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El asesino de Kennedy en México

¿Sabía usted que el supuesto asesino del presidente de Estados Unidos, John F Kennedy, estuvo en México en días previos a ese asesinato?

Este personaje, Lee Harvey Oswald, identificado como el homicida de Kennedy, estuvo en la Ciudad de México 53 días antes del magnicidio, de acuerdo con los archivos desclasificados del caso.

Tomó un autobús en Houston, Texas, hacia la frontera sur y habló en el trayecto con algunos pasajeros. Les comentó que planeaba viajar a Cuba.

Al llegar a la capital mexicana, Oswald visitó los días 27 y 28 de septiembre de 1963 las misiones diplomáticas de Cuba y de la entonces Unión Soviética, estuvo repetidamente en esas embajadas, pues buscaba una visa para alguno de esos países, donde los estadounidenses tenían prohibido visitar.

Incluso, se sabe que Oswald intentó acercarse a la clase intelectual de México y hacer relaciones; también estuvo en alguna fiesta privada invitado por Elena Garro, entonces esposa de Octavio Paz.

Tanto la CIA como el FBI tuvieron conocimiento de esta visita, debido a que, en la década de 1960, estas agencias tenían bajo la lupa a México para saber sobre actividades comunistas.

Oswald regresó a Texas, todo indica que sin conseguir la visa a estos países, y para el 22 de noviembre de 1963 asesinó a John F. Kennedy. En horas fue arrestado y dos días después, mientras era trasladado por la policía hacia los tribunales, Oswald fue asesinado.

Lee Harvey Oswald, un oscuro personaje que había sido militar, que combinaba ideas de ultraderecha con otras comunistas, que había estado exiliado en la Unión Soviética y regresó a Estados Unidos, donde se convirtió en militante anticubano en ocasiones, y pro-régimen de Fidel Castro en otras.

Cuatro años después del asesinato de Kennedy, en la ciudad fronteriza de Tampico, Tamaulipas, el cónsul estadounidense Benjamín Ruyle, conoció a Óscar Contreras, un joven de 28 años que le confesó haber conocido a Oswald durante su estadía en la Ciudad de México.

La CIA confirmó este encuentro en el que al parecer Oswald conoció a un grupo de jóvenes de la Universidad Nacional Autónoma de México, a quienes les explicó que necesitaba con urgencia una visa a Cuba y a quienes volvió a encontrar en la sede diplomática de la isla.

Esta teoría dio paso para suponer que desde Cuba se planeó el asesinato del presidente de Estados Unidos, lo cual no ha sido confirmado o comprobado.

De acuerdo con una ley, a partir del 26 de octubre de 2017 se estipuló que los documentos serían publicados, a menos de que el presidente estadounidense en turno se opusiera.

Hablamos de más de tres mil folios, apenas el uno por ciento de los más de cinco millones que ya han sido desclasificados en los últimos años; pero que, para muchos historiadores, pueden revelar algunas de las claves más interesantes de lo que sucedió el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas.

En esos años ya había comenzado la Guerra Fría, uno de sus momentos más impactantes fue la crisis de los misiles y un año después, en 1963, el asesinato del presidente John F. Kennedy. México fue un escenario privilegiado en donde se escenificaron muchos de los principales capítulos en el entorno de la Guerra Fría.

Los dos grandes bloques mundiales, el socialista y el capitalista (que en algunos países era democrático, en otros simplemente anticomunista) libraban una lucha política, económica, ideológica y hasta deportiva global, todo eso a la sombra de miles de bombas atómicas repartidas en misiles alrededor del mundo.

México se había convertido, sobre todo después de la revolución cubana de 1959, en uno de los grandes centros de espionaje del mundo. Aquí operaban todos, desde la CIA hasta la KGB, desde el Mossad hasta los servicios cubanos.

Si bien México mantenía, al igual que Francia y otros países, una posición que denominaban de tercera posición, lo cierto es que la colaboración con las agencias de Estados Unidos era estrecha en muchos casos y tolerada en otros.

Tan fue así que dos personajes centrales de la época, quien fuera después el presidente Luis Echeverría y el director de la Dirección Federal de seguridad, Fernando Gutiérrez Barrios, años más tarde se reveló que fueron informantes de la CIA, al mismo tiempo que mantenían magníficas relaciones con el régimen de Fidel Castro.

La principal relación que tenía el Estado mexicano con las fuerzas de seguridad estadounidenses, sobre todo con la CIA, era la Dirección Federal de Seguridad, una institución que participó en todos los episodios oscuros de aquellos años en la historia de México. Uno de los más importantes, sin duda, fue la masacre de Tlatelolco. El presidente Díaz Ordaz fue convencido de que había una gran conspiración comunista internacional contra México para boicotear las Olimpiadas del 68. La respuesta fue la represión orquesta por el batallón Olimpia y ordenada por el secretario de Gobernación, Luis Echeverría.

La relación entre México y Estados Unidos en términos de seguridad ha estado siempre ligada, sobre todo desde la época entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Son decenas de historias las que se han dado a lo largo de esta relación binacional.

Ésta es sólo una de las historias que contamos en el documental La Seguridad Estados Unidos – México: una historia secreta. Los capítulos disponibles ya los puede ver en Youtube de ADN40 y a través de la señal de ADN 40 TV abierta los sábados 7:30 pm