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Del robo de huachicol al de gas

Los delincuentes siempre están a la vanguardia de los delitos. A principios de este sexenio hubo una gran crisis y escasez en las gasolineras. Se dijo que se estaba combatiendo el robo de combustible de los ductos de Pemex.

Poco después se dio la gran explosión en Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo, a raíz de que el ducto de Pemex fue perforado para robar gasolina. En ese accidente murieron 137 personas. A pesar de esta explosión, el negocio del robo de gasolina ha ido en incremento desde el 2018.

Ahora no sólo es la gasolina, el robo de gas también se ha disparado. De la misma forma que se perforan los ductos de gasolina, se están perforando los de gas. Es más difícil realizar este tipo de robos, porque los delincuentes tienen que estar más especializados para poderlo hacer, pero el negocio es tan grande, que los delincuentes incluso han involucrado a ingenieros especializados en el robo de gas.

Al igual que con los ductos de gasolina, para hacer una toma clandestina con los ductos de gas, se necesita que no estén muy llenos, para que no haya mucha presión cuando se perforan.

Alguien que maneja los ductos les informa a los delincuentes cuando es buen momento para extraer el combustible. El gas LP es muy líquido y gaseoso, lo meten en las pipas especiales y éstas son las que llegan a repartir gas a los diferentes hogares.

Son muchos los ductos de gas que atraviesan el territorio nacional. En los principales donde ha habido más robo del combustible, son los que atraviesan los estados de Tabasco, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Estado de México, Ciudad de México, Michoacán, Guanajuato y Jalisco, por lo que ésta es la zona de mayor consumo y disponibilidad del combustible.

Muy similar a donde se ha dado el robo de combustible que es él los ductos que pasan por Veracruz, Hidalgo y Puebla.

En México, cerca de 100 millones de usuarios consumen gas LP en sus hogares. Son muchos más los que consumen gas que drogas, por eso es un negocio extremadamente redituable que el crimen organizado está trabajando.

Y es que el gas es un artículo de primera necesidad, así que los clientes son cautivos. Sin gas, no se puede ni tener agua caliente  o cocinar, es indispensable en la gran mayoría de los hogares mexicanos, al menos que se usen estufas eléctricas, aunque la electricidad sale todavía más costosa.

Pues para surtir los tanques estacionarios, que la mayoría de los mexicanos tenemos en nuestras casas, llegan camiones con pipas, y si usted tiene una empresa seria que le distribuya, está muy bien, pero otras empresas pueden fácilmente venderle gas robado y difícilmente se va a enterar. Y es que este mismo gas muchas veces también es vendido más barato a empresas distribuidoras.

Hace un par de años hicimos un reportaje especial que publiqué en La Razón, sobre la distribución del gas licuado en la Ciudad de México y el Estado de México, y cómo ciertas empresas de gas, que muy probablemente vendían robado, no permitían que ninguna otra repartiera el combustible.

Era una empresa recién creada en el 2019, buscaba hacerse del mercado a la mala y para ello golpeaba a los choferes de otras compañías de gas licuado que intentaban distribuir el producto a sus clientes habítales.

Estos distribuidores de gas robado tenían, o tienen, muy bien armado el negocio.

Cuando ven un camión de gas una empresa tradicional primero les indican a los choferes que salgan sin repartir gas de la zona.

Si no hacen caso, llegan otros choferes en pipas de gas y los cercan para golpearlos y romperles los vidrios a sus camiones.

En ese momento platiqué con varios trabajadores de distintas empresas que han sido golpeados y amenazados. Evidentemente no me dieron sus nombres, estaban atemorizados.

P: ¿Qué es lo que les dicen?

R: Nos dicen que esos son sus clientes de hace años y nosotros sabemos bien que tienen poco de estar en esto del gas. No nos dejan ni conectarnos ni suministrar al cliente.

P: ¿Y cómo operan?

R: Llegan varias pipas y te empiezan a hablar primero, si no haces caso a la primera entonces te golpean. Te amedrentan, diciéndote que no es tu zona, que aquí no puedes vender ni a casas ni a comercios… La última vez llegaron como cuatro pipas y se bajaron, pero ya nada más llegan directo a golpearte y directos sobre la unidad a romper cristales, faros.

El robo de gas es un negocio enorme, muy similar al robo de hidrocarburos, pero Pemex no ubica el robo de gas LP como un fenómeno peculiar dentro de los principales riesgos que se incluyen en sus reportes financieros. Sorprende porque son millones de litros de gas los que están perdiendo.

Marzo pasado, según datos oficiales, se convirtió en el mes en el que se reportaron más tomas clandestinas para la extracción de gas LP, con 390. Pero son muchas más, decenas de tomas de extracción de gas, que ni siquiera son descubiertas.

No sólo es el dinero que se está perdiendo por este robo de gas, el riesgo es que en cualquier momento se pueda dar una explosión y para usted, querido lector, es que unos delincuentes sean los que entren a su casa a surtirle gas.

Por eso es impórtate verificar que compañía le está llevado el gas.