El país de la desigualdad
En el 2010, según datos del Coneval, 21.4 millones de niños y adolescentes se encuentran en pobreza multidimensional, que quiere decir que no tienen los bienes necesarios para la sobrevivencia; 28 por ciento carece de una buena alimentación, 18.5 por ciento no tiene servicios básicos en sus viviendas, 35.8 por ciento no tiene acceso a servicios de salud, el 68.3 por ciento no tiene acceso a la seguridad social, y el 23.2 por ciento sufre de rezago educativo.
La situación no ha mejorado, México es uno de los países más desiguales: algunos tienen muchos recursos y oportunidades, otros muchos no tienen prácticamente nada.
A eso le tenemos que sumar que por nuestro territorio hay en tránsito miles de niños, los menores migrantes, que huyen de sus países y buscan llegar a Estados Unidos, y también el hecho de que se ha incrementado drásticamente la violencia en las escuelas con el tema del acoso escolar.
Ayer, el Presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa preferente de Ley General para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, que incluye garantías de derechos humanos para los menores migrantes no acompañados y combate al bullying.
Esta propuesta pretende definir objetivos y estrategias de políticas para atender a los menores de edad y garantizar sus derechos humanos. Que existan procuradurías para la protección de los menores, con la facultad de asesorar y representar a los niños y adolescentes involucrados en casos de justicia penal, además de brindarles albergues que cuenten con los requerimientos básicos. También se busca otorgar nuevos derechos a niños migrantes que viajen solos, para darles asistencia médica, psicológica y jurídica.
Como tercer objetivo se propone que esta iniciativa genere medidas para que los niños crezcan en entornos libres de violencia, con medidas contra el acoso escolar y con mecanismos de denuncia y protocolos para la atención a los menores.
Se podrán establecer multas de hasta tres mil veces el salario mínimo para adultos que en caso de haber tenido conocimiento del acoso no lo hayan impedido. Por otra parte, el gobierno federal ha anunciado que invertirá 160 millones de pesos en programas para prevenir el bullying.
Las intenciones son encomiables, pero la solución no es inmediata. Se tiene que trabajar mucho con la sociedad. En el tema de la violencia entre niños y jóvenes, las sanciones no van a solucionar el problema. Ojalá que este dinero se utilice de la forma más eficiente.
Expertos en estos temas dicen que la solución es que haya módulos de psicología en todas las escuelas. Cuando hay un niño agresor éste debe recibir tratamiento psicológico al igual que sus padres, condicionado a que termine el tratamiento antes de regresar a la escuela. El mismo tratamiento deben recibir los maestros que permiten agresiones y los que agredan a sus alumnos. Y probablemente también los que son agredidos.
Y ése es sólo un capítulo. El camino para garantizar los derechos de niños y niñas es muy largo y tortuoso, pero México no debería de tener un solo niño con hambre, sin escuela, sin acceso a los servicios de salud o experimentando acoso escolar. Ha habido buenas intenciones, esperemos que ahora haya resultados.
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