Agresores y suicidas
La mamá de Filiberto Hernández Landero ha denunciado que su hijo intentó suicidarse ingiriendo ácido muriático. Filiberto es uno de los niños que golpearon, ataron de manos y pies y enjaularon a Kevin de Jesús Calderón en Tabasco.
La agresión hubiera pasado inad-vertida, pero fue grabada por otro joven. En la escuela empezaron las investigaciones e incluso acudió personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para tratar de darle solución a este asunto.
A partir de estos hechos, los niños que agredieron a Kevin empezaron a sentir mucha presión por parte de la sociedad. Y dice la madre que es la razón por la cual su hijo intentó quitarse la vida.
Los padres de los jóvenes agresores, que fueron entrevistados por los visitadores de la CNDH, expresaron que a esas juntas deberían también ir los padres de Kevin, y el menor agredido “porque ellos son los que detonaron el problema”.
Sin comentarios. Lo cierto es que este capítulo, como muchos otros de su tipo, no se pueden tratar a la ligera. No se puede enfrentar a la víctima con sus agresores, pero tampoco se puede ni se debe hacer víctimas a los victimarios.
Se me hace gravísimo que un menor de edad intente quitarse la vida. Sin duda se tiene que poner especial énfasis en el problema. Los niños que sufren violencia y los que agreden tienen que ser atendidos psicológicamente, pero el caso de Kevin es aún más complejo, porque el pequeño tiene una discapacidad de aprendizaje.
Los chicos que lo enjaularon dicen que ellos fueron agredidos primero, pero es difícil de creer que un niño con discapacidad haya podido enfrentar a otros cinco.
Además hay otro tema clave en esta historia: la discapacidad de Kevin. En México es muy difícil encontrar escuelas que puedan atender casos especiales. Y si no se puede tener una escuela de este tipo, debería de haber, por ley, profesores especializados en problemas de aprendizaje en todas las escuelas para atender a estos niños.
El artículo 3o. de la Constitución establece el derecho de todo niño a tener una educación. En este caso, un niño con discapacidad está en todo su derecho de tener una educación especial. A ella sin duda se le tienen que asignar recursos económicos. Y dinero sí hay. ¿Cuánto le han dado a la CNTE para intentar mantenerla tranquila?, ¿y qué se ha logrado?
El lunes pasado, un millón 300 mil alumnos se quedaron sin clases en Oaxaca, ante el paro de labores de 24 horas que realizaron 74 mil agremiados de la Sección 22.
Sin educación no cesará la violencia y tampoco se tendrán oportunidades para que nuestros niños tengan una mejor perspectiva de vida.
bibibelsasso@hotmail.com
Twitter: @bibianabelsasso