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EU exterminará cárteles mexicanos

Estados Unidos quiere ir un paso más allá de catalogar a los cárteles de la droga como terroristas: ahora busca eliminarlos. Sin duda, las organizaciones criminales mexicanas son su principal objetivo, ya que somos vecinos y argumentan que la seguridad en su país está en riesgo por estos traficantes.

Hace un par de semanas, en Estados Unidos, la cadena Fox News —afín al presidente Trump— reportó que una patrulla fronteriza había sido baleada por miembros de un cártel en Frontón, Texas, zona limítrofe con Tamaulipas.

La noticia indicaba que los criminales supuestamente dispararon desde la orilla mexicana del río contra la Border Patrol.

Esta información no se confirmó, pero es la línea de comunicación que se está manejando en Estados Unidos, donde Trump ha sembrado en sus seguidores la idea de que su país está bajo ataque y debe defenderlo. Un discurso que le ha funcionado muy bien, junto con el de la migración.

Lo cierto es que, en temas migratorios, no ha habido más deportaciones de migrantes a México que las que ya se venían dando en años pasados. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses están tratando de mostrarse lo más duros y amenazantes posible.

El pasado 5 de febrero, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, publicó un memorándum dirigido a todos sus empleados en el que anunciaba una serie de medidas para la “total eliminación de los cárteles y organizaciones criminales transnacionales” en la lucha contra las drogas.

Bajo el argumento de proteger su “soberanía”, el documento señala que se deben redirigir recursos para perseguir a liderazgos y miembros de mediano rango dentro de las organizaciones, implementar la pena capital contra los criminales e incluso proponer una serie de reformas en el Congreso.

Esto es precisamente lo que ha venido diciendo el presidente Donald Trump desde su campaña. De hecho, el mismo día que tomó posesión, firmó una orden ejecutiva en la que declaraba como terroristas a los integrantes de los cárteles mexicanos de la droga.

Con esta orden ejecutiva aprobada por los estados donde tiene mayoría, Estados Unidos puede ir tras los cárteles de la droga que considere un “peligro para su país”, aunque éstos operen en territorio mexicano.

En el memorándum de la fiscal Bondi, el tono es aún más agresivo contra los cárteles mexicanos, justificando posibles o futuras acciones militares en territorio nacional.

Bajo esta lógica y sin necesidad de una investigación jurídica previa, Estados Unidos podría retener a cualquier persona asegurando que es parte de un cártel de la droga.

Ya ha sucedido en otros países que han considerado zonas de guerra, como Irak y Afganistán.

El gobierno estadounidense busca un mecanismo para no depender de acuerdos con el Gobierno de México y poder actuar directamente contra los cárteles sin ningún obstáculo. Pero también busca demostrar su fuerza.

Hace unos días, un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevoló aguas internacionales, pero muy cerca del territorio mexicano. Aunque no viola las leyes internacionales, al estar tan cerca de aguas mexicanas, el mensaje es evidente. No es la primera vez que desde Estados Unidos se plantea atacar directamente a los cárteles de la droga. Mark Esper, quien fue secretario de Defensa durante el primer mandato de Donald Trump, reveló en su libro de memorias, publicado en 2022, que el entonces presidente le consultó sobre la posibilidad de bombardear laboratorios clandestinos de drogas en territorio mexicano.

En su primer mandato, Trump tenía un equipo que le decía que eso no era posible. Hoy, las cosas han cambiado. Trump ya no tiene oportunidad de reelección, por lo que no necesita cuidar demasiado las formas ni tiene a alguien que lo limite.

Desde el año pasado, se veía venir la feroz política de Washington contra los cárteles mexicanos. Cabe recordar que, en sus últimos días como embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar aseguró que la estrategia de “abrazos y no balazos” había fracasado y que México enfrentaba un problema de violencia e inseguridad “muy grande”.

En medio de las controversias por la imposición de aranceles de Estados Unidos y la intención de la Fiscalía de ese país de erradicar grupos criminales, el viernes 7 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió a la fiscal Pam Bondi: “Empiecen por su país. Nosotros, claro que vamos a coordinarnos, a colaborar, pero, como lo dije el 5 de febrero, nunca subordinación ni injerencia, sólo coordinación”.

Al día siguiente, hubo otra respuesta. Durante una gira por Michoacán, la Presidenta afirmó: “México es un país libre, soberano e independiente. Y las y los mexicanos siempre estamos para defender nuestra patria”.

Es un hecho que el Departamento de Justicia estadounidense tiene como principales objetivos al Cártel Jalisco Nueva Generación, a las distintas fracciones del Cártel de Sinaloa —actualmente dividido en dos— y al Cártel del Tren de Aragua. Este último, aunque conformado en su mayoría por venezolanos, opera en México.

Faltan menos de tres semanas para que se cumpla el acuerdo con Trump sobre el control de la seguridad, los golpes contra los grupos delincuenciales, la migración y el respeto a los acuerdos comerciales. México, por su parte, ha pedido que EU controle el tráfico de armas.

Las fuerzas de seguridad mexicanas han trabajado de manera efectiva en el control de las fronteras, tanto en la colindante con Guatemala como en la que divide nuestro país con Estados Unidos. En menos de tres semanas, se definirá si Estados Unidos impone un arancel del 25 por ciento a productos provenientes de México.

Pero la tensión entre ambos países no termina aquí. Quedan cuatro años todavía por delante que, sin duda, serán complicados en las relaciones bilaterales.