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Los caracoles y el narco

La situación en Chiapas en términos de seguridad es grave, los propios líderes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, piden a su gente resguardarse y tener cuidado al desplazarse por la presencia de distintos grupos del crimen organizado que están operando en el estado.

La situación ha llegado a tal gravedad que el EZLN anunció la disolución de su estructura civil conocida como Caracoles, así como las juntas de gobierno que organizan.

Hablamos de 59 Caracoles que desde hace 29 años son independientes y no estaban sujetos a las acciones realizadas por los ayuntamientos locales o el gobierno estatal y que ahora por el empoderamiento del crimen organizado han sido canceladas.

A través de un comunicado, el EZLN anunció su decisión, explicando que los Caracoles estarán cerrados hasta nuevo aviso y que “todos los sellos, membretes, cargos, representaciones y acuerdos con el nombre de cualquier de las juntas son inválidas a partir de este momento”.

Declaró que “por mencionar algunos municipios” como San Cristóbal de las Casas, Comitán, Las Margaritas y Palenque, son ocupados por “sicarios legales o crimen organizado”.

Los mismos miembros del EZLN aseguran que la operación del crimen organizado ha provocado “bloqueos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado, balaceras constantes. Entonces, a diferencia de otros años, no es seguro San Cristóbal de las Casas, Comitán, Las Margaritas y Palenque, por mencionar algunas cabeceras municipales, que están en manos de uno de los cárteles del crimen desorganizado y en disputa con otro”.

Y es verdad lo que dice el ejército zapatista, Chiapas atraviesa por uno de sus momentos de mayor violencia. Son principalmente dos grupos que se disputan ese territorio, el Cartelés de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación y los subgrupos que se han desprendido de éstos. Estos delincuentes además del tráfico de drogas han encontrado en el traslado de migrantes un negocio muy lucrativo.

También se están dedicando a otros delitos desde la trata de personas al tráfico de armas.

Si ya de por sí toda la zona zapatista de Chiapas tenía carencias importantes, ahora que son víctimas del crimen organizado la situación se agrava. Estamos hablando de una población con un 75 por ciento que vive en pobreza según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Otro ejemplo de esta violencia es lo que se vive en las comunidades rurales, como la Selva Lacandona, donde en septiembre pasado los líderes lacandones tuvieron que ser evacuados ante las constantes amenazas que recibieron por parte del crimen organizado.

Y esta realidad se vive en otras comunidades, donde cientos de indígenas han tenido que dejar sus tierras por amenazas. 

Lo decía hace unos meses en esta columna, llegan miembros del crimen organizado y se quieren llevar a los jóvenes para convertirlos en sicarios, si no acceden los matan. Por eso antes de perder a sus hijos, los indígenas de esta zona se han tenido que desplazar a otras tierras.

No existe una cifra real de los asesinatos en toda esta zona chiapaneca. Desde hace tiempo se reportan enfrentamientos, pero cada grupo recoge a sus muertos para que no haya registro ni delito que perseguir.

Al tema de los cárteles se suma el surgimiento de grupos de civiles armados que se hacen llamar autodefensas, pero que en muchas ocasiones operan para los grupos criminales.

Esta el grupo del Machete, que surgió en Pantelhó, y que fue bien recibido en 2021 por los habitantes, ahora es rechazado debido a que no cumplió con su promesa de ayudar a los pobladores, y es que son parte de estos grupos criminales disfrazados de autodefensas.

Ahora son señalados por la comunidad de estar detrás de la desaparición de varios habitantes de origen tzotzil.

Mientras, en San Cristóbal de las Casas, el grupo de los llamados “motonetos” se ha dedicado principalmente a la extorsión, lo que ha provocado balaceras a plena luz del día lo que repercute en el turismo del municipio.

Entre estos grupos hay una disputa y enfrentamientos constantes, lo que hace que las balaceras y la violencia no pare.

Hoy, tristemente el propio EZLN ha tenido que replegarse ante esta situación.

Y es que los Caracoles, antes denominados Aguascalientes, se constituyeron el 9 de agosto de 2003 en los municipios de Ocosingo, Larráinzar, Altamirano y Palenque. Territorialmente hablando, dichos centros eran el punto de convergencia de las bases de apoyo del EZLN.

Estos puntos de encuentro del EZLN, que se crearon a raíz del levantamiento zapatista, son espacios de diálogo que se han tenido que cerrar.