Con Kicillof de asesor, ¿qué puede salir mal?
En un momento en el que la economía nacional está marcada por la incertidumbre hay pocas cosas más controvertidas que pedir asesoría a quienes han llevado al fracaso a las economías de países de un nivel de desarrollo similar al nuestro. Pero en los grupos más radicales de Morena, ésa les pareció una gran idea.
La semana pasada, Axel Kicillof, quien fuera ministro de Economía y Finanzas Públicas de Argentina durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se reunió con Mario Delgado, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en San Lázaro. El también diputado federal en el Congreso de Argentina por la ciudad de Buenos Aires es una de las principales figuras de oposición al gobierno de Mauricio Macri; pero también es considerado por los empresarios el artífice de la crisis financiera que antecedió a la derrota electoral de Fernández. Y uno de los pocos dirigentes de ese gobierno que no está preso o procesado por actos de corrupción.
Kicillof fue invitado a México por simpatizantes de Morena. Se reunió con la titular de la Secretaría de Economía, Graciela Márquez; con la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde; con el presidente del Senado, Martí Batres, y con Héctor Vasconcelos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
Durante las reuniones se habló del futuro de las economías latinoamericanas y las alternativas al modelo neoliberal, así como de la situación política y económica mundial, y cómo ésta impacta en nuestros países. Kicillof también participó en la conferencia “Cómo confrontar al neoliberalismo y no morir en el intento: Argentina, México y la nueva ola conservadora en América Latina”, junto al académico John Ackerman.
Lo cierto es que Kicillof es señalado como el ideólogo del modelo de asistencia social que incrementó, de 2013 a 2015, en más de mil 700 por ciento los fondos de ayuda durante el gobierno de Cristina Fernández, lo que se intenta replicar en México. El punto es que en Argentina, esa distribución de apoyos sociales llevaron a la economía al desastre, porque no hubo cómo mantenerlos cuando bajaron los precios de las materias primas.
Durante el último año de la gestión de Cristina Fernández se entregaron 18 millones de apoyos sociales para los argentinos de bajos recursos (con una población de 33 millones de personas, eso significa que casi la mitad de la población recibió subsidios directos); ello fue el detonador de la crisis de finanzas públicas en el país, así como, paradójicamente, del incremento de la pobreza. Pero la experiencia de Kicillof no se queda ahí; también fue director de la empresa petrolera estatal YPF y de la línea aérea, también estatal, Aerolíneas Argentinas; a las dos las quebró. De esas áreas salieron los recursos que se distribuyeron en programas sociales y que, cuando no pudieron mantenerse, originaron el inicio de la crisis económica.
De allí fue también de donde se generaron los recursos para la corrupción gubernamental que tiene bajo proceso a casi todo el gobierno de Cristina Fernández de Kichner, incluyendo a la expresidenta.
Los problemas judiciales de Cristina iniciaron en la recta final de su presidencia (2007-2015), pero se multiplicaron desde que dejó el poder.
La exmandataria argentina (que se quiere presentar nuevamente a la candidata presidencial) tiene actualmente seis causas abiertas, entre ellas, cuatro por presuntos casos de corrupción, por los que también han sido procesados sus hijos, exfuncionarios de su gobierno y empresarios afines; sin embargo, Cristina Fernández de Kirchner no puede ser detenida debido al fuero que tiene como senadora. Pruebas contra ella las hay por docenas. En una de tantas se observa en un video a quien fuera el poderoso secretario de Obras Públicas, José Francisco López, cargando maletas llenas de dinero, más de nueve millones de dólares, los cuales, declaró ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, eran en verdad de Cristina.
Entre las causas abiertas contra Cristina Fernández están el llamado caso del Dólar Futuro, que contempla el delito de administración infiel, en perjuicio de la administración pública. En otras palabras, la presidenta especuló con la cotización del peso para sacar ventaja económica en sus propios negocios.
También está acusada por el llamado Memorándum con Irán, en el que se acusa a la entonces presidenta de firmar un documento de entendimiento con Irán, con inversiones de ese país, sobre todo en el ámbito energético, a cambio de impunidad para los sospechosos iraníes del ataque terrorista contra una mutual israelí que dejó 85 muertos en pleno Buenos Aires.
También está el caso del Hotesur, primera de las causas por corrupción abiertas contra Fernández de Kirchner en 2014. Según el expediente judicial, empresarios afines al kirchnerismo contrataron durante años habitaciones en los hoteles propiedad de los Kirchner en la Patagonia, como una forma encubierta de blanquear presuntos sobornos.
En el caso Los sauces se acusa a la expresidenta de liderar una asociación ilícita que lavó dinero proveniente de la obra pública mediante operaciones de la inmobiliaria familiar Los Sauces. En los casos denominados de Obra pública, se acusa a Cristina de haber formado parte de una asociación “destinada a apoderarse ilegítimamente y de forma deliberada de los fondos asignados a la obra pública vial en Santa Cruz” (provincia del sur patagónico que Néstor Kirchner gobernó antes de ser presidente y de donde salió su base de poder).
El más nuevo y notable es el caso de los Cuadernos de la corrupción. Ocho cuadernos del chofer Óscar Centeno que dieron pie a la causa por corrupción más grande en la historia de Argentina. Durante más de una década, el chofer de un poderoso secretario de Estado documentó con todo detalle una red de sobornos que involucra a innumerables funcionarios y empresarios. Cuando terminó el gobierno de Cristina, el chofer entregó esos cuadernos a un periodista que los puso a disposición de un juez y ello provocó el inicio de los procesos contra buena parte del exgobierno y de muchos empresarios.
Lo cierto es que aun con todas esas acusaciones a cuestas, Cristina Fernández reapareció en la escena pública la semana pasada, en la Feria del Libro de Buenos Aires, para hablar de su libro de memorias, Sinceramente, y anunció que buscará nuevamente la presidencia.
Ahora Kicillof, uno de sus hombres más cercanos, se asegura que pondrá una consultoría en México, apoyado por los sectores más duros de Morena, para asesorar al Gobierno federal en sus programas sociales y económicos. Con su experiencia, ¿qué puede salir mal?
En todos lados
Axel Kicillof (diputado y exmistro de Economía de Cristina Fernández, presumió fotos con: Luisa María Alcalde, Martí Batres, Graciela Márquez y Mario Delgado.