Organizaciones criminales en la CDMX
Un abrazo fuerte a toda la familia Mayo, vamos a extrañar mucho a Don Aurelio.
Descanse en Paz
Una historia que ha marcado un antes y un después en la seguridad en la Ciudad de México, que nos mostró cómo trabajaban las organizaciones criminales en la capital del país, cómo éstas se disputan los espacios de venta de drogas y la manera en que asesinan a sangre fría. Hoy, por fin, se hace justicia y hay sentencias.
Era el 24 de mayo de 2013; un narcomenudista, Horacio Vite, El Chaparro, de La Unión de Insurgentes, fue asesinado en el bar Black, de la colonia Condesa, presuntamente por gente de La Unión Tepito. Este hombre estaba al servicio de José de Jesús Carona, El Chucho, y de Javier Joel Rodríguez Fuentes, El Javis, líder de La Unión Insurgentes.
Días después, en el bar Heaven, secuestraron y asesinaron a 13 jovenes. Lo que ocurrió en ese antro fue la venganza de este grupo contra La Unión Tepito por la muerte de El Chaparro.
Dos jóvenes en particular fueron el blanco de la tragedia del bar Heaven: Jerzy Ortiz y Alejandro Said Sánchez. El primero era hijo de Jorge Ortiz, El Tanque, líder histórico de La Unión de Tepito, quien ya está detenido, y su amigo Alejandro, hijo de Alejandro Zamudio, El Papis, quien fuera el brazo derecho de El Tanque.
Después se sabría que Jerzy y Alejandro repartieron volantes y pegaron carteles en Tepito, anunciando que se harían cargo del control de la distribución de droga en el barrio bravo y que buscarían extender el negocio.
Pasó un año para que fuera sepultado Jerzy Ortiz en el panteón Jardines del Recuerdo, en Tlalnepantla, Estado de México. Su madre exigió a las autoridades que capturaran al responsable del homicidio de su hijo.
El Javis fue señalado como el autor intelectual, según la declaración de nueve de sus cómplices. Y finalmente, seis años después, un juez dictó una sentencia condenatoria de 520 años de prisión en contra de Joel Fuentes Sánchez, o Javier Joel Rodríguez Fuentes, o José Joel Rodríguez Fuentes, o Carlos Iván Martínez Hernández, alias El Javis, autor intelectual del secuestro y posterior homicidio de los jóvenes.
La investigación dice que el móvil del secuestro y homicidio múltiple fue la disputa y control de la venta de drogas en la Zona Rosa, entre la entonces llamada La Unión Insurgentes y lo que ahora se conoce como La Unión Tepito.
La detención de algunos de los involucrados inició el desmantelamiento de La Unión Insurgentes por la detención de su líder, El Javis, y de varios de sus integrantes; pero también el suceso recrudecía la violencia entre los grupos criminales que operaban en la Ciudad de México; historia que comenzó años antes.
Se sabe que La Unión Tepito nació en 2010, bajo el mando de Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua.
La Unión tomó el control de las narcotiendas en el barrio; se dice que tuvo una supuesta relación con el Cártel Jalisco Nueva Generación, aunque también se habla de un presunto “apradrinamiento” de Édgar Valdéz Villareal, La Barbie, y el Cártel de los Beltrán Leyva.
La Unión Tepito diversificó sus actividades delictivas, como secuestro exprés, robo de inmuebles, venta de piratería, tráfico de armas al menudeo y extorsión telefónica; sin embargo, una de las prácticas que más realiza es la extorsión de comercios, en especial en bares y centros nocturnos de Polanco, Zona Rosa, la Condesa, la Roma, la Del Valle e Insurgentes.
Un castigo ejemplar
Otro actor importante en esta historia de violencia es Roberto Moyado Esparza, mejor conocido como El Betito, quien comenzó sus actividades criminales en 2008, cuando fue detenido por asalto en Polanco; pero no estuvo mucho tiempo preso y cuando obtuvo su libertad fue reclutado por La Unión Tepito.
Con el tiempo, La Unión tomó fuerza en la capital, por lo que algunos de sus integrantes, como El Betito, comenzaron a poner entredicho el liderazgo de Pancho Cayagua. Fue a finales de 2015 cuando las diferencias entre ambos personajes provocaron la escisión del grupo.
De un lado se encontraba Francisco Javier Hernández Gómez y por el otro estaba Roberto Moyado Esparza, con su grupo, al que llamaron La U.
Como era de esperarse, la guerra inició, dejando varios asesinatos en la Ciudad de México, hasta la captura de Pancho Cayagua, en agosto de 2016, por el asesinato de dos personas.
Fue entonces que La U comenzó a tomar más poder y presencia; pero Pancho Cayagua no tardó en salir de prisión y fue liberado en febrero de 2017.
El 11 de octubre del mismo año, Pancho Cayagua se encontraba en su casa cuando recibió una llamada que lo alteró y salió a bordo de su automóvil. A las 14:30 horas llegó al estacionamiento de una tienda de autoservicio ubicada en Insurgentes y Ticomán, colonia Tepeyac Insurgentes, alcaldía Gustavo A. Madero. Lo que no sabía es que ya lo venían siguiendo cuatro personas a bordo de motocicletas.
En el estacionamiento fue sorprendido por los sujetos, quienes le dispararon con armas calibre nueve milímetros.
Con el asesinato, La Unión Tepito comenzó a colocar narcomantas firmadas supuestamente por el CJNG; en ellas advertía que ese cártel entraría a “limpiar” la ciudad de bandas criminales que operan en el sur de la capital, entre ellas a los narcomenudistas de La U.
Pero El Betito fue detenido en agosto de 2018 por la Policía Federal en la alcaldía Tlalpan, con una apariencia nueva gracias a un bypass gástrico y un injerto de cabello.
Actualmente, el presunto líder de La Unión Tepito es Óscar Adrián Flores, El Lunares, quien desapareció del radar de las autoridades capitalinas luego del operativo en Peralvillo 33, realizado el pasado 22 de octubre.
Pero no sólo era la guerra entre La Unión Tepito y La U; también surgió la Fuerza Anti-Unión.
En diciembre de 2017 fue secuestrado uno de los hermanos de Jorge Flores Concha, El Tortas, a manos de miembros de La Unión. En esos días El Tortas estaba preso, pero al salir se alió con miembros del llamado Cártel de Tepito, con comerciantes y con integrantes del CJNG; así crearon la Fuerza Anti-Unión.
Este grupo criminal se caracteriza por el grado de violencia ejercido contra sus víctimas, ya que no sólo realiza las ejecuciones, sino que desmiembra o decapita los cuerpos, para después abandonarlos en las calles de la Ciudad de México.
Pero en el sur operaba otro grupo que dominaba al menos siete alcaldías: El Cártel de Tláhuac, liderado por Felipe de Jesús Luna, El Ojos.
En julio de 2017, elementos de la Secretaría de Marina Armada de México realizaron un operativo en el que abatieron a El Ojos; pero más allá del golpe al Cártel de Tláhuac, el operativo dejó al descubierto la operación de fuertes grupos del narcotráfico en la capital del país.
Esta semana fue detenido El Bandido, un nuevo líder de La Unión; con esta detención se continúa desarticulando a organizaciones criminales, pero todavía hay mucho por hacer.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Procuraduría General de Justicia (PGJ) han identificado a por lo menos 16 grupos delictivos relacionados con cárteles del narcotráfico en la CDMX.
Estos reportes indican que las acciones violentas efectuadas por el CJNG (Cártel Jalisco Nueva Generación) están dirigidas principalmente contra grupos como La Unión Tepito y la Fuerza Anti-Unión, dedicados a la extorsión, el narcomenudeo y los homicidios.
Con Omar García Harfuch al frente de la SSC se han dado varias detenciones importantes de líderes de grupos delictivos en la CDMX, mismos que son responsables de gran parte de la violencia que se genera. Ojalá y a esas personas se les dicte sentencia, al igual que al Javis; sólo así se podrá controlar la seguridad en la capital del país.
BAJO SOSPECHA