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El cártel del AICM

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) ha sido, históricamente, uno de los centros de operación más importantes para los cárteles de la droga, por su conexión con todo el mundo.

Apenas hace unas semanas, en el drenaje del AICM fueron encontrados 67 condones llenos de cocaína líquida.

El hallazgo no fue parte de ninguna investigación especial; sucedió por coincidencia. Una empresa contratada para desazolvar las tuberías, como parte del mantenimiento rutinario al sistema de desagüe del aeropuerto, hizo el hallazgo.

Fue entonces que agentes de la Policía Federal adscritos a la terminal aérea realizaron trabajos para sacar del drenaje la droga. El peso total era de dos kilos 700 gramos.

No era la primera vez que empleados en el aeropuerto encontraban droga en el drenaje; pero al parecer es una de las artimañas utilizadas por los criminales para sacar la droga del aeropuerto sin pasar por los filtros de seguridad.

Lo cierto es que este tipo de pequeños decomisos se realizan muy seguido en el AICM; pero también los hay en cantidades mucho más importantes.

El pasado 28 de septiembre, la Fiscalía General de la República (FGR) aseguró en ese aeropuerto 29 kilos 164 gramos de una sustancia química precursora de fentanilo, en un vuelo de carga procedente de Shanghai, China.

Reportes de inteligencia señalan que, en muchas ocasiones, los decomisos de droga son en realidad distractores para que pasen cargamentos más grandes. Y es que las redes del narcotráfico han logrado establecer todo un sistema que involucra al personal de plataforma, pilotos, controladores, azafatas, guardias de seguridad privada e incluso, elementos federales, para pasar, enviar o recibir la droga.

Se sabe que el AICM fue controlado durante muchos años por el Cártel de Sinaloa, el Cártel de los Beltrán Leyva, y hoy en día es manejado por el Cártel Jalisco Nueva Generación.

De acuerdo a información de la Policía Federal y de la entonces PGR (2017), la terminal aérea capitalina es el punto de los grupos del narcotráfico para triangular el trasiego de drogas de Centro y Sudamérica hacia Estados Unidos o el continente europeo, principalmente de sustancias como cocaína, heroína, cristal, efedrina, fentanilo y pseudoefedrina.

En 2012, la División de Inteligencia de la Policía Federal identificó que parte de su personal adscrito al AICM operaba para el crimen organizado. Un año antes se identificó una célula de los Beltrán Leyva dedicada a reclutar “mulas” para transportar dinero en efectivo con destino final a Colombia. Fue cuando se dio la balacera y esos elementos fueron dados de baja y juzgados.

En septiembre de 2015 se dio uno de los mayores decomisos en el AICM. Esa ocasión se incautó una tonelada de cocaína negra, procedente de Bogotá, Colombia.

La Policía Nacional de Colombia alertó del vuelo con la droga, perteneciente al Cártel de Sinaloa, por lo que se desplegó un operativo en la zona de aduanas del AICM, a la espera de que reclamaran los 40 costales, con 25 kilos cada uno, identificados con una etiqueta que amparaba el traslado de óxido de zinc.

Pero nadie lo reclamó. De haber llegado a manos del Cártel de Sinaloa, la droga habría generado alrededor de tres millones de dosis.

Se sabe que los Zetas, los Beltrán Leyva y el Cártel del Golfo operaban en el AICM, pero el control lo tenía el Cártel de Sinaloa.

Cada una de esas organizaciones criminales tenía acuerdos con personal del aeropuerto, empleados de aerolíneas y cuerpos de seguridad; y aunque todavía operan, sus embarques han disminuido.

Operación cotidiana

Pero tras la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán, en enero de 2016, y su extradición a Estados Unidos un año después, el Cártel de Sinaloa perdió presencia en la terminal aérea.

Desde hace más de un año, de acuerdo a reportes de la Policía Federal, además de cocaína, heroína, metanfetamina y cristal, se comenzó a detectar el tráfico de fentanilo en el aeropuerto.

Fue el CJNG el que incursionó directamente en la distribución de ese opiáceo sintético, más potente que la heroína y la morfina, y que se consume principalmente en Estados Unidos.

Ahora, el CJNG es el que tiene el control del AICM y junto con su brazo financiero, Los Cuinis, dominan el trasiego de drogas sintéticas.

Pero mientras se libran estas batallas entre autoridades y grupos criminales, hay decisiones que no se entienden.

Y es que desde hace años, personal que trabaja en el aeropuerto, desde altos directivos, pilotos, aeromozas, encargados de limpieza, de maletas, entre otros, forman una red de protección de traficantes.

Ha habido decenas de casos en los que personal del aeropuerto, en Colombia y Perú, en contubernio con mexicanos, meten droga en las maletas de los pasajeros.

Recordemos el caso de la maestra Ángel de María Soto Zárate, quien fue acusada de ser propietaria de una maleta con 10 kilos de cocaína. Su maleta no llegó, así que cuando se disponía a abandonar el aeropuerto recibió una llamada que decía que su maleta había aparecido, y al acudir fue detenida por policías federales acusada de transportar droga.

En 2013, Ernesto de la Torre Carbajal, un contador de la firma Price Water House Coopers, también fue detenido cuando llegaba al AICM porque había una maleta registrada a su nombre con 27 kilos de cocaína.

Por esas mismas fechas, un empresario que viajaba de regreso a la Ciudad de México, procedente de Perú, no recibió su maleta. Cuando le quisieron entregar otra que venía a su nombre, y sabiendo cómo operan los traficantes de drogas, no la recibió y dio aviso a las autoridades. En ella encontraron varios kilos de cocaína. Ésta sigue siendo una práctica común.

¿Cómo operan? Cuando se documenta alguien en Sudamérica, se registran varias maletas a nombre de distintos pasajeros y muchas de ellas llevan fármacos. Se sabe que dejan visibles una o dos piezas para distraer la atención de las autoridades y así se ingresa al país mucha droga.

Para lograrlo están coludidas autoridades de las líneas aéreas y de seguridad de los aeropuertos.

 

Los 67 condones llenos de cocaína líquida que se encontraron hace apenas unas semanas en el drenaje del AICM es tan sólo la punta del iceberg del tráfico que existe en el aeropuerto desde hace años, pero no se ha desmantelado esa red de corrupción.