“En adicciones, hay mayor estigma hacia la mujeres”
s mucho más difícil para una mujer recibir tratamiento contra adicciones que para los hombres, pero además que una mujer se vuelva adicta al alcohol o a las drogas en menos tiempo.
De esto hablamos con María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM y especialista en adicciones.
Bibiana Belsasso: ¿Por qué esta diferencia entre hombres y mujeres en el tema de las adicciones?
MARÍA ELENA MEDINA MORA: Está relacionado en parte por el mayor estigma que hay contra la mujer, y a pesar de que puede ser más sensible a los efectos de drogas, a desarrollar dependencia más rápido que los hombres y esta vulnerabilidad biológica ser mayor al impacto en género, si lo vemos desde la perspectiva de género, también está sujeta a mucho mayor estigma y muchas consecuencias negativas, en el sentido de que les quitan a los hijos, que también tienen que atender a la casa, pues tienen más barreras para ir a tratamiento y esto hace que estén en una situación de mucho más vulnerabilidad.
BB: ¿Por qué las mujeres desarrollan dependencia en menos años que los hombres?
MEMM: En el caso del alcohol, éste se diluye en la sangre y la mujer tiene más grasa, por ejemplo, y entonces su proporción de líquido es menor y tiene mayores concentraciones de alcohol, si controlamos peso y talla. Nada más haciendo la diferencia entre hombre y mujer, tiene menos capacidad para asimilarlo, entre otros factores, desarrolla dependencia 4 años antes que un hombre, si ponemos en igualdad de condiciones.
BB: ¿Con otras drogas sucede lo mismo?
MEMM: Pasa lo mismo en el consumo de opioides, que son más susceptibles a tener problemas de abstinencia y también sobredosis.
Las mujeres consumen menos que los hombres, eso sigue siendo lo que se ve en todo el mundo, pero sí son más susceptibles a tener una sobredosis y entonces, en este sentido tienen más problemas, el hecho de que tengan más rechazo social, que vayan menos a tratamiento, pues se suman estos factores sociales a su vulnerabilidad biológica.
También la situación de ser madres es complicada, porque durante el embarazo están más susceptibles a tener problemas de salud y también de que los bebés se afecten, algunos nacen con dependencia y hay que tratarlas y luego es más fácil que en lugar de apoyarlas y ayudarlas en estos procesos, les quiten a los niños, entonces ellas tienen mucho miedo de esto y hace que vayan poco a tratamiento, como decíamos, se juntan los factores de sexo con los factores de género.
BB: ¿Cómo se debe atender este tema desde la perspectiva de genero?
MEMM: Hay experiencias positivas, hay que ayudarlas cuando tienen hijos, a estar con los niños, digamos, proteger también a los niños y desde luego, también tener las intervenciones que son desde la perspectiva biológica, pero también de la perspectiva social, en lo que tiene que ver con género, con orientaciones.
BB: Hay etapas en la vida de la mujer que es más vulnerable para empezar a consumir sustancias…
MEMM: Sí, tienes toda la razón, normalmente pensamos en las adolescentes porque sí hay una clara búsqueda de incremento del consumo en ellas. En esta etapa, en muchos casos están consumiendo ya casi igual que los hombres.
En las nuevas generaciones las mujeres están consumiendo más.
Pero ser mujer es un factor de riesgo. Desde luego, en el ciclo vital hay muchos momentos difíciles en donde son más susceptibles de tener depresión, es un factor biológico, pero el embarazo también puede ser un momento difícil y desde luego, el uso durante el embarazo.
BB: ¿Son muchas mujeres que empiezan a consumir durante el embarazo?
MEMM: Hay personas que sí, pero bueno, hace tiempo se pensaba que la malta de la cerveza era buena para el bebé.
Además, está la situación de que muchas son víctimas de violencia y eso las hace más vulnerables, eso es un momento de riesgo y después también el nido vacío, los hijos ya son independientes y ellas se quedan solas. Es una época en que sí habría que apoyar para que puedan tener actividades y sentirse productivas. Y desde luego, la tercera edad, donde vuelve a haber problemas. Entonces, sí, pensaríamos que los programas tienen que abarcar todo el ciclo vital y que hay factores difíciles en las diferentes etapas de la vida.
¿Qué necesitamos en los programas de tratamiento? Poder entender cuáles son sus dificultades, el tratamiento de la comorbilidad, que ahora afortunadamente se ha entendido que eso es muy importante, porque antes era más frecuente que se tratara por un lado las drogas y por otro lado la comorbilidad, en las mujeres depresión y ansiedad.
El otro componente son las brechas para ir a tratamiento, es decir, siempre estamos pensando en estos programas estructurales y que las mujeres no tienen acceso al tratamiento que necesitan, es menos frecuente para los hombres, pero al mismo tiempo, también lo que vemos es que las mujeres en la edad joven van menos a tratamiento, a pesar de que tienen más contacto con servicios de salud, por ejemplo por los hijos, y tienen muchas más limitaciones para acudir, entonces los hombres van más a tratamiento que las mujeres. El otro factor sería la carga de la pobreza.
Los hombres van más frecuentemente acompañados, aunque no sea su primera esposa, pero siempre hay alguien más que los está ayudando; en cambio las mujeres se quedan muy solas porque son rechazadas y porque las mujeres también tendemos a asimilar este estigma y sentirnos culpables, con pena, entonces estas brechas para que no vayan a tratamiento son mayores en ellas.
BB: ¿Qué pueden hacer las mujeres que tienen un problema de adicción?
MEMM: Primero, pensar que es una enfermedad y no un vicio. Hay posibilidad de ir a tratamiento y entonces buscar estas opciones que se ofrecen para las mujeres o que están especializados en mujeres. La mayor parte de los centros de tratamiento han optado por entender estas condiciones de género, incluyendo las necesidades de la comunidad LGBT, que también tenemos que atender de manera especial.
BB: Bueno, si alguien quiere acudir a un lugar, ¿a dónde debe ir?
MEMM: Están los centros de integración juvenil, donde hay servicio en todo el país y se puede atender; se puede hablar por teléfono, se puede preguntar por las direcciones. Si tienen depresión, ansiedad, a veces hay una enfermedad previa, a veces después de que se empieza a usar drogas se desarrollan estos problemas de salud mental, entonces estos centros están ya atendiendo esta condición, esta situación de tratar el trastorno dual, entonces sería un buen lugar. También en los centros de salud, que cada día hay más gente capacitada para poder atender estos problemas, y desde luego, el Instituto de Psiquiatría y sus centros comunitarios. La Facultad de Psicología tiene una programa, en donde se puede entrar en línea.
BB: ¿La Facultad de Psicología de la UNAM?
MEMM: De la UNAM, sí, a través de un teléfono en un programa que se llama Mi Salud es Mental, ahí pueden contestar un cuestionario y se les da retroalimentación y si quieren tratamiento pueden solicitarlo.
BB: ¿Tienes la liga o la página?
MEMM: La página es: www.misalud.unam.mx
Lo que halló la ciencia:
Las mujeres que consumen drogas tienen problemas relacionados con las hormonas, el ciclo menstrual, la fertilidad, el embarazo, la lactancia y la menopausia.
Describen motivos diferentes para consumir drogas, entre ellos controlar su peso, combatir el cansancio, manejar el dolor e intentar tratar por su cuenta problemas de salud mental.
Las hormonas sexuales pueden hacer que las mujeres sean más sensibles que los hombres.