La fiesta de los padrotes
En Tenancingo, Tlaxcala, se dan dos grandes fiestas al año, una en marzo y la otra en septiembre, que tienen un fin específico: reunir a los padrotes más influyentes del país. Durante estos festejos, que llegan a durar hasta cuatro días, buscan a nuevas víctimas para explotar y prostituir, así como ampliar entre ellos sus redes, para moverlas a distintas partes.
Ésta es una cara más de la impunidad que existe en la trata de personas. Los padrotes que acuden a esos encuentros se hacen acompañar de mujeres a las que ya tienen dominadas y que se han transformado de víctimas a victimarias. Éstas buscan nuevas niñitas para incorporarlas en la red de tráfico. Las llaman “princesas” y son las encargadas de atender y cuidar a “sus hombres”.
Otras chicas, que llevan menos tiempo en ese ambiente, permanecen encerradas en casas de seguridad con suficiente agua y poca comida, bajo la amenaza de que si intentan escapar, sus familias serán lastimadas.
No sólo las fiestas son el escenario para captar a futuras. Según la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, en los últimos años las bandas de tratantes utilizan las páginas de Internet y las redes sociales como nueva vía de reclutamiento.
Existen más de 250 portales en el mundo que hacen negocio con menores de edad y con mujeres.
Los padrotes de Tenancingo utilizan el portal www.tlaxcala.tlax.com, para comunicarse entre sí y poder reclutar a menores de edad, a fin de mandarlas a todos los estados de la República e introducirlas a Estados Unidos.
Ahí hay varios textos de hombres de Tenancingo que viven en Nueva York y que quieren operar como padrotes. Otros tienen contenido agresivo y algunos más buscan la oportunidad de convertirse en regenteadores de mujeres.
Ahora lo hacen de una manera un poco más discreta. El año pasado era descarada la forma en que estos hombres se comunicaban entre sí, para intercambiarse jovencitas. No en la misma cantidad que en el pasado, pero aún se pueden leer este tipo de mensajes: “que tranza compadres, mi único pecado fue no haber nacido en Tenancingo pero soy la ver… y muévanse por que la cosecha de mujeres nunca se acaba” (sic).
Tlaxcala se ha convertido en el paraíso de la trata de personas. Las autoridades han identificado focos rojos en Chiautempan, Acumanala, Tenancingo, Papalotla, Axocomani-tla, San Pablo Monte, Apizaco Contla, y Zacatelco.
Rosi Orozco, especialista en el tema de trata de personas, quien fue diputada y ahora maneja una fundación para apoyar a víctimas de este delito, asegura que las fiestas se han venido dando desde hace años y que las autoridades apenas ahora las están investigando.
Según la ex diputada, la trata de personas genera ganancias anuales de 32 mil 500 millones de dólares y es el tercer negocio ilícito más redituable después del de las drogas y el tráfico de armas. Lo más grave es que sólo se logra rescatar una de cada 10 víctimas que están en manos de estas organizaciones.
Si las autoridades conocen de estas prácticas y dicen querer combatir la trata de personas, ¿por qué no se han dado una vuelta por estas fiestas?, ¿por qué no realizan algún operativo? Son dos las posibles respuestas: negligencia o corrupción.
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