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Otra crisis: México sin luz

La salida de operación de una decena de centrales eléctricas y una menor producción de energía en las plantas solares y eólicas estarían detrás del apagón masivo que se registró el martes pasado, según la explicación que ha dado el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).

Y es que el sistema eléctrico en algunos estados del país ha colapsado. Incluso, el pasado 7 de mayo, el sistema interconectado nacional se declaró en estado de emergencia.

Dada la emergencia, el Cenace comenzó a hacer cortes en el suministro para intentar equilibrar la oferta y demanda. El sistema habría sufrido un desequilibrio porque la oferta se mantenía alta —por las últimas olas de calor— y en ese momento habían salido de operación al menos 1.668 megawatts.

Doce entidades del centro y sur de la República, incluida la Ciudad de México, tuvieron falta de energía. Los apagones llegaron a durar poco menos de una hora.

Veracruz fue una de las entidades con más problemas, pues hubo cortes en al menos 100 municipios.

A través de un comunicado, Cenace informó que se trató de una situación “atípica”. Y declaró que a partir de las 17:04 horas entraba en estado de emergencia y que haría lo posible por resolver el problema.

Un segundo reporte indicó que esto se volvió a superar a las 19:00 horas, cuando hubo una segunda mayor demanda de generación de energía, lo que llevó a más ciudades a estar sin luz de forma simultánea. Varios estados reportaron que no tuvieron luz a las 20:00 horas.

Los apagones se dan debido a que no hay márgenes adecuados de reserva y el sistema funciona al límite. Pero, además, se ha hecho todo para no avanzar en las energías limpias y que CFE sea el único proveedor de electricidad del país. Estamos regresando a los setenta en el tema eléctrico.

A esto hay que sumarle que México atraviesa por una segunda ola de calor que comenzó el pasado 3 de mayo y que provoca temperaturas que llegan hasta los 45 grados centígrados, lo que provoca mayor demanda de luz.

Esta demanda se disparó debido al uso de aires acondicionados y sistemas de enfriamiento que se están utilizando ante las altas temperaturas registradas en gran parte del territorio nacional.

Y en tanto, mientras aumenta el clima por el calentamiento global y en México las temperaturas son más altas que el promedio mundial, aquí seguimos apostándole al carbón y a las energías que siguen aumentando el calentamiento global.

Desde el inicio de esta administración hemos vivido apagones de luz que en verdad hacía años que no se daban. La Concamin ha dicho que en los últimos 12 años únicamente se habían decretado estados de alerta a nivel nacional en dos ocasiones: en 2012, cuando se ubicó en 4.7%, y en 2018, cuando llegó a 4.2 por ciento.

El mayor apagón se dio en diciembre de 2020, cuando afectó a cerca de 20 estados de la República Mexicana. La falla afectó a 10.3 millones de usuarios que se quedaron sin luz.

Por este apagón del 2020 emitieron una conferencia de prensa conjunta. La CFE en ese momento explicó que el problema se debió a un desbalance en el Sistema Interconectado Nacional entre la carga y la generación de energía, lo que ocasionó una pérdida de aproximadamente 7,500 MW.

De 2020 a 2022, se pasó de un consumo neto de energía de 311 mil 604 gigawatts/hora a 333 mil 662 gigawatts/hora, lo que implica un aumento de 7%, según datos de consumos reales de la Secretaría de Energía.

Desde junio de 2023, el Cenace evidenció la situación, pero el Gobierno federal minimizó sus consecuencias y, al ser cuestionado al respecto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que una alerta del operador del sistema eléctrico nacional, el Cenace, implicara algún problema, ya que el suministro de electricidad está garantizado.

Hoy estamos viendo que sí hay un problema para el abasto de energía en México. Paradójicamente, hace unos días, la titular de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, informó que el Gobierno de nuestro país apoya suministrar energía a Guatemala y Belice.

Según datos oficiales, en México hay una capacidad de generación de energía de  alrededor de 90 mil MW, pero no toda está disponible en todo momento, pues hay plantas que dependen de fuentes primarias intermitentes.

Un estado de emergencia operativa quiere decir que la reserva de generación eléctrica está debajo de 3% y el centro puede desconectar a usuarios del servicio eléctrico.

Se supone que la prioridad se les da a los servicios eléctricos estratégicos, como telecomunicaciones, hospitales, aeropuertos, cárceles y oficinas del Gobierno, pero si el sistema de energía colapsa, también estas instancias de primera necesidad se pueden ver afectadas.

Y es que cuando se entra en estado de emergencia, la Cenace debe administrar la demanda de energía eléctrica en diferentes partes del país de modo que empieza a compensar hasta que la demanda empieza a bajar, o entren otras plantas de emergencia para crecer la producción de energía eléctrica.

En estos momentos, México atraviesa por una segunda ola de calor que comenzó el pasado 3 de mayo y que provoca temperaturas que llegan hasta los 45 grados centígrados, lo que provoca mayor demanda de luz. Esta demanda se disparó debido al uso de aires acondicionados y sistemas de enfriamiento que se están utilizando ante las altas temperaturas registradas en gran parte del territorio nacional.

De 2020 a 2022 se pasó de un consumo neto de energía que implica un aumento de 7%, según datos de consumos reales de la Secretaría de Energía, y es que la propia dependencia, a través de sus redes sociales, ha indicado que este tipo de situaciones no implicaba riesgos, pero ¿acaso los apagones masivos no son un riesgo?

Si en meses pasados se ha tenido un serio problema con el abasto de agua, ahora lo estamos teniendo por apagones masivos.

Nuestro México está en riesgo de tener poca agua y luz. Mientras tanto, al Gobierno federal esto parece no preocuparlo demasiado. Desde ahí se minimiza el problema.