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AMLO y Biden: migrantes y seguridad nacional

Muchas personas ahorran durante años para poder pagarle a los traficantes de personas y así llegar a Estados Unidos y cumplir el sueño americano. Es la única manera que tienen muchos para salir de la violencia y pobreza extrema.

Estos traficantes los tratan como si fueran objetos, y a algunos los dejan atrapados en tráilers junto a decenas de personas que mueren por asfixia conforme pasan las horas.

Esta es la tragedia que se vive una y otra vez, a veces en territorio mexicano, otras en Estados Unidos, y ha vuelto a ocurrir.

El lunes pasado eran las 5 con 55 minutos de la tarde, cuando una llamada al 911 alertó a los servicios de emergencia de San Antonio, Texas. Era por los gritos que se escuchaban al interior de la caja de un tráiler.

La unidad estaba en la periferia de la ciudad. Aunque estaba nublado, el termómetro marcaba 37 grados, y todo el fin de semana la zona tuvo reporte de altas temperaturas debido a una ola de calor, con una sensación térmica de más de 40 grados. De hecho, este año, junio es el mes más caluroso en la historia en San Antonio.

La crisis migratoria es una tragedia. Para poder llegar a cruzar la frontera, estas personas han sorteado ya muchos obstáculos, y en cada uno arriesgando su vida.

En Texas, el pasado lunes,  hubo 50 personas fallecidas, 22 mexicanos, 7 guatemaltecos, 2 hondureños, y todavía hay muchas sin identificar, como lo declaró el canciller Marcelo Ebrard. El mismo funcionario aseguró que ya está en contacto con Alejando Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Y es que el tráfico de personas es un tema de seguridad nacional en ambos lados de la frontera. Quien hace el tráfico de migrantes ya no son los antiguos polleros, hoy es el negocio de el crimen organizado, el narcotráfico, quienes operan el manejo de estos migrantes.

Pero, además, hay decenas de migrantes que se quedan en México y son cooptados por los cárteles de la droga, para que sean un ejército de sicarios para el crimen organizado, de los que poco o nada se sabe.

Se trata de cientos de migrantes que han llegado a nuestro país con el fin de lograr el sueño americano. La gran mayoría son hondureños, salvadoreños y guatemaltecos que, secuestrados por los grupos criminales, terminan, bajo amenaza, cooptados por el crimen, sobre todo en la frontera entre Tamaulipas y Texas.

En México, aquellos que han sido plagiados y no tienen con qué pagar, porque no han podido establecer contacto con sus familiares o amigos, terminan muchas veces, por medio de amenazas y presiones, convertidos en sicarios. No es una especulación, es uno de los principales temas de investigación de las agencias estadounidenses respecto al tráfico de personas en México.

Recuerdan a víctimas

Generalmente los ponen a trabajar de halcones, vigilando zonas específicas, e informando quién circula por ciertos territorios, mientras otros son adiestrados para utilizar armas. Si no cumplen con esas labores simplemente no comen, o son asesinados.

Cuando han cumplido con ciertas tareas y ya saben utilizar armas, los hacen matar a alguien, los graban en video y los amenazan con entregarlos a las autoridades mexicanas, acusándolos de homicidio. Y así, por el miedo y la coacción, comienzan su vida como sicarios. Ya no hay camino de regreso.

Nadie sabe a ciencia cierta quiénes o cuántos son. Al entrar a México de forma ilegal, buscando cruzar la frontera hacia Estados Unidos, no se tiene un registro.

Muchos son, además, personajes desechables para los grupos criminales. Cuando se habla que en México, sólo en este sexenio, ha habido más de 100 mil muertos y 30 mil desaparecidos, en esas cifras no figuran los miles de migrantes que fueron convertidos en halcones o sicarios y que perdieron la vida.

Incluso, si caen en algún enfrentamiento o aparecen muertos en algún camino, nadie sabe ni siquiera que existían.

Hay 59 mil cuerpos sin identificar en los servicios forenses de México, muchos corresponden a estos hombres y mujeres de los que no existe registro alguno.

Si los migrantes logran sortear el cruce por territorio mexicano, eso no quiere decir que ya hayan logrado el sueño americano. Esta tragedia que se vivió el lunes no es ni remotamente la única que ha ocurrido.

Hace apenas un mes, en mayo pasado, en San Antonio fue encontrado un camión con entre 60 y 100 migrantes, al borde de la asfixia.

Y uno de los casos que más conmocionó fue el de dos niñas ecuatorianas, Jazmina, de cinco años, y Yareli de tres, lanzadas de madrugada desde la cerca metálica en la frontera con Nuevo México.

Se está viviendo una crisis humanitaria, pero también una de seguridad nacional.

Se ha confirmado el encuentro entre los presidentes López Obrador y Joe Biden para el próximo 12 de julio.

La agenda ha sido ya acordada con el secretario de Estado, Anthony Blinken, y el equipo de la Casa Blanca, así lo ha confirmado Marcelo Ebrard. Sin duda, el tema de la migración y de la seguridad será el centro de la conversación.