El pendiente de la seguridad
En el Congreso se logran sacar adelante propuestas como la figura de revocación de mandato, la nueva ley conocida como antifactureras y la consulta popular, casi como el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo habían planteado, lo que le permite al actual Gobierno quedarse prácticamente con los hilos en la mano para diseñar el futuro del país.
Quedan dos pendientes fundamentales para lograr resultados exitosos: la economía y la seguridad. Sin ellos, el país puede retroceder dramáticamente.
Vamos a hablar del tema de la seguridad, que es un desafío enorme.
Mientras en la Ciudad de México, en un fin de semana asaltan la tienda de Louis Vuitton, en Polanco, o el restaurante Bakea, en las Lomas de Chapultepec; en Aguililla, Michoacán, o en Iguala, Guerrero, matan en emboscadas a casi 30 personas.
Lo sucedido el pasado lunes en Michoacán es el resultado de una historia de años de disputas del narcotráfico que nadie ha querido analizar a fondo y tomar cartas en el asunto. Es el resultado de una descomposición social que necesita atención y también de la fuerza del Estado para que ponga orden.
Eran alrededor de las 7 de la mañana, cuando elementos de la Policía de Michoacán salieron de la ciudad de Apatzingán en cinco unidades oficiales, con dirección al municipio de Aguililla para atender una orden emitida por un juez penal de esa región. Tenían que resguardar a una mujer y a su hija.
En su trayecto, el convoy de policías fue emboscado en la localidad del Aguaje por un grupo armado integrado por más de 30 personas, quienes viajaban a bordo de cinco vehículos blindados.
Homenaje a policías abatidos
Los agresores, supuestos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), atacaron a los agentes con armas de grueso calibre.
Fue una masacre. En el lugar quedaron 13 policías muertos y nueve más heridos. Los audios de los propios policías pidiendo ayuda, que enviaban a sus corporaciones para que fueran a rescatarlos, son desgarradores. Nadie les hacía caso.
Antes de huir, los criminales quemaron al menos dos vehículos oficiales. Los peritajes ubicaron más de 110 balas de calibres .50, .223 y 7.62.
Los asesinos dejaron dos mensajes sobre los parabrisas de las unidades policiales, dirigidos a las autoridades policiacas de Michoacán, a quienes señalan de apoyar a grupos criminales rivales del CJNG.
Un día después se llevaron a cabo los homenajes para los oficiales caídos; sin embargo, sólo seis de las 13 familias se presentaron; las otras siete expresaron su inconformidad por la falta de acciones del gobernador Silvano Aureoles para combatir la inseguridad.
Pero hay que ver qué pasa con la mayoría de los alcaldes en Michoacán, que no han querido firmar los acuerdos de colaboración con las Fuerzas Federales. Es un tema que se debe resolver para mantener con seguridad la zona; pero mucho confluye entre narcotráfico, autodefensas y política.
Bryan, uno de los agentes policiacos que se salvó porque era su día de descanso, señaló que en Michoacán no existe la ley; ésa es la verdadera situación en el estado.
El martes, un día después del atentado en Michoacán, se dio otra emboscada, pero en Guerrero. Eran alrededor de las 17:15 horas, en la comunidad de Tepochica, Iguala, cuando un grupo de hombres armados atacó a militares que acudían a atender un llamado de emergencia.
Tras ser sorprendidos, los elementos del Ejército repelieron la agresión, lo cual desató un enfrentamiento que habría ocurrido cerca del panteón de la comunidad y del centro de salud, a 500 metros de la carretera México-Acapulco, en la salida hacia Chilpancingo.
En el lugar fueron abatidas 14 personas del grupo criminal; mientras que un elemento castrense perdió la vida y otro más resultó herido.
Se había dicho que uno de los sicarios fallecidos sería Gildardo López Astudillo, El Gil, implicado en la desaparición de los jóvenes de Ayotzoinapa y quien fue liberado hace unos días; pero la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) descartó que López Astudillo sea uno de los civiles muertos.
De acuerdo a información de autoridades federales, a los civiles armados se les aseguraron armas de alto poder y tres vehículos con reporte de robo, en los que se trasladaban.
Pero no fue todo durante ese martes.
En la ciudad de Acámbaro, Guanajuato, se registró un enfrentamiento más entre elementos de la División de Fuerzas Federales de la Policía Federal y hombres armados.
Según los reportes, el enfrentamiento inició en la calle Bandera Nacional, de la colonia San Isidro, lugar donde los policías hacían labores de patrullaje.
Cuando los hombres armados se percataron de la presencia de la Policía Federal empezaron a disparar, intentando huir del lugar, por lo que los uniformados repelieron el fuego, iniciando una persecución.
En el lugar murió una persona, mientras que otras tres fueron detenidas; además, se les aseguró una camioneta.
Sin embargo, minutos más tarde, en la avenida Primero de Mayo, hombres armados lanzaron una granada de fragmentación al hotel donde se encuentran instalados elementos federales; ahí resultó herido un uniformado.
Todos los meses se rompen las cifras históricas de la violencia. Ya no podemos pensar en que la culpa es del pasado. Se tiene que trabajar con el ahora, resolver esta crisis; si no se controla, nada de los logros que ha tenido este Gobierno se podrá reflejar.
Los ciudadanos, usted y yo, lo que queremos es seguridad y un ingreso digno para mantener a nuestras familias.