“En nuestro país hay dos millones de niños que consumen drogas”
Cuando alguien empieza a consumir drogas, en muchos casos las consecuencias pueden llegar años después, cuando ya no hay salida y se pierde absolutamente todo.
¿No pasa nada si consumimos drogas? Lo que sucede es que muchas veces puedes consumir estas substancias y los estragos llegan años después. Hoy platicamos para La Razón con Marisol Chiquete, vocera de la campaña “No pasa nada”, que concientiza a posibles consumidores que sí pasa algo.
MARISOL CHIQUETE (MCH): Esta campaña de comunicación tiene como objetivo prevenir que los niños caigan en las adicciones. ¿Cómo lo hacemos? A través de videos de 4-5 minutos donde exponemos el testimonio, la historia real de una persona que vivió los estragos de una adicción y que hoy por hoy es adicto en recuperación.
Bibiana Belsasso (BB): La mayoría de estas historias son de personas que han consumido durante años y no se han dado cuenta de los estragos que han tenido hasta que pierden a sus familias, patrimonio y su salud.
MCH: El común denominador en las historias que presentamos, porque yo me siento y hablo con el adicto en recuperación y me gusta saber desde qué deseaban, qué soñaban ser cuando eran pequeños, hasta por qué llegaron a probar la droga, cómo fue que tocaron fondo y qué les hubiera gustado saber y ellos narran, una y otra vez, que el tiempo es subjetivo, hay quienes desde la primera probada de cristal, porque hay quienes inician con esa droga, se vuelven adictos y es una sensación que no nada más les afecta a ellos, cerebral, química, física y emocionalmente, sino a sus familias, porque es un daño colateral impresionante.
En estas historias lo que queremos es que la gente vea que, como bien decías, sí pasa, que siempre que hablamos de drogas pasa algo, y queremos que quede muy claro que la situación que vivimos a nivel mundial y en nuestro país tiene que atenderse, que esto genere alerta social, que esto se comunique, que esto se platique, para que la gente entienda que tener información es poder.
BB: La edad de inicio de consumo de drogas ha bajado a 10 años.
MCH: En el mundo hay 296 millones de personas que consumen drogas, entre los 15 y 64 años de edad, pero de ésos, el 90 por ciento inició antes de cumplir la mayoría de edad, en nuestro país dos millones de niños consumen drogas, esto sería como llenar 17 veces el Estadio Azteca de niños drogándose.
BB: Y el efecto en un niño, sobre todo en el cerebro de un niño, es mucho más fuerte que en un adulto.
MCH: Claro. Lo vemos en estas historias una y otra vez, que dicen: “Yo empecé a los 10, a los seis años probando una cervecita, tres cervecitas, escalé a los cigarros, escalé a la marihuana, escalé a la cocaína…”, y esto se vuelve un abismo del que muy poco logran salir, porque la estadística lo dice: de cada 10 adictos, sólo uno logra convertirse en adicto en recuperación.
BB: Las drogas no discriminan.
MCH: Fíjate que esta campaña nos gusta decir y que quede claro, que las drogas no discriminan, que a las drogas no les importa tu estado socioeconómico, tus creencias, tu nivel de estudios, si eres hombre o mujer, pero creo que esto que comentas es sumamente importante porque a las mujeres nos pega distinto, las mujeres somos madres, somos las que… ¿cuántos matrimonios de matriarcado no hay en este país?, de mujeres que se tienen que hacer cargo de sus hijos y en ese ínter también están sufriendo su adicción, buscando ayuda, y seamos honestas, los centros de rehabilitación también son limitados, el acceso a ese apoyo para las mujeres es limitado.
BB: Con esta campaña lo que se busca es que adictos en recuperación cuenten su historia para ayudar a otras personas.
MC: Todas estas historias, en cada una de estas historias puedes proyectar a tu mamá, a tu hermano, a tu amigo, a tus hijos y de ahí la importancia que esto se pueda compartir. Si quieren pueden enviarnos un mensaje en Facebook, estamos como ‘¿NoPasaNada?’ o un correo a: contacto@nopasanada.com.mx. Nuestra página de internet también la estamos constantemente nutriéndola de datos importantes sobre las adicciones, lo que pasa en este país y en el mundo y ahí pueden ver los testimonios en video.
DE VIVA VOZ
PENSÓ QUITARSE LA VIDA. Bernardo Suárez de 55 años, originario de Monterrey, Nuevo León, narra que a los 29 años, conduciendo su carro, inhaló cocaína y le gustó el efecto, porque lo mantenía despierto, activo y lo mezclaba con alcohol. Dice que mentalmente se sentía poderoso, pero hoy sabe que eso era una fantasía. Así duró 20 años, los cuales, dice, se le pasaron demasiado rápido, sin poder disfrutar como debe ser, porque estaba sumido en las drogas. Describe que la cocaína era su novia y que pasó por muchos momentos de ansiedad y de desesperación porque necesitaba consumir. Lleva cinco años limpio, pero sin familia, sin su esposa y sus hijos, hasta llegó a pensar en quitarse la vida. Hoy su refugio es el grupo donde puede platicar lo que le pasó y de ratos convive con su hijo menor, pero confiesa que tiene miedo de recaer.
VIOLENCIA LO HIZO CAMBIAR. Dylan tiene 23 años y vive en la Ciudad de México. La adicción al alcohol la vio desde pequeño, en su casa, porque su papá era alcohólico, su mamá también tenía problemas con la bebida, pero buscó rehabilitación. Y luego, Dylan conoció a un amigo que consumía marihuana, creyó que podría controlar el consumo y que sería algo social, sólo en fiestas, donde pensaba que la pasaba bien, pero la realidad es que pasó de la marihuana a la cocaína e incluso al crystal. A los 21 años, un amigo fue golpeado por otro, luego de robar droga. Las imágenes se las mandaron a Dylan por redes sociales como una advertencia de lo que podría pasarle y fue en ese momento que entendió a dónde lo llevaba el consumo de droga. Se arrepiente por no estar con su familia durante el tiempo en que estuvo consumiendo.
ES UN NIÑO Y YA TOCÓ FONDO. A los 12 años un pequeñito, del cual mantenemos en el anonimato su identidad, ya sabe lo que es consumir drogas y vivir en las calles. Su hogar eran casas abandonadas y sucias o tambos de 20 litros donde se metía para dormir. Para mantener su adicción al resistol limpiaba vidrios de autos en las calles. Su papá era adicto y muchas veces lo vio consumir resistol. A los ocho años, un primo lo acercó al consumo de solventes que le provocaban olvidar la noción de tiempo y espacio, sin poder articular una palabra y que incluso lo llevaron a la cárcel. Después probó cocaína y cristal, su mamá ya lo daba por perdido, así lo narra. Ahora quiere ver a su papá, lo extraña, no sabe dónde está, pero quiere abrazarlo.
SU ADICCIÓN AFECTÓ A SU HIJA. El consumo de drogas de Cecilia Denise, de 29 años, no sólo afectó su vida, sino a su pequeñita, que nació con una malformación. Su adicción estaba acompañada de una relación sentimental en la que sufría violencia, porque su pareja le exigía dinero para consumir. Llegó a robarle a su mamá para comprar drogas para ella y su pareja. Por mucho tiempo sus familiares pensaron que en algún momento ella estaría sin vida en el sillón de la sala. Con lágrimas en los ojos, relata que su hija le estorbaba porque lo único que quería era consumir drogas, la dejaba con sus abuelos, con su hermana, incluso llegaba drogada a darle pecho. Hoy se arrepiente, reflexiona y reconoce que fue muy mala madre, pero sabe que puede darle una mejor vida a su hija porque está en rehabilitación.