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“Los artistas no pueden dejar de plasmar sus obsesiones”

El artista plástico y muralista mexicano Rafael Cauduro falleció este sábado a los 72 años de edad.

¡Adiós a uno de los grandes muralistas!

El extraordinario Cauduro trascendió después de una larga enfermedad. Uno de los grandes se despide, autor del mural Un clamor por la justicia. Siete crímenes mayores, ubicado en la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El artista cursó estudios en Arquitectura y Diseño Industrial en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. En 1976 realizó su primera exposición en la Casa del Lago, en Chapultepec. En 1981 se inició profesionalmente en la Galería Misrachi, quien lo representó y promovió a lo largo de varios años. En 1984 se presentó individualmente por vez primera en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Dos años más tarde realizó su controvertido mural Comunicaciones, en el marco de la Expo Mundial de Vancouver 86.

A finales de la década de los ochenta, creó el conocido mural Escenarios Subterráneos en la estación del Metro de Insurgentes, en la Ciudad de México. Otra de sus obras más reconocidas es el conjunto mural El Condominio, dentro del Edificio Cauduro.

Hace poco se le pudo hacer un homenaje en vida celebrando sus 50 años de artista con una extraordinaria exposición en el Colegio de San Ildefonso.

Hoy, en estas páginas de La Razón quiero recordar esa exposición para despedir a Rafael Cauduro. Con Alesha Mercado, curadora de la exposición, hicimos un recorrido por las pinturas y obra del maestro. Fueron 156 obras, exhibidas para mostrar el trabajo de uno de los grandes muralistas contemporáneos.

La exposición formó parte de la celebración de los 100 años del muralismo mexicano. Es fruto de la colaboración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Casa Estudio Rafael Cauduro, Efiartes, la Fundación Alsea y el Colegio de San Ildefonso.

“Lo que estamos retratando aquí son todas sus obsesiones, todos tenemos obsesiones en la vida, pero claro, los artistas no pueden dejar de plasmarlas, sobre todo en un trabajo tan figurativo como el de Rafael”, nos dijo la curadora cuando empezó el recorrido.

Bibiana Belsasso (BB): Un pintor y muralista extraordinario, pero también un trabajo de curaduría, quizás de lo más importante, para poder plasmar y hacer una exposición de este tipo.

Alesha Mercado (AM):La verdad es que es una exposición muy retadora. En la sala, por ejemplo, de los trenes, para Rafael era superimportante. Lo que estamos retratando aquí son todas sus obsesiones, todos tenemos obsesiones en la vida, pero claro, los artistas no pueden dejar de plasmarlas, sobre todo en un trabajo tan figurativo como es el de Rafael, y entonces una de sus obsesiones, por supuesto, son los trenes, velocidad, para él en los trenes sucede la vida y la muerte también. Ahí se retrata como el Cristo de Hans Holbein, muerto, se autorretrata, analizando cómo sería su muerte, para él siempre la vida y la muerte, todas las fronteras, son procesos superimportantes.

BB: El cuerpo femenino es importante para el maestro.

AM: Exactamente. Es otra de las obsesiones del pintor, por supuesto que le encantaban los cuerpos, ahora sí que bien trabajados como los de las bailarinas, entonces vamos a tener varias bailarinas representadas en la muestra, aquí sólo tenemos algunas. Y, por ejemplo, esta sala es de sus asuntos más privados, tenemos dibujos eróticos, sus sueños, como la serie que se llama Sueños de París.

Muchas de las cosas que tenemos, están siendo exhibidas por primera vez y, por supuesto, todo este cuerpo de obra va a ser muy difícil que vuelva a estar junto porque, como te decía, mucha de la obra es de la colección del propio artista que tuvo la visión de guardar algunos de los ejemplos más importantes de cada una de sus épocas, pero también muchísimas son colecciones privadas.

BB: Platícame un poco su vida.

AM: Rafael es un artista autodidacta, estudió Diseño y Arquitectura en la Universidad Iberoamericana por orden de su familia, en realidad él siempre quiso ser artista. En su casa se apreciaba muchísimo el arte, pero ya no se permitía ser artista. Entonces, entra a la universidad y se da cuenta que sus compañeros trabajan hasta la madrugada haciendo planos en despachos de arquitectura y les pagan un peso, y él empieza a vender sus caricaturas, así es como se reconoce como artista; empieza a ver que le va muy bien, que es muy aceptado, y entonces sabe que se puede sostener de su arte y abandona la universidad para dedicarse de lleno a probar su estilo.

BB: Varias de sus obras parecen de talavera y son pintura.

AM: Un cuadro, por ejemplo, es un trampantojo, esto lo hacía muchísimo Rafael, o sea, como darnos diferentes dimensiones, si ves, parece talavera, pero no, cada una de estas piezas fue hecha a mano por él, y nos va poniendo distintos planos. Ésta es Elena, su mamá, y la pone como en este gabinete, nos enseña aquí la obsesión que tiene por los baños, es muy auténtico, no todo el mundo se atreve realmente a revelar las obsesiones y él dice: “Para mí el baño es un lugar de paz, yo me meto a bañar o me meto al baño y tengo oportunidad de pensar y de encontrarme con muchas cosas”, aquí el espejo estaría adelante, pero lo abres y está su mamá, es como un reflejo de decir: “Cuando me veo al espejo veo toda mi vida detrás”, y entonces nos lleva a toda una historia, hay fotos antiguas de su familia y cosas cotidianas. Tiene esta técnica que muchos califican de hiperrealismo, a él le choca que le digan que es hiperrealista porque dice: “Yo no hago una superrealidad, yo lo que hago es una supermentira”.

BB: Vimos también un cuadro impresionante de un Cristo.

AM: Esta serie es importantísima porque estas tres piezas hablan de la discapacidad, y para mí es importantísima porque nos enseñan este lado superhumano de Rafael Cauduro; de luchador social, que es lo que queremos en esta exposición que la gente conozca, porque cuando piensas en Cauduro, yo creo que todos tenemos una imagen muy clara de una estética y de una perfección técnica impresionante, pero pocos conocemos lo que realmente él fue y entonces cuando nace su primera hija… y en este cuadro del embarazo está poniendo ahí a su esposa con el bebé adentro, porque él siempre piensa que no iba a ser padre, que no podía tener hijos y de repente, pues le llega la sorpresa.

Se expusieron dos obras juntas, Liliana embarazada con la discapacidad, se da cuenta de lo vulnerables que somos los humanos, de cómo nos necesitamos unos a los otros y además, cómo necesitamos como muchísimas prótesis, no necesariamente, por ejemplo, sillas de ruedas o muletas, estas dos piezas se refieren a eso como de una manera industrial, pero hacen referencia a cosas especiales, sino que necesitamos cosas cotidianas como el cepillo y la secadora y los zapatos, pues para poder defendernos de los elementos, caminar en la calle, salir más o menos bien presentados y todas estas piezas hablan de la vulnerabilidad del ser humano, que me parece increíble.

BB: Los murales del maestro Cauduro en la SCJN son impresionantes.

AM: Mira, los murales de la Corte se inauguraron en el 2010, la historia es que cuando él firma el contrato con la SCJN, después de haber pasado por un concurso público, que es increíble de verdad que los ministros y el comité haya votado por un mural que cuestiona tanto la justicia en México, y él firma un contrato por un año, pero en realidad tarda tres años en completar los murales y entonces se inauguran hasta 2010 (…), si lo vemos es una obra superretadora.