Las drogas de la pandemia
Funcionarios de la DEA aseguran que quienes más comercializan el fentanilo de manera ilegal son los cárteles mexicanos. Y para ello han encontrado un procedimiento ideal: utilizan las redes sociales, como Snapchat, Facebook, Facebook Messenger, Instagram, TikTok y YouTube para ofrecer su producto directamente al consumidor.
Aumenta el peligro
La DEA también reveló que los narcotraficantes mexicanos usan las plataformas de las redes sociales para vender todo tipo de drogas, pero desde hace poco tiempo se ha incrementado la venta de medicinas mezcladas con fentanilo y píldoras falsas a los hogares estadounidenses. Y es que están a sólo un clic de un teléfono para poderlas obtener.
Es verdad, el fentanilo está acabando con la vida de millones de personas, sobre todo en Estados Unidos. Hay más de 100 mil muertes al año en ese país por consumo ilegal de fentanilo.
Esta droga es un narcótico que se puede usar como anestésico y analgésico. Algunos enfermos de cáncer y con dolor crónico pueden utilizar este opiáceo para tratar los dolores asociados a la enfermedad. Como medicamento, tiene un efecto similar a la morfina, y debe ser consumido siempre bajo prescripción médica.
A diferencia del fármaco, la droga elaborada en laboratorios clandestinos resulta extremadamente peligrosa, siendo la causante de más muertes y sobredosis accidentales. Una de sus características es que su efecto es potente e inmediato, por lo que resulta excesivamente adictivo.
Y es que el tipo de consumo de drogas ha cambiado desde el inicio de la pandemia, como también han cambiado los métodos de distribución. Las redes sociales cada día son más utilizadas para distribuir narcóticos.
La encuesta realizada por Global Drug Survey (GDS) 2021 indica que, entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, el alcohol fue la droga más comúnmente utilizada en los 12 meses anteriores al estudio, consumida por más de nueve de cada diez encuestados. En cuanto a drogas ilegales, el mismo reporte reveló que más del 15% de los encuestados ingirieron sustancias con efectos psicodélicos como el LSD y los hongos alucinógenos, cuyo consumo ha ido en aumento en los últimos años según este estudio.
La pandemia por Covid-19 puso al mundo un nuevo reto, el cómo vivir una “nueva normalidad”, cambiar hábitos, rutinas para adaptarnos. A estas modificaciones también se han adaptado los traficantes de drogas y sus consumidores las han aceptado.
Hoy, los consumidores no sólo están tomando, inhalando o inyectándose alguna sustancia, sino que la mezclan con otras, lo cual lo hace mucho más riesgoso. Los opiáceos ganan terreno frente a las drogas blandas, pese a que sus efectos pueden llevar hasta la muerte.
El consumo de heroína y marihuana permanece, pero es superado ya por el uso de las drogas sintéticas, las cuales son más fáciles de fabricar y de bajo costo.
Los investigadores informan de un aumento del uso de algunas drogas sintéticas, como la etilona y la 3-metilcatinona, 3-MMC. Conocidas como nuevas sustancias psicoactivas, incluyen drogas fabricadas en laboratorios clandestinos sin métodos ni ingredientes consistentes, así como productos farmacéuticos que se desvían al mercado ilegal.
De acuerdo con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, la DEA, el fentanilo se ha convertido en la droga que más ingresos deja a los grupos criminales, los cuales con sólo una inversión de cinco mil dólares comprando productos químicos en México o China, pueden hacer tantas píldoras para generar un millón y medio de dólares de ganancia.
El documento alerta también que el fentanilo es la droga que más está generando muertes por sobredosis en la Unión Americana, y que el consumo de este opioide sintético creció más de 38 por ciento durante la pandemia.
La causa principal de este aumento es la suma facilidad con que se consigue en el mercado negro el fentanilo. Se puede administrar de forma inyectable, con un parche que se coloca sobre la piel o en forma de pastillas. Se ha convertido en el asesino número uno de los estadounidenses entre 18 y 45 años. Entre 2020 y 2021 casi 79 mil personas murieron por sobredosis.
En el mercado negro el fentanilo sintético se vende en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos, en rociadores nasales e incluso en pastillas parecidas a las de otros opioides recetados. Mucha gente ingiere estas pastillas sin saber que están adulteradas.
El consumo de fentanilo provocó que London Breed, alcaldesa de San Francisco, declarara el estado de emergencia en el barrio de Tenderloin, uno de los más pobres de la ciudad, por el aumento en las muertes por sobredosis y el alza en la violencia durante los últimos meses.
Por primera vez en su historia reciente, las muertes por sobredosis de drogas en los Estados Unidos han superado las 100 mil en un año. Eso supone un incremento de un 30% respecto a los 12 meses anteriores. El 80% de estas muertes están relacionadas con los opioides sintéticos y, principalmente, con el fentanilo.
Mientras que el informe más reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la xilazina estuvo involucrada en sobredosis fatales de drogas en 23 estados de la Unión Americana desde 2019, pero incrementó a partir de las restricciones por la pandemia, con un alza de 67 por ciento.
La xilanzina es un sedante animal utilizado en medicina veterinaria para sedar vacas, caballos, ovejas y otros animales y se está agregando a otras drogas, principalmente fentanilo y heroína, como agente cortante.
Pero a diferencia de los opioides, no existe un antídoto específico para una sobredosis de xilazina. El tranquilizante animal tampoco es una sustancia controlada y no está aprobado para uso humano. Cuando se usa en opioides producidos ilícitamente, puede aumentar el riesgo de sobredosis fatal.
Otra droga que lleva décadas en el mercado, pero incrementó en 2020, es la llamada cocaína rosada o 2CB, pese a que es considerada una de las más costosas. Se trata de un explosivo cóctel, que mezcla el LSD con el MDMA, éxtasis.
Una más es conocida como “libélula” o “dragón volador”, provoca ansiedad, agitación, temblores, convulsiones, rigidez muscular, crisis de hipertensión, hemorragias cerebrales, insuficiencia renal y, lo más grave, es la necrosis hepática. Tiene un costo que no baja de los cinco mil pesos cada pastilla, su efecto puede durar hasta 24 horas. Los expertos advierten sobre esta sustancia que viene causando graves problemas en Europa y Estados Unidos.
Durante la pandemia, las restricciones a la circulación limitaron el acceso a los precursores y las sustancias químicas esenciales, por lo que algunos productores se vieron obligados a buscar nuevas formas de fabricar drogas.
Los traficantes encontraron nuevas rutas y métodos, ya que las restricciones a los viajes les impiden cruzar fronteras. Los hábitos de consumo y la disponibilidad de las drogas cambiaron.
Pero el consumo de drogas ilegales aumentó en esta pandemia y será muy difícil que esos consumidores puedan dejar la adicción.
Eso es lo que buscan los narcotraficantes, tener adictos a quienes venderles esas drogas, y lo están consiguiendo.