Los nazis en México
Estamos viviendo una etapa difícil, compleja, en las relaciones entre México y Estados Unidos, en muchos ámbitos, pero sobre todo en la seguridad común, regional y global.
La relación en términos de seguridad entre México y Estados Unidos no es nueva, tiene pasado e historia. México, sobre todo desde la época entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, ha sido utilizado como un centro de espionaje. Aquí han operado todos, desde los servicios de inteligencia cubanos, hasta la KGB, que fue el servicio de inteligencia y agencia principal de la policía secreta de la Unión Soviética. También haciendo trabajos de contra inteligencia la CIA estadounidense.
El gran cambio en las relaciones de seguridad entre México y Estados Unidos se da en enero de 1917. Ese mes criptógrafos estadounidenses descifraron un telegrama de parte del ministro de asuntos exteriores de Alemania, Arthur Zimmermann, al ministro alemán asignado a México, Heinrich Von Eckhardt, ofreciéndole a México territorio estadounidense si apoyaban la causa alemana. Este mensaje empujó a que Estados Unidos participara en la guerra y eso cambió el curso de la historia.
Se acercaba el tercer año de la Primera Guerra Mundial, la sede londinense de los servicios secretos británicos detectó una comunicación telegráfica cifrada. En ella, Zimmermann le daba instrucciones al embajador de Alemania en México para presentarle la propuesta a México. La oferta decía que desde Berlín se respaldaría a México para que entrara en conflicto con Estados Unidos, que hasta ese momento se había mantenido neutral en la Primera Guerra Mundial.
México había perdido territorio contra Estados Unidos y Alemania prometía que, si México se aliaba con ellos, recuperarían territorio para nuestro país.
Así México podría recuperar los territorios de Texas, Arizona y Nuevo México, conquistados por Estados Unidos.
Hay un capítulo que marca la historia y es cuando previo a la Segunda Guerra Mundial, se descubre un centro de espionaje nazi. La idea era desestabilizar la frontera sur de Estados Unidos, para que ese país en vez de mandar sus principales fuerzas a combatir en territorio europeo, vigilaran su frontera sur. Esto pondría a Estados Unidos en una situación vulnerable.
Buscaban pactos desde la Primera Guerra Mundial
En esa época se descubren métodos de espionaje muy sofisticados para ese momento. La principal técnica era el “micro dot.” Se tomaban fotos producto de espionaje, se reducían varias imágenes al tamaño de un punto, y eran introducidas en cartas. Los puntos eran por ejemplo la “i” en una palabra, o en un punto final.
Cuando llegaban a Alemania, estas imágenes se magnificaban con unas lupas especiales y así se iban descubriendo lo que había en cada imagen.
La relación de seguridad entre México y Estados Unidos es una historia de más de un siglo, y para iniciarla debemos retrotraernos para el periodo que abarca entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. México está viviendo una revolución que lo deja en una situación muy precaria, con una nueva institucionalidad que apenas se está construyendo al fin de la revolución mientras Estados Unidos comienza a convertirse en una potencia mundial. Mientras tanto en Europa nacen, por una parte, la Unión Soviética que termina encabezada por José Stalin, y en Alemania e Italia los regímenes nazis y fascistas de Adolf Hitler y Benito Mussolini.
La coyuntura no era sencilla, la presencia alemana en México también era importante. Existían grupos progermanos en muchas de las estructuras del naciente Estado mexicano posrevolucionario.
Pero poco a poco los sectores afines a Alemania, que se convirtieron en los 30 en pronazis, comenzaron a perder influencia y la colaboración se impuso sin que ésta fuera, abierta, pública. Se trataba en realidad de una labor conjunta de espionaje y contraespionaje que dio enormes frutos, una labor de la que hasta ahora poco se sabía.
En medio de este proceso se produce la guerra civil española, verdadero prolegómeno de la Segunda Guerra Mundial. México y Estados Unidos están claramente en favor de la república, el general Lázaro Cárdenas juega un papel fundamental en este proceso.
Y a partir de la posición de Cárdenas se conjuga una política que abierta o subrepticiamente es parte de una profunda alianza con Estados Unidos y con los aliados.
Lo que fue un punto culminante de ello sería la expropiación petrolera. Para muchos fue un acto de profundo nacionalismo, y es verdad, pero también fue parte de una estrategia más amplia. Si México se mantenía neutral en la guerra, aunque fuera en el papel, Alemania no podía apropiarse del petróleo mexicano y México podía aprovisionar a Estados Unidos.
La historia de seguridad entre Estados Unidos y México es indivisible. Desde la época entre guerras hasta nuestros días.