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14 años, seguridad en Tamaulipas y Nuevo León

En esta serie especial que les estoy preparando sobre el cambio y reacomodo que ha surgido en los distintos estados del país a lo largo de los últimos 14 años, hoy hablaremos de Tamaulipas y Nuevo León.

Han pasado casi 14 años desde la primera vez que acudimos a hacer reportajes sobre la situación de seguridad en ambos estados.

Nuevo León se encontraba en un momento de mucha tranquilidad, que duró poco. La inseguridad de Tamaulipas y la cercanía descompuso esta calma y los grupos criminales llegaron al estado.

Hace más de una década, por ejemplo, San Pedro Garza García era considerado uno de los municipios más seguros del país, eso cambió.

Nuevo León y Tamaulipas no sólo comparten fronteras, sino la violencia desatada en las últimas dos décadas los afecta de forma paralela, pues cuando en una de estas entidades incrementan los homicidios dolosos, en la otra también se desata la inseguridad.

Actualmente, Nuevo León vive un alza de violencia que golpea principalmente a los policías estatales y municipales, como lo ocurrido el pasado 9 de febrero, cuando tres uniformados de Salinas Victoria fueron asesinados en su día de descanso.

Tan sólo en 2022, hubo 17 policías asesinados en el estado y la zona de Salinas Victoria, ubicada a 37 kilómetros al norte de la ciudad de Monterrey, capital del estado, es una de las más disputadas por los grupos criminales.

Al menos cuatro organizaciones criminales buscan controlar la entidad, hablamos de los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, que tienen una presencia más reciente, de acuerdo con reportes de inteligencia.

La necesidad de controlar Nuevo León se debe al tráfico de armas, drogas sintéticas, como metanfetaminas, también migrantes, así como el robo de hidrocarburos.

Crisis de seguridad en el noreste de México

Los cárteles del Golfo y del Noreste también quieren el control, pero estos dos grupos pelean la entidad desde hace más de una década, el último grupo, incluso, nació como una escisión de Los Zetas. Los Zetas hoy han desaparecido.

En Todo personal pudimos visitar Nuevo León en esos momentos álgidos de inseguridad, pero también cuando vivió una relativa calma.

Eran esos años en los que el grupo Los Zetas tenía gran parte del control. En 2009 empezaron a intensificar los operativos en Tamaulipas, lo que generó que gran parte del crimen organizado emigrara a Nuevo León por el llamado “efecto cucaracha”.

La seguridad se descompuso casi de inmediato y en ese año asesinaron al jefe de la policía municipal de San Pedro Garza García, el municipio más próspero del país y hasta ese entonces uno de los más seguros.

A partir de ese momento se desató una crisis de seguridad, San Pedro dejó de ser sólo el lugar donde vivían las familias de los capos.

Para 2011 vimos uno de los peores rostros de esas disputas entre grupos criminales. Los Zetas intensificaron su lucha por el territorio contra otros cárteles y para mostrar su músculo delictivo incendiaron el Casino Royale, dejando 52 personas fallecidas, víctimas inocentes que no tenían que ver con esas disputas de grupos criminales.

El día del atentado Todo personal viajó a Monterrey para hacer un reportaje de fondo. La tensión se sentía en las calles. Afuera del Casino Royale había familias llorando a sus fallecidos. Muchos de los que murieron eran mujeres, amas de casa, que buscaban recreación en el juego. Nunca esperaron encontrar la muerte.

Poco después, Jaime Rodríguez El Bronco sufrió dos atentados, incluso platicamos con él sobre los ataques. En febrero del 2011 fue emboscado por un grupo armado. El blindaje de su automóvil le salvó la vida. Un mes después fue interceptado por otro comando, de más de 40 delincuentes. También sobrevivió.

El Bronco nos platicó que los ataques habían sido como venganza por la dureza con la que había actuado contra los grupos criminales.

Fueron años muy duros para la seguridad de Nuevo León y, ante esa violencia desmedida, el gobierno estatal recapacitó y se dio cuenta de que necesitaba otra estrategia. Fueron confrontados los grupos criminales y muchos, detenidos.

Poco a poco la seguridad mejoró, cambiaron a los mandos policiales, crearon una buena escuela para formar nuevos mandos y la seguridad se logró recuperar en forma notable.

Para mayo de 2014, fueron capturados cuatro cabezas de estos cárteles enfrentados en Nuevo León, incluyendo a El Ferrari, líder de Los Zetas de Ciudad Victoria, que fue detenido por la Marina.

Hace más de una década que se trabajó con estrategia frontal para combatir al crimen organizado en Nuevo León. El grupo de Los Zetas desapareció, pero de esos grupos y de otros nacieron nuevas células criminales.

Las mismas que cuando son detectadas en Nuevo León, buscan refugio en la entidad vecina de Tamaulipas, o viceversa.

Hoy sabemos que grupos como el Cártel del Golfo y del Noreste dominan las disputas en Tamaulipas, pero han logrado expandir sus acciones fuera de estas dos entidades.

Mantienen sus bases de operaciones en las ciudades fronterizas de Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros, Mier, Miguel Alemán y Camargo.

Reportes de inteligencia indican que en la actualidad operan cuatro células del Cártel del Golfo: Los Metros, Los Ciclones, Los Rojos y Las Panteras operan en Tamaulipas, mientras que una célula de lo que queda de Los Zetas hace negocios para mantenerse en el escenario, a través de alianzas con otros grupos, sin olvidar las actividades delictivas del Cártel del Noreste.

En 2022, Tamaulipas vivió constantes balaceras, persecuciones, bloqueos y quema de vehículos, uno de ellos ocurrió en marzo por la captura de Juan Gerardo Treviño Chávez El Huevo, líder del Cártel del Noreste, quien además fue extraditado a Estados Unidos.

Hoy, el estado no ocupa los primeros lugares en homicidios dolosos, está ubicado en el lugar 17 de 32, en cuanto a secuestro está en el lugar 13, en extorsión en el 20 y robo en transporte en el lugar 30, sin embargo, tiene un problema que con el paso de los meses ha ido agravándose y es lo que ocurre en la carretera que conecta a Nuevo Laredo con Monterrey.

Una problemática que no es nueva, hace 10 años se la dimos a conocer en Todo personal, cuando documentamos el robo de autotransporte y mostramos un cementerio de tráileres en esa carretera.

En ese lugar abandonaban los vehículos que ya habían saqueado, y que les habían retirado las partes que les funcionaban a los delincuentes. Había decenas de camiones abandonados.

Y son grupos estructurados del crimen organizado que no sólo se dedican al narcotráfico y al huachicoleo, sino que también roban tráileres, secuestran y maltratan a quienes los conducen. Y para esto hacen que muchas personas de las comunidades entren al negocio ilícito.

En ese momento, la situación de seguridad en esta carretera entre Nuevo León y Tamaulipas era desastrosa y hoy, no ha cambiado, es conocida como “la carretera de la muerte” por lo peligrosa que es.

En este camino han reportado personas desaparecidas, principalmente choferes de camiones de carga, a quienes constantemente asaltan y les roban la mercancía.

La semana pasada, familiares de desaparecidos realizaron un recorrido en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo en busca de información que permita encontrar a sus familiares, debido a que reportan a más de 200 personas sin encontrar desde el 2020.

Las desapariciones en esa carretera llamaron la atención en 2021, cuando diversos colectivos denunciaron que sus familiares ya no regresaban a casa. Son muchos los reportes de personas desaparecidas a la fecha.

Mucho ha cambiado en la estructura de quién y cómo maneja la violencia en estos dos estados, lo que no cambia es la violencia. Han pasado 14 años desde esos primeros reportajes y, a lo largo de los años, ha habido momentos mejores en términos de seguridad, pero hoy, en el 2023, la situación ha empeorado.