Back

La extorsión en cifras históricas

Tuvieron que pasar cinco años de Gobierno y a menos de 6 meses de las elecciones para que el Presidente Andrés Manuel López Obrador reconociera que hay extorsión en México y que por fin dijera que iban a perseguir a esos delincuentes. Y es que el delito es uno de los que más ha incrementado en los últimos cinco años, y que más afecta a la sociedad.

La gota que derramó el vaso para que se reconociera la magnitud de la vapulación a la sociedad con este delito fue el enfrentamiento ocurrido el pasado viernes en Texcaltitlán, Estado de México.

Cansados de la inseguridad, la falta de vigilancia y las extorsiones de las que eran víctimas por parte de supuestos miembros de la Familia Michoacana, pobladores y campesinos decidieron enfrentarlos, armados y con azadones de palo, lo que desató un enfrentamiento brutal en Texcapilla, fueron asesinadas 14 personas, 10 presuntos criminales y otros cuatro campesinos.

Según la información dada a conocer, estos pobladores habían sido víctimas recurrentes de extorsiones y cobros de piso. El municipio de Texcaltitlán se convirtió en un auténtico campo de batalla, luego de que presuntos pobladores se enfrentaron con criminales pertenecientes a la Familia Michoacana, quienes les exigían pagos por cada metro cuadrado de siembra.

Los primeros reportes indican que los vecinos de Texcaltitlán habían aceptado pagar la cuota por el derecho de piso, se reunieron en unos campos de futbol con los criminales para negociar el cobro de piso, pero los criminales decidieron incrementarles la cuota.

Entre los muertos se identificó a Rigoberto de la Sancha Santillán, apodado El Payaso, líder de una célula de la Familia Michoacana que opera en el Estado de México, y a dos de sus sicarios de mayor confianza.

Para el país es gravísimo que los propios ciudadanos hagan justicia para protegerse, porque el Estado no ha enfrentado de forma eficaz a los delincuentes que se dedican a extorsionar de la manera más impune. Y es muy grave, porque muchos inocentes van a acabar siendo linchados en las poblaciones, porque quien debe de garantizar la seguridad no lo hace.

Pero además la delincuencia y las extorsiones han rebasado a las autoridades, y eso impacta en la economía de todos los ciudadanos, directa e indirectamente.

Un ejemplo claro son las extorsiones a agricultores de Michoacán, donde los productores de aguacate, limón y papaya son obligados a pagar derecho de piso para que los dejen trabajar, de lo contrario hay sanciones, hasta amenazas de muerte.

Limoneros de Apatzingán han denunciado que trabajan bajo los caprichos de los grupos criminales, quienes les imponen horarios y días laborales, eso impacta en el costo de su producción, que se extiende hasta el costo final en el que un ama de casa encuentra más caro el precio del kilo de limón en su mercado, ya que como en todo producto aplica la ley de la oferta y la demanda, es decir, entre menos limón más caro se vuelve el que llega a los mercados.

Incluso, en agosto pasado se incrementó el costo de este cítrico, esto se debió a que productores de los municipios de Apatzingán, Parácuaro, Buenavista, Aguililla, Múgica y Tepalcatepec, que en total producen más de 600 toneladas de limón al año, dejaron de trabajar por las amenazas.

Productores que decidieron guardar el anonimato detallaron que los criminales les incrementaron de 20 centavos a un peso la cuota de extorsión. Sobre estos casos, la fiscalía local reconoció que ninguno de los productores realizó una denuncia formal.

Estos factores ocasionaron que su precio incrementara 58.5 por ciento en el último año, según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.

De enero a julio del 2023 se han presentado 128 denuncias por extorsión, el doble de las 65 que hubo en todo 2022, solamente en Michoacán, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Y hay otro factor muy importante por el cual ha incrementado la extorsión. Para los cárteles de la droga, la incorporación del fentanilo ha dejado a miles de traficantes fuera del negocio, porque a diferencia de la fabricación y distribución de otras drogas, cada día se necesita a menos trabajadores.

En un laboratorio de metanfetaminas se requieren decenas de personas para poderlo operar, con el fentanilo es diferente porque en una simple cocina muy chiquita de cualquier departamento se puede fabricar, simplemente cortando pastillas y mezclándolas. Y como es inoloro, ya no se tiene que esconder en zonas lejanas. ¡Hoy, todos esos delincuentes se están dedicando a la extorsión!

El pasado sábado, durante un recorrido por el municipio de Pungarabato, Guerrero, el Presidente López Obrador reconoció que en ese estado el crimen organizado “tiene fuerte presencia”, agregó: “Hay que cuidar mucho que no haya consumo de droga porque tenemos que combatir el narcotráfico (…) la extorsión, el llamado pago de piso, todo esto lo tenemos que combatir, pero entre todos”.

Pero no sólo es Guerrero, es prácticamente todo el país. A nivel nacional, en lo que va de la administración del Presidente López Obrador, la extorsión aumentó 48 por ciento en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto, y se duplicó respecto a la administración de Felipe Calderón, según cifras de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Por su parte, el SESNSP explica que durante el primer bimestre de este año en el Estado de México, Baja California Sur, Guanajuato, Nuevo León, Aguascalientes, Veracruz y Querétaro se dispararon las extorsiones.

Es una buena noticia que nos digan desde el Ejecutivo federal que van a operar duro contra la extorsión, pero están trabajando ya tarde en ese tema.