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La discrecionalidad de la justicia

Mientras liberan a uno de los líderes de Guerreros Unidos, detienen y aplican la justicia a otro dirigente, pero de Los Rojos, el grupo rival. Disputa que fue el motivo de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Después de una exhaustiva investigación acerca de la desaparición de los 43 alumnos normalistas, se sabe que el crimen fue perpetrado por la delincuencia organizada cuando miembros de Guerreros Unidos pensaron que los jóvenes pertenecían a su grupo rival, Los Rojos.

Iguala es un punto estratégico para el trasiego de droga, ya que es paso obligado entre Tierra Caliente, Acapulco, Taxco, Cuernavaca y el Estado de México.

En Iguala operan Guerreros Unidos y está ubicada al norte del estado y a la entrada de Tierra Caliente; y desde ahí se desplazan para trabajar en otros sitios. Este territorio, entre otros grupos criminales, también se los disputan Los Rojos.

José Luis Abarca, quien era alcalde de Iguala cuando los jóvenes desaparecieron, es señalado por tener nexos con Guerreros Unidos. Uno de sus cuñados fue Alberto Pineda Villa, El Borrado, hermano de su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, y que operaba para Arturo Beltrán Leyva; y su otro cuñado, Salomón Pineda, El Molón, estuvo preso en una cárcel de Tamaulipas y fue puesto en libertad.

Además de todos los peritajes realizados están las declaraciones de Sidronio Cassarubias, quien era jefe de los sicarios de Guerreros Unidos, quien reconoció que recibió un mensaje de texto en su celular de parte de su terrateniente, identificado como Gildardo López Astudillo, alias El Gil El Cabo Gil.

Cassarubias asegura que El Cabo Gil le informó que tenía aseguradas a varias personas, a las cuales se refirió como integrantes del grupo contrario. En realidad, esos detenidos eran los normalistas, y él mismo reconoce haber dado la orden de ejecutarlos.

El Gil fue detenido y, recientemente, fue liberado. Tenía dos procesos penales, uno por delincuencia organizada, del cual fue absuelto en junio del año pasado, por falta de elementos; y otro por secuestro, en relación con la desaparición de los estudiantes.

El Juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en Tamaulipas lo dejó en libertad debido a que sus confesiones habrían sido obtenidas mediante tortura y así determinó que las 44 pruebas en su contra no eran suficientes para acreditar el delito. Pero aun más grave: desestimaron las pruebas que otorgaron las agencias de investigación de Estados Unidos.

Deuda pendiente

Por si fuera poco, esta decisión judicial sienta un precedente para liberar a otros 50 inculpados. Con El Gil son ya 53 los implicados en el caso Ayotzinapa que han salido libres a lo largo de cinco años.

En el programa Todo Personal transmitimos los testimonios y en ningún momento estos señores se ven ni torturados ni amenazados.

Mientras El Gil, de Guerreros Unidos, es liberado, el líder del grupo rival, Santiago Mazari Hernández, El Carrete, de Los Rojos, está detenido, y a poco más de un mes de su captura suma ya su cuarto proceso penal.

Hace unos días, un juez federal le dictó un nuevo auto de formal prisión: ahora por los delitos de delincuencia organizada, con la finalidad de cometer ilícitos contra la salud y secuestro.

El primer auto de formal prisión fue por delincuencia organizada; el segundo, por delincuencia organizada y secuestro agravado; y el tercero, por delincuencia organizada, con la finalidad de cometer delito en materia de secuestro.

Lo cierto es que estos dos sujetos que le acabo de mencionar, no sólo son imprescindibles para conocer lo que pasó aquella noche del 26 de septiembre de 2014, sino para entender la ola de violencia que se ha suscitado entre estos dos grupos criminales: Guerreros Unidos y Los Rojos.

El Carrete es señalado como uno de los principales generadores de violencia en Guerrero y Morelos.

Apenas el pasado 3 de septiembre, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas, atribuyó el repunte de la violencia en Morelos, incluido el ataque en una terminal de autobuses de Cuernavaca, a la recomposición de los grupos delictivos en la entidad, después de la captura de El Carrete.

Encinas calificó de indignante la liberación de Gildardo López Astudillo, El Gil, uno de los principales involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Iguala.

Con la liberación de uno de los líderes de Guerreros Unidos, y con la detención de otro líder, pero del grupo contrario, Los Rojos, los reacomodos en el mundo criminal dejarán muchos muertos.

Apenas el pasado viernes fue asesinado Miguel “N”, alias El Pantera y/o El Sosa, identificado como lugarteniente de Los Rojos en Cuautla, Morelos, y tercero al mando de la organización criminal.

El Pantera fue asesinado en el municipio de Ayala, cuando se trasladaba en un vehículo, junto con una mujer.

Días antes, cinco sujetos fueron asesinados en la central de autobuses Estrella de Oro de Cuernavaca; eran integrantes del grupo criminal Gente Nueva (antes Guerreros Unidos) y entre ellos estaba su jefe, Gabriel “N”, alias El Gaby, de 37 años de edad, y originario de Iguala, Guerrero.

A inicios de septiembre fue detenido en Puebla Miguel Ángel González Montaño, alias El Michoacano, vinculado con Guerreros Unidos y considerado uno de los objetivos prioritarios y generador de violencia en la zona oriente del estado de Morelos.

Mientras tanto, en Guerrero no es diferente. El miércoles 21 de agosto fue detenido Zenén Nava Sánchez, El Chaparro, presunto líder de Los Rojos, a quien se le atribuye la violencia generada en las zonas centro y en la región de La Montaña de Guerrero, debido a la disputa que mantiene con el grupo delictivo Guerreros Unidos por el control y trasiego de heroína hacia Estados Unidos.

Y es que, según información de la DEA, Guerreros Unidos ha tejido una “extensa red” en los últimos años para transportar y distribuir heroína en Chicago, Los Ángeles, Phoenix, Atlanta, Pittsburg, Indiana y Nueva Jersey.

Un negocio que se disputa con otros grupos criminales y esto genera aún más violencia.

Una muy mala estrategia de seguridad: mientras se libera a uno de los líderes de Guerreros Unidos, se captura al líder de Los Rojos. 

Como consecuencia, la violencia se va a desatar aún más en los próximos días. Ya durante el pasado mes se registraron dos mil 993 asesinatos, de acuerdo al el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; esperemos las próximas cifras.