¿Denunciar a Cuauhtémoc?: ni loca
Fue a finales de mayo del año pasado. Una joven me buscó para platicarme su historia, para que fuera difundida. Estaba temerosa. Decía que si llegaba a revelar cualquier movimiento de los que veía cuando trabajaba bajo el mando de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en el PRI del DF, y se conociera su identidad, la matarían.
No quería dar entrevistas, y mucho menos revelar quién era. Finalmente aceptó hablar para Todo Personal si manteníamos en secreto su nombre.
“Todos los que han trabajado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal o en el Comité Directivo del PRI-DF lo saben.”¿Saben qué?, le pregunté. “Que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre siempre está rodeado de mujeres. Viaja a Cuba constantemente y trae a las muchachas. De alguna forma estas chicas ingresan al país. También hay argentinas y algunas mexicanas que trabajan supuestamente como secretarias.”
Me decía que la mayoría de estas jóvenes no tenían puestos definidos y que nadie se atrevía a preguntar qué hacían ahí.
Platicaba que a principios del 2012 hubo un operativo en la calle Puente de Alvarado número 60. En la colonia Tabacalera, delegación Cuauhtémoc. Esa es la dirección del Comité Directivo del PRI-DF. Ahí se encontraron alrededor de 25 cubanas, muchas no tenían documentos de migración. Algunas de ellas fueron deportadas a su país.
También me explicó que en ese entonces en las oficinas había una mujer de nombre Martiza, quien manejaba uno de los coches personales del ex dirigente del PRI en el DF, una Hummer. Según el relato, esta mujer es la que promueve a las cubanas. También reparte tarjetas de presentación con los nombres y las fotos de las chicas. Y junto con un álbum de fotos de las mujeres, la gente cercana, o aquéllos que le hagan favores a Gutiérrez, pueden utilizar a estas “colaboradoras”.
La entrevista terminó con ella diciéndome que “todo el mundo le tiene miedo, dentro y fuera del partido.”
Y la verdad es ésa, hoy Cuauhtémoc Gutiérrez ya no está al frente del PRI en el Distrito Federal, pero seguramente ahí no pueden quedar las cosas. Imagínese usted ¿quién va a querer denunciar a este señor si no se le garantiza, por lo menos, su seguridad?
Muchas de las jóvenes estaban ahí por necesidad económica. Algunas son madres solteras, otras sostenían económicamente a sus padres. ¿Se van a arriesgar a denunciar a un personaje tan poderoso? Muchas se cuestionan ¿qué ganan si denuncian?
Y, sin denuncias, difícilmente se podrá hacer algo en contra de este personaje. Sin ellas seguirá operando y trabajando con todos los beneficios económicos que le da la basura, fuera o dentro del PRI. Por eso mismo, la investigación de las autoridades debe ir mucho más allá. Comenzando, por ejemplo, por certificar los operativos y denuncias que ha habido durante más de diez años contra este explotador de mujeres.
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