Armas y drogas en la red
En la red se comercializa de todo: desde drogas, armas, pornografía infantil y hasta órganos. Sicarios ofrecen sus servicios para matar a bajo costo y también se pueden contratar hackers profesionales. Estos programadores pueden desde clonar tarjetas hasta robar bitcoins por dinero.
Se ofrecen a través de la Deep Web, también conocida como Internet Profunda. Entrar a ella es sencillo, lo difícil es salir.
Son servidores distintos a los tradicionales, como Google y Yahoo.
Para poder llegar a la red profunda, la mayoría de las veces se puede hacer por un servidor llamado Linux; otras veces, cuando se abren los links que vienen directo de la red profunda.
Para contratar servicios de sicarios o hackers, se puede hacer por un servidor llamado Tor.
Una vez se hace algún acceso a esta red desde una computadora, ésta quedará registrada. La gran mayoría de los que navegan por esta red son programadores muy experimentados. Y las personas que están en esa web profunda obtienen toda la información de la computadora que busca accesar a lo prohibido. Los que accesan saben que lo tienen que hacer desde una computadora que sólo utilizan para esa red; el riesgo de que se roben la información dentro de la misma es enorme.
Los mercados ilegales de la Deep Web revolucionaron en su momento el consumo de drogas, ya que los compradores podían tener acceso a un amplio catálogo de sustancias ilegales; desde medicinas con receta hasta LSD y heroína.
Por ejemplo, en cuanto a productos comestibles fusionados con drogas, en Estados Unidos se podrían adquirir paletas con fentanilo y gomitas con MDMA (éxtasis); mientras que en el Reino Unido se podía adquirir brownies o chocolates con cannabis.
Fue en 2016 cuando un grupo de jubilados ingleses decidieron crear la tienda Fat Freddy’s Cat, que al poco tiempo se convirtió en uno de los productores de comestibles de más alto perfil en Deep Web, debido a que era el único que vendía comida con alucinógenos tradicionales: hongos mágicos.
Fue así como uno de sus comestibles más populares fueron los “choco hongos”, chocolates psicodélicos que preparaban con ganache de vainilla y chocolate oscuro para cubrir el sabor de los hongos.
De acuerdo con la DEA, el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, Los Zetas y el Cártel del Golfo son los que utilizan la llamada DarkNet (contenido deliberadamente oculto en la Deep Web) para la venta de drogas sintéticas en Estados Unidos.
En su sesión de abril de 2018 en la Ciudad de México, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) alertó del incremento de la venta de drogas en la red.
Además, señaló que en los últimos 10 años se detectaron en el mundo más de 700 nuevos tipos de sustancias sicoactivas altamente mortales, 400 de las cuales se comercializan en la DarkNet.
Lo más grave de todo esto es que para poder conseguir droga en la red, ya no se necesita entrar a la red profunda. Sin ingresar a la Deep Web se pueden obtener, por ejemplo, “choco hongos”, cocaína, drogas sintéticas o mariguana, ya que se pueden comprar fácilmente a través de redes sociales como Facebook, así, a la vista de todos.
Este comercio de drogas en la red social más grande del mundo se ofrece a través de publicaciones en perfiles personales y en grupos, a los cuales, pese a filtros, no es difícil acceder.
Una vez contactado al distribuidor, éste ofrece un catálogo con fotos y precios sobre los productos que ofrece.
Es así como el contacto y negociación se da vía Facebook, y ya ahí se decide el tipo de entrega, la cual se puede realizar a través de empresas de paquetería.
Los consumidores pagan la droga con tarjeta de débito o crédito, transferencia online, criptomonedas o en efectivo si la entrega se hace personal, la cual puede ser en vehículos, plazas comerciales, panaderías, en alguna estación del Metro o en el domicilio del consumidor.
Tras haber cerrado la transacción, los usuarios intercambian su experiencia en Facebook sobre la calidad de la droga y el “servicio” que recibieron del distribuidor.
Este mercado activo es tan grande que ha llevado a que la droga no sólo sea ofrecida a través de Facebook; también se puede adquirir en Snapchat, WhatsApp, Kik, Instagram, Twitter, o incluso sitios como Tinder y Grindr.
De acuerdo con el estudio publicado por el International Journal of Drug Policy, #DrugsForSale, en el cual se entrevistaron a 358 personas principalmente de Reino Unido, Australia, Canadá y Estados Unidos, arrojó qué tipo de aplicaciones de redes sociales utilizan para comprar drogas ilegales.
Snapchat fue utilizado por un 76 por ciento, 22 por ciento usó Instagram, 11 por ciento WhatsApp y 10 por ciento Facebook o Facebook Messenger.
La doctora Leah Moyle, profesora de Criminología en la Universidad de Londres y una de las autoras del estudio, dijo que la principal razón por la que los usuarios usaban estas aplicaciones para buscar droga era porque ellos consideraban que aplicaciones como Snapchat eran “totalmente seguras; la gente creía que estas aplicaciones incluyen funciones de seguridad que protegen sus mensajes”, señaló.
Moyle dice que las redes sociales ofrecen la oportunidad de encontrar nuevos clientes, al mismo tiempo que estas aplicaciones facilitan el acceso a una gama mucho más amplia de sustancias que las que había antiguamente.
Ayer les decía en este espacio cómo los narcomenudistas buscan constantemente distribuir la droga; lo hacen en escuelas públicas o privadas, en universidades, en restaurantes o bares. Y también lo hacen por medio de redes sociales de una forma cada vez más descarada.
En la Deep Web está todo lo ilícito que se pueda imaginar, pero muchas cosas, sobre todo drogas, se encuentran simplemente a través de redes sociales. Y desgraciadamente cada vez hay más droga en nuestro país y menos decomisos.
Así que narcóticos hay, y de sobra.