente, de que hubo corrupción en el pasado. Que hay que estrechar la brecha de la desigualdad. Y ésa es la razón de su alta popularidad. En México viven 53.4 millones de personas en pobreza. En los últimos ocho años hubo una disminución en los mexicanos que viven en pobreza extrema, pero la pobreza, al igual que la desigualdad que tenemos, es enorme. 

López Obrador ha sabido hablar con esa gente, que tanto apoyo necesita, pero contradictoriamente se canceló el seguro popular, un mecanismo de atención médica importantísimo para aquellos que no tienen otra posibilidad, sobre todo con enfermedades largas y costosas, como un cáncer. 

El Presidente ha tenido aspectos muy positivos, como el cambio notable respecto al Ejército, la Marina y las Fuerzas Armadas; de ser un crítico constante durante la campaña, pasó a reconocer su gran trabajo y les ha hecho enormes reconocimientos, dándoles la responsabilidad de unas de las principales tareas de gobierno, desde la creación de la Guardia Nacional, hasta construir el aeropuerto de Santa Lucía.

Por unanimidad se aprobó la Ley de la Guardia Nacional que, sin duda, será muy importante para poder salvaguardar la seguridad del país. 

Es en el ámbito de las inversiones en el cual la administración del Presidente López Obrador ha sido cuestionado por expertos en economía. En el proyecto de la Refinería de Dos Bocas, en Tabasco, se le han presentado grandes obstáculos, como el tiempo y costo para construirla, además del grave impacto ambiental en la zona.  

Otro de los temas en los que el jefe del Ejecutivo federal ha tenido que tomarse su tiempo para responder, es en los polémicos nombramientos en Pemex, Conacyt y la Dirección General de Aduanas, donde los funcionarios cuestionados terminaron por dejar el gobierno. “No voy a sudar calenturas ajenas ni a proteger a nadie”, señaló.

Es así como a lo largo de estos poco más de tres meses, el Presidente ha logrado posicionar y diferenciar a su gobierno de los anteriores. Los viajes en vuelos comerciales, abrir al público la residencia de Los Pinos, la discreción en su equipo de seguridad, así como la austeridad de su hogar y automóvil, le han permitido establecer un vínculo con la gente.

Cien días es poco tiempo para definir cuál será el rumbo del país. Pero es una realidad, la gente buscaba un cambio y la gran mayoría está contenta con el nuevo gobierno. 

Pero para mantenerlo es fundamental tener también una estabilidad económica, sólo así se podrán mantener los programas sociales y a la gente feliz. 

El actual gobierno lleva 100 días en el poder, pero faltan poco más de dos mil para que acabe este sexenio. 

Su estilo personal

 

El pasado 27 de febrero, a semana y media de cumplir los 100 días en el gobierno, Andrés Manuel López Obrador reunió a sus principales funcionarios en el Palacio Nacional, para hacer una valoración preliminar del arranque del sexenio, y del que hoy dará un balance en el patio central del mismo recinto.

Los miembros del gabinete legal y ampliado escucharon al Presidente hacer un recorrido tema por tema del inicio de la Cuarta Transformación. Diversos asistentes confirmaron que fue un regaño. El primer mandatario les reclamó lentitud en la ejecución de programas, el levantamiento de censos de beneficiarios , la entrega de apoyos a jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad, así como los goles recibidos e, incluso, los autogoles derivados de pifias de comunicación y nombramientos polémicos en diversas áreas de la administración pública. Resumió: “No sudaré calenturas ajenas”.

Reprochó que, de cara a su informe de 100 días, no tuviera suficientes cosas qué informar. Una semana después, al hacer un balance de su gestión, dijo: “El equipo va muy bien, tenemos 9 elementos y tenemos buena banca, buen picheo de relevo y buen manager. Vamos bien y vamos a ganar la temporada, vamos a estar en las finales”.

 

El Presidente tiene niveles históricos de aceptación, reconocido por su combate a la corrupción y su austeridad, como lo demostró en la visita del presidente de España, Pedro Sánchez, en enero pasado, con quien se trasladó en el Jetta del mexicano.