“Vidas de Víctor Hugo y Mitterrand, con coincidencias impresionantes”
Beatriz Rivas subraya que las amantes de los personajes de origen francés jugaron papeles importantes en sus vidas; “si yo los hubiera conocido, también hubiera estado enamoradísima”, expresa
Dos mujeres extraordinarias, amantes de hombres poderosos, quienes estuvieron al lado de ellos. Juliette Drouet, pareja de Víctor Hugo, quien vivió a mediados de 1800 y en épocas contemporáneas; Anne Pingeot, amante de François Mitterrand.
Bien dice el dicho popular que “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”, y estas dos mujeres tienen una vida fascinante que nos cuenta Beatriz Rivas en su nueva novela Voces en la sombra.
BEATRIZ RIVAS (BR): Mira, la novela nace justo en el museo Maison, es la casa de Víctor Hugo en París. Entro al museo y al fondo, en uno de los cuartos, veo un retrato al óleo de 1883 que me cautivó, de una mujer muy mayor con una mirada triste, melancólica, derrotada, dije: “¿Quién será?”, supuse que era la esposa de Víctor Hugo, porque estábamos en su casa y, no, resulta que es Juliette Drouet, y me entero de que fue la amante de Víctor Hugo por cincuenta años. Una amante muy presente porque además fue su secretaria, su copista, fue quien lo salvó y lo logró sacar de Francia cuando se tuvo que exiliar, fue quien lo acompañó 19 años en el exilio.
Al enterarme de esta historia pensé que era una que se tiene que contar, pero en el mismo viaje me encuentro en una librería, dos días después de haber visto este retrato, a otro personaje francés, François Mitterrand, el que fue presidente socialista durante 14 años, y en el libro me encontré a una de sus amantes, tuvo muchas, pero tuvo a una principal, que se llama, porque todavía vive, Anne Pingeot, y se convirtió en su amante desde que ella tenía 18, 19 años, hasta que él muere, mucho tiempo después.
Entonces de pronto dije: “A ver, en el mismo viaje, me llegan de la nada, sin buscarlas, dos mujeres que estuvieron detrás de dos grandes hombres, tengo que escribir sobre estas historias de amor, pero también son historias de una época muy importante, la época de Víctor Hugo y la época de François Mitterrand.
BIBIANA BELSASSO (BB): Y las dos tuvieron amantes muy poderosos, muy fuertes, ellas les ayudaron muchísimo, pero también fueron dos hombres que nunca se quisieron divorciar de las esposas.
BR: Claro, fue terrible para ellas aceptarlo, lo único bueno es que ellos fueron sinceros desde el principio, nunca les prometieron divorciarse y Juliette y Anne lo aceptaron así, cada una por diversas razones.
Entonces, pues sí, y no fue fácil, realmente amaban a sus parejas y hubieran querido estar en el lugar de la esposa y bueno, las dos decidieron llevar las relaciones así.
Para Anne, yo creo que fue un acto de libertad, porque ella venía de una familia de provincia, muy conservadora y muy religiosa, muy burguesa, entonces imagínate el escándalo en ese momento, con sus papás y sus conocidos y la sociedad, lo que se esperaba de una “niña decente” y resulta que se convierte en la amante de un hombre casado y en la madre de una hija bastarda. Para ella sí fue un acto de libertad, decir: “No me importa, esto es lo que quiero”, con todas sus consecuencias.
BB: Anne y Juliette jugaron un papel muy importante porque fueron, de alguna manera, cortesanas modernas, las dos mujeres muy preparadas, muy inteligentes, que pudieron apoyar a sus amantes en un transcurso y en un mundo muy complicado.
BR: Sí, efectivamente, las dos tuvieron papeles importantes, ahora sí que no únicamente en la cama, sino en su vida cotidiana. Anne era curadora de museos y, de hecho, el Museo d’Orsay existe en gran parte gracias a ella, ella estaba en el Louvre y fue una de las grandes impulsoras de este gran museo y estuvo siempre al lado de François Mitterrand, apoyándolo con todo, a pesar de que ella odiaba la política. Ella es una mujer a la que no le gustaba el poder, no le gustaban los reflectores y, sin embargo, ahí estuvo siempre apoyando en lo que podía.
BB: ¿Cómo manejaron estas relaciones?
BR: Había mucho conflicto, Anne trató muchas veces de salirse de esta relación, yo creo que lo mantuvo, ya cuando él acepta tener un hijo o hija con ella, ahí ya estuvo más dispuesta, pero sí, muchas veces le escribió cartas de despedida, había sufrimiento.
Y la pobre de Juliette también, en la novela hay muchas de las cartas que se escribían, muchos intentos de separación, cada vez que se sentía casi ultrajada por Víctor Hugo, porque Víctor Hugo no la dejaba salir sola, ni siquiera le dejaba leer su correspondencia si él no la leía antes, entonces cada vez que se agarraban de la greña, digamos, se iba a casa de su hermana, se iba a ver a su hija a provincia y ahí iba Víctor Hugo por ella.
Son de estas pasiones que cuando las ves de afuera dices: “Híjole, ¿cómo aguantaron los cuatro?, ¿cómo pudieron?”, pero bueno, yo creo que también ganaron mucho.
Se enamoraron porque fueron grandes hombres, tenaces, dispuestos a luchar por sus objetivos, por lo que ellos creían, amantes de la vida, les encantaba dar grandes caminatas en París, la arquitectura, el buen vino, la buena comida, disfrutar la vida, eran muy cultos, buenos lectores, amaban la música, entonces la verdad, es que, si yo los hubiera conocido, si hubiera tenido la oportunidad, hubiera acabado como las dos, enamoradísima de ellos.
BB: ¿En qué coinciden las vidas de Víctor Hugo y François Mitterrand?
BR: En muchas cosas, algunas son impresionantes; un poco ese amor a la vida, grandes lectores, grandes amantes de la música, de la arquitectura.
Mitterrand apoya muchísimo la arquitectura en su gobierno, pero aparte, coinciden en cosas tan esenciales, como que a los dos les gustaba escribir en tinta azul sobre papel azul, del mismo tono, es impresionante esto, pero también en temas tan importantes, como que Víctor Hugo lucha toda su vida contra la pena de muerte y el que suprime la pena de muerte en Francia cuando llega a la Presidencia es Mitterrand. Víctor Hugo lucha también toda su vida por una unión europea, él habla de una Europa unida sin fronteras, con una moneda única, y quien firma el Tratado de Maastricht muchos años después es Mitterrand. Mitterrand quería ser escritor y fue político, en cambio, Víctor Hugo quería ser político y se convierte en escritor, o sea, hay muchas coincidencias entre ambos personajes.
BB: Beatriz, ¿más que una novela, ésta sería una investigación histórica?
BR: No, porque sí hay mucho novelado, hay una gran investigación de fondo, pero hay muchas escenas de los cuatro personajes, cada quien en su época evidentemente, por ejemplo, en la cama, obviamente yo nunca estuve en la cama con ellos, hay muchas conversaciones en restaurantes, caminatas, o sea, todo esto es producto de la imaginación, con dato duro, con mucho que investigué, pero no es una biografía, es una novela, es ficción, pero basada en dos historias que son reales.
Cada cosa que puse, si los pongo a comer trato de ver a qué restaurantes iban y pongo la escena ahí, sé qué platillos les gustaban, pongo los platillos que les gustaban. Realmente estoy reconstruyendo con mi imaginación, basado en la investigación, gran parte de las escenas.