¿Les avergüenza Vallejo?, recuerden a Godoy
Michoacán era un estado controlado por el narcotráfico desde antes de la elección estatal de 2011. Hoy muchos prefieren no recordarlo, pero el Michoacanazo fue una advertencia de que la estructura de poder de ese estado estaba infiltrada, de principio a fin, por el narcotráfico y el crimen organizado; que La Familia (luego convertida en Los Caballeros Templarios) tenía gente en todos los estamentos de poder, incluyendo la casa de gobierno estatal y la familia, valga la redundancia, gobernante.
Entre los detenidos por el Michoacanazo estaban el equipo de seguridad del gobernador, incluyendo sus más cercanos (en lo personal y político) colaboradores del área, varios presidentes municipales, legisladores y hasta un par de jueces locales. Y hubo un solo prófugo, Julio César Godoy Toscano, medio hermano del gobernador y electo diputado federal. Más de 30 detenciones en una mañana que pudieron haber roto la estructura de poder de ese cártel, por lo menos en lo relacionado con su esquema de protección política.
Pero todos los apresados quedaron en libertad. Un juez, ahora prófugo, decidió que no había pruebas suficientes contra ellos y todos fueron liberados. ¿Cómo fue posible? Porque los intereses políticos, locales y federales se opusieron terminantemente a la operación, no dieron apoyo. Y porque, como en muchos otros terrenos, dejaron espacios políticos a la delincuencia argumentando que todo era parte de una agenda personal del entonces presidente Calderón, de García Luna o de quien usted quiera.
El hecho es que el PRI, el PRD e incluso una parte del PAN no asumieron su responsabilidad, por miedo, por cálculo, algunos por complicidad.
Lo que hemos visto con Rodrigo Vallejo, Jesús Reyna y otros es políticamente monstruoso, es verdad. Pero hay que tener memoria: lo sucedido con Julio César Godoy fue mucho más bochornoso aún. A Rodrigo lo vemos en un video, como vimos antes a Jesús Reyna. Pero al hermano del entonces gobernador lo tenían grabado hablando con La Tuta desde que era candidato. Con mi compañero Jorge Fernández Menéndez mostramos en Todo Personal (y en el libro Justicia Inútil, publicado hace más de tres años) cómo el gobernador Godoy y el PRD operaron para darle impunidad a Julio César, a pesar de que conocían esas grabaciones que más tarde se hicieron públicas.
Pasó un año, los detenidos por el Michoacanazo quedaron en libertad, el mismo juez otorgó un amparo a Godoy, y el PRD logró meterlo a la Cámara en forma clandestina —escondido en la cajuela de un automóvil—, dejarlo dos días escondido en las oficinas de su entonces coordinador, Alejandro Encinas, llevarlo al pleno, escoltado también por el actual gobernador priista de Coahuila, Rubén Moreira, y hacerlo rendir protesta. Hacerlo diputado y darle fuero.
Cuando se pidió desde la PGR su desafuero, en el PRD dijeron que todo era parte de una persecución política… hasta que a la comisión que encabezaba César Augusto Santiago llegaron decenas de pruebas, incluyendo las grabaciones de Godoy con La Tuta. Todavía le dieron tiempo al diputado, mientras conservaba el fuero, de desaparecer. Nadie se ha hecho responsable de haber convertido en diputado a un narcotraficante. Nunca nadie fue llamado a declarar sobre el caso Godoy… porque todos tenían fuero.
Lo de los Vallejo es bochornoso, es verdad, pero hay que reconocer que es polvo de aquellos lodos: así es como se logra que los políticos corruptos se sientan, sean, impunes.
bibibelsasso@hotmail.com
Twitter: @bibianabelsasso