La política como acto de fe
La forma en la que ganó Morena, sobre todo el amplísimo margen que obtuvo Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales, demuestra que vivimos en un país, donde a pesar de todo, mucha gente apoya a López Obrador.
Hay que entender de fondo como ha venido trabajando Morena y lo ha hecho de una forma muy exitosa.
Apenas una semana antes de los comicios electorales, el Presidente había pedido un referéndum a su mandato y que votaran por Claudia Sheinbaum y se lo cumplieron. Para muchos mexicanos creer en algo es muy importante y López Obrador ha trabajado para que crean en él.
No es un tema de datos duros, o de hechos reales, la aceptación que vimos en los comicios pasados se dio porque la gente no cuestiona, cree.
López Obrador ha tenido una habilidad enorme, para convertir su discurso en un tema de fe, para muchos mexicanos. Y ahora además reparte apoyos sociales.
La fe tiene un significado más allá de lo religioso y ha sido usado para conquistar tierras como ocurrió con Cristóbal Colón y su llegada a América en 1492 y Hernán Cortés a tierras mexicanas en 1521.
Cuando se habla de una Cuarta Transformación, el discurso que se ha manejado en los últimos años no es muy distinto al que tuvo por ejemplo Miguel Hidalgo, considerado el Padre de la Patria, quien levantó a las masas con un tema de fe.
El cura Hidalgo trabajó muy bien su discurso con la clase obrera y campesina. Les ofreció mayor igualdad, les aseguró que eran unos oprimidos y la gente salió a las calles con lo que tenían, algunos con armas, machetes o palos, pero muchos otros simplemente con una estampa de la Virgen de Guadalupe, un “detente”, que les hacía sentir protección.
La historia muestra que, aunque hubiera masacres que fueron terribles, la gente seguía teniendo fe en el cura Miguel Hidalgo.
Muchos quedamos incrédulos, cuando en la pandemia, el Presidente López Obrador aseguró que con un “detente”, la gente se podía proteger del Covid. Pero el discurso funciona.
Tampoco es casualidad que las siglas del Movimiento Regeneración Nacional sean Morena. Es clara referencia a la Virgen de Guadalupe o como coloquialmente se le conoce: La morenita del Tepeyac; que cada 12 de diciembre reúne en La Villa a millones de mexicanos de todo el país.
Como decía, esta idea tampoco es nueva; al cura Miguel Hidalgo le resultó muy útil usar la imagen de la Virgen de Guadalupe para que en el año 1810 todos los mexicanos oprimidos lo siguieran en la lucha por la Independencia.
La imagen de la morenita del Tepeyac no únicamente se usó en la Independencia, también la enarbolaron en 1910 el Ejército Zapatista durante la Revolución Mexicana y también durante la llamada Guerra Cristera.
La realidad es que la carga religiosa en los discursos de López Obrador no se remonta a esas primeras elecciones presidenciales en las que participó, sino a sus acciones de1991, cuando usó un nombre bíblico para la marcha denominada “éxodo por la democracia”.
En ese año, él era el presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en su natal Tabasco y realizó la movilización a pie, desde ese estado hacia la Ciudad de México como una forma de protesta, acusando que hubo irregularidades en la elección por la gubernatura, la cual ganó el priista Roberto Madrazo Pintado.
Fueron 51 días en las que López Obrador condujo a decenas de personas por un recorrido que incluyeron los estados de Veracruz, Puebla, Tlaxcala y Estado de México. En ese momento las caras visibles fueron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Heberto Castillo, pero la realidad es que eran cientos de mujeres y hombres que acompañaron a AMLO.
El “éxodo por la democracia” sacó del anonimato a López Obrador, quien, pese a sus inicios en el PRI, pronto decidió cambiar de partido al PRD donde llevó es mismo discurso religioso que lo caracterizó.
A lo largo de su historia política, AMLO ha organizado y participado en muchas marchas y dándoles un significado mucho más profundo. Por ejemplo, las referencias religiosas en el 2005, en la llamada “Marcha del Silencio”, en la que se estima participaron más de un millón de personas. Este movimiento que se hizo durante el proceso de desafuero que vivió cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
En la religión cristiana, durante la Semana Santa, se realiza la Procesión del Silencio en la noche del Viernes Santo, fecha que coincide con la muerte de Jesús en la cruz.
La Procesión del Silencio normalmente se realiza en la noche y es iluminada por la tenue luz de velas y faroles. En nuestro país ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial en múltiples estados como San Luis Potosí, Puebla y Zacatecas.
Aunque el nombre no fue creado por AMLO, la primera Marcha del Silencio la realizaron estudiantes en septiembre de 1968 para demostrarle al gobierno que no eran los “Revoltosos, violentos, traidores y comunistas” que consideraba y que podían realizar una pacífica muestra de descontento social.
La fe ha sido una herramienta constante en los discursos y acciones de quien en cuatro meses dejará la Presidencia de la República, pero ha dejado ese legado para permitir allanar el camino a su sucesora Claudia Sheinbaum, quien se convertirá en la primera mujer presidenta de México.
El mensaje que envió el Presidente López Obrador a su sucesora es en el mismo tono:
“Aunque pienso igual que tú sobre que el poder es la humildad, la verdad, la verdad, estoy muy orgulloso. Tú eres lo mejor que le ha pasado al país en estos tiempos. No cabe duda que México y su pueblo están benditos”.
En México más de 70% de la población es católica, esto representa casi 90 millones de personas.
De verdad este discurso, es una genialidad porque además como dicen en México, se puede reducir el número de creyentes católicos, pero casi todos son guadalupanos.