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Barbosa, candidato en la tormenta

El pasado 24 de diciembre la historia política de Puebla y del país cambió cuando se desplomó el helicóptero en el que viajaban la gobernadora Martha Érika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle, líder de la fracción del PAN en el Senado de la República y uno de los personajes más fuertes de la oposición. Tres personas más viajaban con ellos y también perdieron la vida.

 

Las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) afirman que los resultados de la investigación pueden tardar meses. Dieron a conocer los audios de las comunicaciones entre el helicóptero y la torre de control, pero éstos dicen poco. En casi todos los casos los pilotos de este tipo de aeronaves simplemente comunican cuando están despegando y si llegan a tener algún problema, así que es poco lo que se llega a escuchar en esta grabación.

Me llamó muchísimo la atención la poca repercusión que tuvo el accidente, que en cualquier otra coyuntura política hubiera sido, por lo menos, un escándalo.

Y reinó el refrán popular: “El rey ha muerto, viva el rey”. A los pocos días de que la mandataria perdiera la vida, ya muchos se disputaban, primero, el gobierno interino, y luego, la nueva candidatura para gobernar Puebla.

Morena no fue ajeno a estas luchas internas por el poder, por definir candidato. El proceso no fue nada terso. La polémica encuesta interna para elegir abanderado fue puesta en duda, ya que muchos veían los dados cargados de la dirigencia nacional a favor de Miguel Barbosa.

Senadores y diputados federales de Morena encabezaron la oposición a la candidatura de Barbosa. El senador Alejandro Armenta era el precandidato que preferían, sobre todo en la Cámara alta.

El anuncio se retrasó horas. Finalmente, algunos integrantes de Morena se adelantaron y dieron a conocer que Miguel Barbosa, impulsado por la líder nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, había sido el triunfador. No se dieron públicamente los resultados.

Barbosa hará nuevamente campaña por la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por Morena, PT y el Partido Verde Ecologista, y enfrentará a Enrique Cárdenas, de la coalición conformada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano; así como a Alberto Jiménez Merino, abanderado del PRI.

Polevnsky pidió a los diputados y senadores de su partido que se pusieran a legislar y que dejaran a la dirigencia que realice el trabajo electoral, ya que “todo el mundo quiere meter mano”, lo que los distrae de sus labores.

Y es que la semana pasada, en una carta dirigida a la presidente nacional de Morena, 55 senadores del partido pidieron que se aplicaran los estatutos para que el candidato fuera elegido mediante encuesta y no en aprobación automática. Además, expresaron su respaldo a Alejandro Armenta bajo el argumento de que Yeidckol había manifestado su apoyo a Miguel Barbosa.

Pero no fue todo: el entonces aspirante a candidatura, Alejandro Armenta, pidió observadores externos y una encuesta espejo para verificar que la medición no se inclinara a favor de un candidato, lo que no fue aprobado por la dirigencia.

El miércoles de la semana pasada, la dirigente nacional había señalado que en el partido se habían infiltrado “sabandijas” que querían quedarse con Morena: “Son muchas las sabandijas que se nos han infiltrado, son muchos los que están echándole el ojo al partido de una manera mezquina y perversa, porque están pensando que el partido tiene mucho dinero”.

Sin embargo, ahí no pararon las críticas de Polevnsky. También hizo alusión a los “chapulines” (políticos que “saltan” de un grupo a otro), a quienes calificó de traidores.

En respuesta, el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, señaló que en el partido “hay ciudadanos respetables, hombres y mujeres que se esfuerzan por construir un país distinto, hombres y mujeres con lucidez y que están deseosos de que esta Cuarta Transformación tenga éxito… Conozco a todos los militantes de Morena, casi a todos, y a todos los simpatizantes, y son hombres y mujeres respetables”.

Y en toda esta pelea por definir candidatos nadie habló de investigar realmente que pasó con el desplome del helicóptero.

En lo personal me cae bien Miguel Barbosa; hace tiempo platiqué con él en una entrevista personal. La forma en la que construyó su carrera con mucha dificultad, su formación en la UNAM, su manera de hacer política  a lo largo de muchísimos años. Enfermó de diabetes, lo que le costó la amputación de su pie derecho, como él reconoce, porque no se cuidó lo suficiente.

Barbosa Huerta es un político sensible y con experiencia, pero eso no impidió que durante la campaña y, sobre todo, en el periodo poselectoral cometiera muchos excesos, incluso después de la muerte del matrimonio Moreno Valle-Alonso. En el ambiente de polarización existente en el estado, muchos pensaron que no era bueno abonar aún más a esa confrontación. Pero la dirigencia de Morena le volvió a dar la oportunidad de competir a Barbosa. En las próximas semanas sabremos si fue la mejor decisión.