La oposición y el oficialismo
Hoy, la oposición y el oficialismo se encuentran dentro del mismo partido; el partido en el poder. La batalla se libra entre sus propios dirigentes y militantes. Entre ellos no llegan a acuerdos y los golpes son duros.
A Morena le queda mucho camino por recorrer para lograr la renovación de su dirigencia nacional.
La pelea ha sido intensa, es la tercera vez que Morena convoca a un congreso en un mes, luego de la crisis interna y la violencia desatada en los consejos distritales, que se hacen con miembros del mismo partido y en los cuales ha habido todo tipo de irregularidades e incluso, han acabado a balazos entre los propios militantes.
Hoy no se tiene una fecha clara para determinar quién será el nuevo dirigente del partido guinda.
En apenas cinco años de historia, Morena se ha convertido en el partido más poderoso del país.
Fue apenas en 2014 cuando obtuvo su registro como instituto político; un año después, fue su primera participación en un proceso electoral; mientras que en 2018 compitió en su primera elección presidencial, la cual ganó de la mano de Andrés Manuel López Obrador, con un gran margen.
Actualmente gobierna siete entidades: Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz. Además, gobierna 346 municipios, es mayoría en 20 Congresos locales; mientras que en el Congreso federal, Morena tiene 259 de 500 diputados; es decir, 51.8 por ciento; mientras que en el Senado de la República cuenta con 59 de los 128 escaños, es decir, 46 por ciento.
Esto es lo que representa Morena no sólo en números, sino en poder político (y económico). Es por eso que las tribus internas del partido luchan despiadadamente por las posiciones de poder, y para muestra, los hechos de violencia registrados en los pasados Congresos distritales, sobre todo en Guadalajara, donde cuatro personas resultaron heridas por un comando e Hidalgo, donde también se registraron disparos.
Cabe señalar que en los Congresos distritales se elegirían a los coordinadores distritales, congresistas estatales, consejeros estatales, y congresistas nacionales.
Pero tras los hechos de violencia en varios estados, por parte de sus militantes, la secretaria general en funciones de presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, suspendió la elección para renovar la dirigencia nacional debido a la falta de condiciones de seguridad para realizarla y que, además, su padrón no era confiable.
“La verdad es una pena lo que está sucediendo, lo dije todo el tiempo, ese padrón no sirve, no es confiable y no debíamos usarlo, porque no podemos arriesgar a nuestras compañeras y compañeros”, afirmó.
La pugna interna
Además, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló la convocatoria para la realización del tercer Congreso Nacional, en el que se elegirían a los nuevos dirigentes de Morena, con el argumento de que el padrón con el que se hicieron las asambleas no es confiable; con esta determinación se anuló el proceso electoral interno.
El Tribunal le dio al Comité Ejecutivo Nacional de esta fuerza política un plazo de 90 días para reponer dicho procedimiento.
Esta decisión fue bien recibida por Yeidckol Polevnsky, Mario Delgado y Alejandro Rojas, quienes aspiran a dirigir Morena, y que además se habían pronunciado por anular el proceso y sustituir la elección vía congresistas nacionales, por el de la encuesta; sólo la aspirante Bertha Luján apoyaba que se mantuviera el actual método.
Sin embargo, Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, abrió la posibilidad de retirarse de la contienda interna, ante un “proceso corrupto, manchado por la corrupción”.
Pero las tribus del instituto político no sólo pelean el control del mismo, sino también los puestos clave.
Ante este clima de violencia e incertidumbre al interior de Morena, el Presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que no sólo despedirá a los funcionarios que intervengan en el proceso de renovación de la dirigencia, sino que presentará denuncias ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales; pero también ha dicho que podría dejar de militar en el partido que lo llevó al poder.
Y es que, de acuerdo a especialistas, en Morena hay dos grupos; unos identificados como los “químicamente puros”, que son afines al Presidente como Martí Batres y la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; y los “bolivarianos”, como Gerardo Fernández Noroña, Héctor Díaz Polanco, Dolores Padierna y René Bejarano.
Con todo este contexto encima, Yeidckol Polevnsky señaló este fin de semana que la renovación de la dirigencia del partido se concretará hasta mediados del próximo año, por lo que gestionará ante la Sala Superior que le conceda una prórroga de otros 90 días para cumplir la sentencia.
Una vez que el partido depure su padrón y cumpla con la credencialización de los militantes, se convocará a un nuevo proceso electivo, con tres meses de anticipación a la fecha de inicio, lo que ocurriría a mediados de 2020.
Además, Polevnsky comentó que también solicitarán al INE una prórroga para depurar su padrón y concretar la reafiliación o ratificación de la voluntad de la militancia; plazo que vence el 31 de diciembre.
Sin embargo, para lograr este concenso en la cúpula Morenista, se dice que intervino un personaje clave y muy allegado al Presidente López Obrador: Claudia Sheinbaum.
Y es que la Jefa de Gobierno de la CDMX habría intervenido para lograr que tanto Yeidckol Polevnsky como Bertha Luján detuvieran los embates para alcanzar un acuerdo.
De esta manera se acordó la realización de una encuesta para elegir a la persona que encabece la dirigencia nacional del partido; método “sugerido” por el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y es así como entre los propios militantes de Morena se vive una lucha descarnada por el poder y por los recursos que representa dirigir el partido político más poderoso que tenemos en la actualidad.
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