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Una educación sin evaluación

Este próximo Día del Niño poco hay que festejar para la niñez mexicana. En nuestro país el 90% del alumnado de entre 4 y 14 años en México registra deficiencias en matemáticas y muy baja comprensión de lectura e inglés, según un estudio realizado durante 2023.

En México la matrícula escolar bajó en un millón de niños, y más de seis millones de estudiantes, están matriculados, pero no van a la escuela. Muchos se han incorporado al mundo laboral.

La solución para no tener que dar a conocer estos resultados es que ahora simplemente se quiere evitar que se haga la evaluación de PISA.

La prueba PISA, referente a nivel global, es un estudio que proporciona datos valiosos para identificar áreas de mejoras y desarrollar políticas públicas educativas más efectivas.

El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) lo realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y sirve para medir los conocimientos y capacidades adquiridos por alumnos de 15 y 16 años de 81 países en materias como lectura, ciencias y principalmente matemáticas, pero la del próximo año incluirá por primera vez lenguas extranjeras.

En la prueba Pisa para medir cómo se encuentra el nivel de aprendizaje de los alumnos, por ejemplo, en la del 2022, señaló que México sigue muy por debajo del promedio de la OCDE en las tres áreas de aprendizaje evaluadas (matemáticas, lectura y ciencias), y se ubica en el puesto 57 de 81 países examinados.

Esa prueba la desestimó el Presidente Andrés Manuel López Obrador,  y aseguraba en el 2022, que el retroceso educativo de México en prueba PISA: “Son parámetros del periodo neoliberal”.

Y es que los resultados de la prueba PISA  2022, marcaron un retroceso en Ciencias, Comprensión de Lectura y Matemáticas respecto a 2018.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha intentado justificar los resultados, señalando que son consecuencia de la pandemia de Covid-19, la diferencia es que los resultados académicos en la mayoría de los países que son evaluados, aun con la pandemia, han tenido resultados de evaluaciones muy superiores a las que se tienen en México, aun con pandemia, han logrado trabajar con los estudiantes de manera positiva, cosa que México no ha hecho.

Especialistas en educación tienen una preocupación fundada porque México podría quedar fuera de la prueba PISA 2025, esto se debe a que el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador no renovó la cuota económica para realizar la evaluación.

Con los resultados de esta prueba se puede identificar las debilidades educativas de los alumnos de distintos países y contrarrestarlas. Evidentemente esto no le conviene a los responsables de la educación en nuestro país que estos resultados evidencien lo que han hecho con lo que ellos llaman, “la nueva escuela mexicana”.

La alerta sobre la posibilidad de que México no participe inició en marzo de 2023, cuando el Gobierno federal no acudió a las reuniones que se hicieron para detallar la realización de la prueba, ni pagó los 210 mil euros para financiarla.

La OCDE asegura que México, todavía podría alcanzar a participar en la prueba PISA 2025 si logra realizar, antes de que concluya este año, su “prueba de campo”, la cual es considerada “una parte esencial de los preparativos”, ya que “se tiene que validar con las escuelas que los niños efectivamente estén ahí, que tengan la edad que dicen y que efectivamente estén inscritos en el año escolar”.

Y es que la OCDE dice que hasta el momento nuestro país no ha hecho el examen piloto que se hace a dos mil alumnos al final de cada año escolar para afinar el diseño de las preguntas y poder participar en la Prueba Pisa.

En México, se cambiaron los planes de estudios con lo que llaman “la nueva escuela mexicana”, para el ciclo escolar 2023-2024, en los que incluyeron los nuevos libros de texto gratuitos. Unos libros que hablan más de cómo hacer asambleas que enseñarles matemáticas y lecto escritura a los niños y niñas de primaria.

Lo escribía en estas páginas hace un par de meses, que estos libros que visualmente están muy bonitos, en lo que se enfocan es en el adoctrinamiento para los estudiantes. La reducción de páginas para enseñar matemáticas es notable, la tipografía para un chiquito de primer año de primaria es imposible de entender, por qué aún están empezando a aprender a leer.

Pero además son muchos los errores que se tienen, desde fechas y nombres históricos, hasta dejar fuera el círculo de las figuras geométricas.

Evidentemente estos libros y este sistema no le están dando prioridad a materias tan importantes como la lecto escritura y matemáticas, las cuales se evalúan en la prueba PISA.

Ésta no es la primera vez que el Gobierno de México amenaza con ausentarse de la prueba PISA, en 2021 la actual administración federal decidió no participar, ya que las escuelas seguían cerradas por la pandemia de Covid-19 y tras varias acusaciones, al año siguiente autorizó la participación y el análisis de esa prueba fue entregado en 2023.

En el 2022 se hizo la prueba con los peores resultados para los estudiantes mexicanos desde que se tiene medición. México fue el tercer país peor evaluado en matemáticas y comprensión de lectura de todos los países que integran la OCDE; además obtuvo el puntaje más bajo en ciencias. Tan sólo en matemáticas nuestro país retrocedió a niveles de 2002.

Otros datos que nos deben de tener muy preocupados como sociedad son los que nos da el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), sobre el Módulo Sobre Lectura (MOLEC) 2024.

En el caso de los hombres el interés por leer cayó 16.8%, y en el caso de las mujeres lectoras la reducción fue 12.6%, siendo las personas de entre 45 y 54 años las que registraron la mayor brecha en el porcentaje de población lectora entre 2015-2024. No nos equivoquemos, la realidad por la cual no se quiere hacer la evaluación de PISA, es por los pésimos resultados que seguramente saldrán sobre la educación en México.

La realidad es que las evaluaciones académicas nunca le han gustado a esta administración, bajando el nivel académico, demeritando la meritocracia, lo único que se va a lograr es que cada día se abra más la brecha de la desigualdad, que los estudiantes que puedan acceder a una educación privada, tengan muchas mayores posibilidades de tener un trabajo con una mejor remuneración económica.

Y mientras tanto, los niños y niñas que acuden a una educación pública, lo cual es un derecho que tienen, cada día disminuyan sus capacidades en materias tan importantes como el saber leer, escribir y matemáticas.

Sin evaluaciones, sin prueba PISA, las autoridades pueden evadir la tragedia de la cual son responsables en materia de educación.