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Hoy es fundamental hacer un periodismo basado en indagación: Jorge Fernández

En esta ocasión conversamos con Jorge Fernández Menéndez porque su columna “Razones” cumple 30 años; un ejercicio periodístico de todos los días que no es nada sencillo.

 

BB: ¿Cómo ha sido hacer esta columna por tantos años?

JFM: Primero, hacer una columna no es solamente escribir cotidianamente un texto; una columna, sobre todo cuando se logra mantener tantos años, es un cuerpo de ideas; debes tener una agenda de temas, conocer esos temas, conocer y tener fuentes, investigar e ir desarrollándolo a lo largo del tiempo. Sí se escribe y se publica cotidianamente, pero tienen que ser historias que se desarrollan en el tiempo; ése es el secreto de escribir una columna, por lo menos de “Razones”, que no es una columna de chismes o trascendidos; es de información y de investigación, pero también de reflexión y de opinión. El otro punto, que es también muy importante, es que sea escrita con absoluta claridad, que no tenga subterfugios de “te digo Juan, para que entiendas Pedro”, que es lo que se hacía antes y que, al menos yo, no le veo ningún sentido. El lector actual quiere que se le escriba, que se le expliquen las cosas con claridad; y podrá estar de acuerdo o no con los temas, pero hay una frase que a mí me gusta mucho: “podemos estar en desacuerdo con lo que sucede en torno a ciertos hechos, pero no podemos estar en desacuerdo con los hechos; los hechos son objetivos”, y eso es el corazón de cualquier columna. 

BB: Los hechos van de la mano con los datos duros, no te gusta inventar.

JFM: No, por supuesto que no me gusta especular; cuando uno especula en un texto de opinión es lícito, por supuesto, pero debes dejarle claro al lector que estás especulando, que es una teoría, que es algo que piensas que ocurrió, no presentarlo como un hecho y eso es fundamental. Una columna, como cualquier trabajo periodístico, se basa en dos cosas: la investigación y las fuentes, y si estamos hablando de una columna también se basa en el estilo periodístico, en la forma en que se escribe y se explican los hechos.

BB: Las fuentes siempre han sido muy importantes para ti; te reúnes con gente, te enteras de cosas que no utilizas de inmediato, sino que te sirven para poner en contexto alguna historia que vas a escribir después.

JFM: Sí, el trabajo de las fuentes es complejo. Cuando uno habla de fuentes mucha gente piensa que es como en las películas: que uno va, se reúne con alguien, le da una información y eso inmediatamente se publica o se va hilando una investigación. En ocasiones ocurre, pero la mayoría de las fuentes sirven para otra cosa, para ir platicando, incluso off the record, muchos temas, tener la información en su contexto y luego darle una explicación profunda a ese tema; conocer, digamos, desde las entrañas, por qué ha sucedido u ocurre algo, conocer incluso la personalidad de los personajes involucrados. Conociendo la personalidad, cómo piensan, y para eso sirven mucho las fuentes; uno puede prever, incluso, cómo un político, un funcionario, un empresario va a reaccionar ante determinados temas. Por eso el trabajo de las fuentes es también permanente. Puede ocurrir en ocasiones que hay fuentes que sirven para un tema exclusivamente, pero lo importante es tener una gran cantidad de fuentes que a lo largo de los años sigan proveyendo toda esa información, tanto para ser publicada de inmediato, que es la menor, como para que alimente la columna a lo largo de los años.

BB: Desde tus inicios laborales has trabajado la política, el poder y la seguridad nacional; ¿seguirán siendo esos temas el eje de tu columna?  

JFM: Yo creo que el eje de “Razones” siempre fue el poder; es una columna que estudia y desarrolla el poder. Me involucré mucho en temas de seguridad nacional porque siempre pensé que el narcotráfico es un factor de poder; no era un grupo de delincuentes que estaba vendiendo y comprando droga y ejecutando algunos hechos de violencia. El narcotráfico, desde finales de los 80, principios de los 90, se convirtió en un factor de poder real, como lo pueden ser la Iglesia católica, los grupos empresariales y ciertos grupos políticos; entonces había que tratarlo no como un tema policial; yo nunca he tratado el crimen organizado como un tema policial, lo he tratado siempre como el funcionamiento de un grupo de poder que actúa fuera de la legalidad.

Una columna, como cualquier trabajo periodístico, se basa en dos cosas: la investigación y las fuentes, y hablamos de una columna, también del estilo periodístico”

BB: ¿Qué es para ti cumplir 30 años de “Razones”?

JFM: Es muy gratificante, pero no creo que haya que clavarse tanto en los aniversarios, sino en lo cotidiano, en el día a día, porque si no haces tu trabajo pueden ser 30 años y un día, y después no pasa nada, la columna se acaba. Pero cuando uno mira hacia atrás y ve lo que se ha desarrollado en tres décadas, cómo uno mismo ha cambiado, cómo ha cambiado la columna, el país, y ve que uno ha podido ser, en una pequeña parte, actor, pero sobre todo, un espectador privilegiado de todo el cambio social que ha vivido el país, me parece que es importantísimo, es notable y me llena de satisfacción.

BB: Cuando uno escribe, cuando opinas, hay gente a la que no le gusta lo que publicas.

JFM: No creo tener muchos enemigos; hay mucha gente que seguramente no opina igual que yo, y qué bueno; sería una hueva, aburridísimo, que todo mundo pensara lo mismo, de eso se trata. Uno escribe la columna y da opiniones para confrontarlas, y no se crean enemigos; no he tenido muchos enemigos por la sencilla razón de que no calumnio, no utilizo términos agresivos, doy opiniones, puedo calificar o descalificar a una persona, en ese tema trato de no meterme en temas personales, pero más allá de eso, lo importante es dar hechos, dar opiniones; entonces me puedo esperar adversarios, pero no enemigos.

BB: No tocas temas personales, no hablas de sus familias, lo que haces es decir en lo que no estás de acuerdo con el desempeño laboral, sobre todo en el tema de la política. La incongruencia es algo que no te gusta.

JFM: Por supuesto que no me gusta la incongruencia; es una de las cosas que hay que exhibir. Todo mundo puede cambiar de opinión, yo lo he hecho en muchos casos, en muchos temas, pero no se puede ser incongruente con lo que uno piensa y lo que uno dice; eso es algo que hay que exhibir. Si tú ves la columna a lo largo de estos 30 años, he cuidado mucho utilizar la menor cantidad posible de adjetivos y no adjetivar a las personas, no ponerles sobrenombres, no caer en los clichés fáciles en los que cae en muchas ocasiones el periodismo y, al mismo tiempo, incluso con los que considero los peores adversarios, ser muy cuidadoso sobre cómo los tratas en lo personal, a ellos y a sus familias, incluyendo criminales, narcotraficantes o personajes de los que hemos escrito.

BB: ¿Dónde nace “Razones”? Platícame un poco el recorrido que ha tenido.

JFM: La columna nace en el Unomásuno; Antonio Marimón y Jorge Hernández Campos me llevan ahí por 1984-1985; comienzo por escribir un texto a la semana como articulista en el 85; en 85-86 me integro de planta al periódico, cumpliendo diferentes funciones, trabajando desde la mesa de redacción hasta la edición de la sección economía internacional y escribiendo uno o dos artículos por semana. En 1989 cambia la dirección del periódico y el nuevo director, Luis Gutiérrez, me ofrece la dirección de Página Uno y, de la mano con ello, que esos artículos que escribía desde años atrás se convirtieran en una columna que se llamó “Razones”, que se comenzó a publicar dos veces por semana, los jueves y los domingos, después jueves y lunes, y así algunos años. En 1993, Pablo Hiriart, que era director de El Nacional, me invitó a incorporarme y ahí nació “Razones”; también se publicaba dos veces por semana y me ofreció que fuera una columna diaria, y desde entonces se publica diariamente. Ese periodo en El Nacional fue muy corto; en enero del 95 comencé a trabajar en El Financiero, cuando lo dirigía don Rogelio Cárdenas, que me invitó a trabajar con él; ahí estuvimos cinco años hasta que se creó Milenio. Fui fundador con Federico Arreola, Raymundo Riva Palacio y Carlos Marín; me invitaron a trabajar, hicimos la columna desde el primer día del periódico, dirigí también la revista cuando tenía un semanario del mismo nombre; hasta que en 2006 Olegario Vázquez Raña y Olegario Vázquez Aldir compraron Excélsior y yo venía trabajando con ellos en Imagen Radio desde un par de años atrás, y me ofrecieron que me fuera a la nueva edición, la nueva presentación de Excélsior y desde entonces se publica “Razones” ahí.

BB:¿Es diferente ejercer el periodismo hoy que hace 30 años?

 

JFM: Estas épocas son complejas, difíciles, tan de fake news, de autoridades que tergiversan datos y hechos, de redes sociales que se han convertido, en muchas ocasiones, prácticamente en un basurero de información; en una época en la que hay tantos portales que tergiversan todo tipo de información o que tienen un manejo ideológico y no periodístico, hacer periodismo de opinión basado en la investigación, en fuentes, con seriedad, más allá de que se esté de acuerdo o no con las opiniones que se vierten, me parece que es fundamental. En estos 30 años creo que nunca como ahora, es importante este tipo de periodismo, este tipo de columnas, no solamente la que yo hago, las que hacen muchos compañeros y nunca, creo, ha sido tan trascendente como en la actualidad y en los años por venir.