“Menotti para mí es un antes y un después en el futbol mexicano”
César Luis Menotti, el técnico que llevó a Argentina a conseguir el primer Campeonato Mundial de Futbol en 1978 murió el pasado domingo a los 85 años en Buenos Aires.
Menotti se desempeñaba en los últimos años como director de selecciones de la Asociación del Futbol Argentino (AFA), tras haber tenido una muy exitosa carrera como jugador y como técnico.
Menotti fue un mentor para Luis García, hoy muy reconocido comentarista de deportes, y exjugador, quien hoy nos cuenta de esta leyenda del futbol, quien formó y dirigió a grandes futbolistas.
LUIS GARCÍA (LG): Hay personas, autoridades y líderes que nos llegan en ciertas etapas de la vida, que nos marcan más que otros. Yo conocí a César Luis Menotti cuando tenía cerca de 21-22 años, estaba estableciéndome con el equipo con el que había estado ya 4 años en primera división, pero no lograba establecerme como un titular. Llegó César y me vio, me llamó a la Selección Nacional, este hombre que había sido campeón del mundo, estuvo contra una dictadura muy importante en Argentina, y era este hombre de la ideología de libertad y de aventura y que te permitía cometer locuras y te obligaba, digamos, a tomar riesgos. En el futbol mexicano éramos estructurados y cuidadosos y llegó un tipo con un bagaje intelectual, de diálogo, de palabras, muy preparado, y empezó a taladrarnos, digamos, el cerebro y el corazón, diciendo: “Pues vamos a jugar mejor y vamos a tomar aventura, no importa que juguemos contra Alemania o contra Brasil, podemos competir, y juguemos de esta manera”. Menotti para mí es un antes y un después en el futbol mexicano. Es cierto que el futbol mexicano está viviendo un momento gris y oscuro, pero lo que hizo Menotti fue un parteaguas puntualmente a principios de los 90. Al futbol mexicano no lo conocía nadie a nivel mundial, y llegó a dirigirnos Menotti, campeón del mundo, jugamos contra España en España, y contra Alemania en Alemania y empezamos a hacer una serie de giras, una serie de partidos internacionales, con rivales muy importantes, no porque la Selección Mexicana fuéramos más o menos competentes, pero no teníamos tanto roce internacional.
Bibiana Belsasso (BB): Se cuenta que había un chavo que se sentía muy chiquito y flaquito para jugar contra jugadores más robustos y Menotti le dijo: “¿Qué te puede dar miedo si tú vienes de una villa miseria, no te ha pasado nada. Tú eres mucho más fuerte que él”. ¿A quién se refería?
LG: Esa anécdota tiene que ver con Argentina, cuando enfrentan a Alemania y uno de los jugadores argentinos que venía de un barrio muy pobre le dice: “¿Cómo vamos a ganarle a esos alemanes que miden más de dos metros, son güeros, tienen el ojo claro, están altísimos y están fortísimos?”, y le contesta César Luis, en un ejercicio puntualmente, y lo más simpático es que se lo dice cuando están en este pasillo para salir a la cancha: “Ustedes trabajan 14 horas, mantienen a 5 hijos, aparte de jugar futbol usted es un tipo que trabaja 8 horas construyendo casas, a mí no me diga que estos alemanes son fuertes porque si un alemán hace lo que usted hace, se muere al tercer día”. Corte a: gana Argentina. Eso era lo que te decía, eso lo hizo con Argentina, y eso mismo lo hacía con los mexicanos.
BB: Contigo, ¿qué anécdota tienes?
LG: Lo que más me sorprendía, porque él tenía un vínculo muy importante con el vino, y nosotros, en el futbol mexicano, el tema del alcohol en ese entonces era tabú y era de asustarse. Entonces, César Luis, que era muy alto, era un hombre que rozaba los dos metros, impresionaba desde su físico, su ideología, de manera y de trato, empezó a pasar por la concentración a decir que quién quería vino, y nosotros como: “Nos está ofreciendo vino, eso es como prohibido, es una locura”. Fui uno de los primeros que dijo: “Bueno, sírvame”, le hablábamos de usted y él nos hablaba de usted. Deportivamente él me dijo, hablando de un movimiento que yo salía a recibir de espalda a la portería: “Usted es chiquitito. A usted un día lo va a agarrar un paraguayo, un uruguayo, un mismo argentino y lo va a partir por la mitad; empiece a moverse de esta manera porque si no, lo van a regresar fracturado de todos los huesos en la jugada 2”. Para mí, fue como un padre, en ese sentido, yo tenía 21, 22 años, estaba muy chavo, había futbolistas de 30-35 que se vinculaban con él desde un lugar más maduro, más agradable, mucho más al mismo nivel y pues yo era un niño imberbe que me encontré a un padre ideológico fascinante.
BB: Un hombre muy culto que buscaba que sus jugadores tuvieran cultura general.
LG: Sí, te permitía pensar, te obligaba a pensar, te obligaba a expresarte, te obligaba a debatir ideas, te obligaba a opinar. El futbol mexicano ha cambiado, pero el futbolista era sumiso, era nada más un tipo que acataba órdenes, indicaciones, y él decía: “Este tipo de jugadores a mí no me interesa, yo creo en una persona que platica, que debate y que está inconforme y que no le gusta o que dice qué le gusta”. Te obligaba a hablar y a pensar y a discutir, cosa que, insisto, en esa época, te hablo de principios de los 90, el futbolista mexicano decía: “Éste es un extraterrestre, ¿de qué nos está hablando?”, nosotros estamos acostumbrados a seguir órdenes. Lo hizo constantemente, tuvimos la fortuna de estar dos años y luego cambió la dirigencia mexicana, y él, en su lugar totalmente de lealtad, dijo: “A mí me trajeron tales directivos”, cambió la directiva y él se fue. Siempre actuó con claridad y lealtad e integridad.
BB: Seguiste en contacto con él a lo largo de los años.
LG: Después de haber jugado, muchos años después me lo reencuentro en Azteca Deportes y me toca un par de veces ir a las Copas del Mundo, en 2002 y en 2006, estaba sentado en la misma mesa, que me parece ahora un insulto que yo pudiera estar en la misma mesa que este grandísimo prócer y grandísimo hombre. La anécdota que tiene que ver, es que a mí me dan la final, José Ramón Fernández me pone en la final de 2002, que es España contra Brasil, y a mí me cuesta mucho trabajo, era mi primera, digamos, transmisión a un alto nivel, en la final de una Copa Mundial, yo tenía un año y medio más o menos como analista deportivo. Terminó la transmisión y cuando regreso al foro, me llama hacia un costado y me dice: “Lo quiero felicitar porque usted hizo un gran análisis del partido de esta final, lo explicó perfectamente por qué Brasil fue mejor que Alemania”, y a mí me dio mucho gusto, me sentía yo Jesucristo porque Menotti me había dicho que yo había analizado más o menos bien un partido. Después de ser jugador tuve la fortuna de estar conviviendo con él desde un lugar mucho más cercano, digamos, sentados en la misma mesa de un foro, o sea, de Azteca Deportes.
BB: Alguna frase con la que te quedas de César Luis Menotti.
LG: Él siempre nos decía: “Hay que aventurarnos y hay que buscar caminos diferentes y hay que ser transgresores y no podemos ser estos hombres o estas mujeres que nos digan que no reflexionemos o no lo discutamos. Hay que aventurarse en la vida y en el juego y en lo que uno hace”, yo me quedo con esa parte. Para mí, ésa es la palabra que lo define puntualmente en muchas circunstancias a César Luis.