Mujeres: a mayor educación menos denuncian
Las cifras son alarmantes. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada día 137 mujeres alrededor del mundo mueren a manos de su pareja o de un miembro de su familia; pero no es todo. A través de un informe, el organismo concluye que “el hogar es el lugar más probable” donde las mujeres son asesinadas.
Más de la mitad de las 87 mil que fueron asesinadas en 2017 en el mundo fueron víctimas de ataques perpetrados por personas cercanas a ellas. Aproximadamente 30 mil fueron asesinadas por su pareja, mientras que otras 20 mil fueron agredidas por un familiar.
Para una mujer denunciar la violencia que ejerce su pareja sobre ella es muy difícil, y entre más estudios tengan y su estatus económico sea mayor, las estadísticas demuestran que es precisamente este grupo de mujeres las que más tardan en denunciar las agresiones.
Y es que muchas veces, entre más alto es el nivel socioeconómico, se puede dar una relación entre el “deber ser” y lo que realmente les sucede.
Me llamó mucho la atención un estudio publicado en El País, de España. Entre más nivel de estudios tienen las mujeres, más tardan en denunciar la violencia psicológica y física de la que son víctimas.
En el país ibérico, 85 por ciento de las mujeres que han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de 2019 no había denunciado a su presunto agresor, según los datos del registro oficial de víctimas mortales de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
Sólo tres de las 20 mujeres asesinadas este año habían acudido previamente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Las mujeres con un máster (maestría) o un doctorado son las que más tardan en denunciar violencia de género.
Podríamos imaginar que mientras más estudios tenga una mujer, tendría más fuerza y seguridad para denunciar. Pues no.
Este estudio se realizó en España y refleja que, lamentablemente, no existe un perfil definido de víctima, aunque hay factores que contribuyen a crear un patrón, entre ellos, la edad, la independencia económica o los hijos.
De acuerdo con un estudio encargado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género sobre el tiempo que tardan las mujeres víctimas en verbalizar la situación, son las que tienen estudios universitarios de tercer ciclo (máster, doctorado o posgrado) las que necesitan más tiempo (12 años y tres meses).
Le siguen las mujeres que tienen estudios primarios (10 años y nueve meses) y las que no saben leer y escribir, que tardan una media de ocho años.
En México estas estadísticas no se han dado a conocer, pero me imagino que debe ser la misma tendencia. Para algunas mujeres mexicanas resulta muy difícil denunciar a su pareja por temor a que sufra más violencia o por que es amenazada de perder su sostén económico y social; y es que, aunque parezca difícil de creer, la misma sociedad muchas veces las violenta aún más.
Lo que si sabemos en México es que cada día se incrementa más el número de mujeres violentadas por medio de redes sociales, y las denuncias no corresponden a la cantidad de casos.
Exigen seguridad
De acuerdo con Marcos Arturo Rosales, titular de la Unidad de Investigaciones Cibernéticas y Operaciones Tecnológicas de la Fiscalía General de la República, entre 2018 y marzo de 2019, sólo han recibido 65 denuncias por violencia de género a través de la red.
Esta cifra es ínfima si tomamos en cuenta que más de 9.6 millones de mujeres han sido objeto de violencia a través de internet.
La difusión de imágenes y de videos con contenido sexual, las amenazas, la denostación y los ataques de “troles” son algunas de las agresiones en contra de las mujeres en la red.
La mayoría de estas agresiones se circunscriben en el rubro de la llamada “pornovenganza”.
La violencia contra mujeres en México es escalofriante. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a marzo, al menos 304 mujeres fueron asesinadas en el país; un promedio de 10 crímenes por día.
Según el reporte de la ONU, en África se registra el mayor riesgo para las mujeres de morir a manos de sus parejas o de un miembro de su familia, con una tasa de 3.1 muertes por 100 mil habitantes.
Sin embargo, Asia es el continente donde se concentra el mayor número absoluto de asesinatos de mujeres perpetrados por parejas o familiares, con un total de 20 mil muertes en 2017.
En México diariamente muere una mujer, muchas en manos de un familiar. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2016, 34.3 por ciento de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia sexual en su vida y 93.4 por ciento de las víctimas no presentó denuncia ante las autoridades.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE-2017), de las mujeres que no denunciaron las agresiones, 49.5 por ciento consideró que eran hechos “sin importancia”, otras no sabían cómo o dónde denunciar (15.2 por ciento), algunas más no se expresaron por “vergüenza” (8.9 por ciento), mientras que porcentajes menores se abstuvieron por “miedo a consecuencias o amenazas” (7.3 por ciento) o porque “pensó que no le iban a creer o que le iban a decir que era su culpa (4.7 por ciento).
Las mujeres más vulnerables, las que menos educación y menos recursos económicos tienen, son las que denuncian cuando se atreven a hacerlo en menos tiempo; aun así, es muy difícil que lo hagan.
Si las mujeres no aprendemos a denunciar, cada día habrá más violencia y mayor número de muertes. Hay que comprender que el maltrato no se debe permitir de nadie, mucho menos de quien dice que nos ama, del hombre que tenemos cerca.