
“Con los drones puedo mostrar aspectos poco vistos de la CDMX”
El fotógrafo mexicano Santiago Arau, nos permite, a través de su lente, conocer espacios y perspectivas que muchas veces no podemos ver a simple vista. Se ha especializado en fotografía aérea, particularmente con drones. Hoy platicamos con él sobre su trabajo y amor a México.
Bibiana Belsasso (BB): ¿Por qué empiezas a hacer imágenes, sobre todo de la Ciudad de México, con drones?
SA: La Ciudad de México es una ciudad surrealista y desde el aire se puede apreciar, está rodeada de volcanes, está rodeada de población, de bosques, de desiertos, de lagos. Desde niño siempre me apasionaba la Ciudad de México y con la llegada de los drones pude realizar mi trabajo y puse perspectivas que eran poco conocidas hasta hace poco tiempo.
BB: A través de tu trabajo has mostrado cómo ha cambiado la Ciudad de México.
SA: Pues los habitantes de Ciudad de México siempre nos cuentan la misma historia, que la Ciudad de México fue construida sobre un lago y fueron cinco lagos, el lago de Xaltocan, el lago de Zumpango, el lago de Texcoco, el lago de Chalco y el lago de Xochimilco, uno crece con esta idea un poco romántica de los lagos, pero nunca están esos lagos a la vista. Entonces, de pronto, haciendo una investigación, me pregunto cómo y en dónde están esos lagos y por qué todo mundo los menciona y en qué estado se encuentran, y entonces, gracias a los drones, de pronto, ir a Texcoco, ir a Zumpango, ir a Xochimilco, o Chalco y ver las condiciones en las que se encuentran y también poderlos comparar con mapas o imágenes antiguas y ver el cambio que ha sufrido esta ciudad a lo largo de la historia.
BB: Te gusta fotografiar territorios inexplorados.
SA: Me encanta fotografiar territorios más que inexplorados, poco conocidos. De pronto estos territorios en la Ciudad de México, que están en Iztapalapa, te puedo decir que ahí hay 15 o más volcanes, de pronto es una idea que parece hasta surrealista. Casi todas las montañas de la Ciudad de México, vistas desde arriba, tienen un cráter, entonces, de pronto, en Ciudad de México y en Iztapalapa encontrar y pensar en volcanes como el Peñón Viejo, el Tetlalmanche, el Volcán Xaltepec, el Volcán de las Tres Cruces y todos estos volcanes, que de pronto parecen perdidos, hay un caso en especial, por ejemplo, en Iztapalapa, que hay montañas que han sido borradas por el hombre, por la ciudad y digo yo, te lo vuelvo a repetir, la Ciudad de México es una ciudad tan surrealista que han desaparecido montañas, y los seres humanos no nos damos cuenta porque vivimos ensimismados en una capa y no conocemos nuestro entorno. Hay una fotografía, tomada en 1930, más o menos, de la cima del Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, viendo hacia la Sierra de Santa Catarina, y la misma fotografía tomada con un dron desde el mismo lugar, el año pasado, en 2024, ahí se ve el hueco, entonces esto habla de una pérdida de identidad y una pérdida de territorio que los seres humanos estamos viviendo en nuestra época.
BB: ¿Qué es lo que te ha llamado más la atención en estos últimos años de trabajo?
SA: Pues tengo una fascinación por las montañas del Valle de México, es mi próximo proyecto, trabajaré en los ríos y montañas de México mirados desde arriba. Observar la ciudad desde arriba de un edificio y ver una montaña de lado no nos permite ver los cráteres. Viene a mi mente el volcán Xico, que está en Chalco, que desde el aire parece como si un meteorito hubiera chocado contra la Tierra, es un círculo perfecto y que desde abajo no nos imaginamos lo que hay arriba. En el interior del cráter hay campos de cultivo de siembra de maíz, así de surrealista es esta ciudad. Muchos autores que dicen que México significa ‘el ombligo del mundo’, el ‘ombligo de la Luna’, pues con el dron desde arriba me hace mucho sentido esto del ombligo perfecto, que parece lo que te digo, el impacto de un meteorito gigante a la mitad del Valle de Chalco, pero que en realidad es un volcán y que hizo erupción hace miles de años y que dio forma a la cuenca que hizo que los lagos de Chalco y Xochimilco emergieran del suelo.
BB: Platícame del cambio con la fotografía digital.
SA: Vivimos una época de caos de información donde todo el tiempo estamos generando imágenes, contenido, texto, de todo; diario estamos creando los seres humanos información e información y de pronto me doy cuenta de que puede ser muy abrumante, puede generar ansiedad. Una de las cosas más complicadas en 2025 es ejecutar proyectos, porque tenemos tanta información, estamos haciendo tantas cosas a la vez, que es muy difícil en realidad ejecutar un proyecto a largo plazo, y ya no digo de un año, seis meses, estoy hablando yo de un proyecto de seis o siete años, o sea, uno de mis proyectos o mi último libro está inspirado en el libro de Cómo nace y crece un volcán, del doctor Atl, al principio hay una frase que dice: “El doctor Atl pasó pintando el volcán Paricutín durante siete años para lograr esta publicación”. Entonces, una de las teorías que tengo es desacelerar un poco y empezar a tomar fotografías de una manera más natural, utilizando de nuevo película de 35 milímetros o haciendo proyectos, mapas, libros, exposiciones, que eso hace que la fotografía y la intensidad cobren sentido.
BB: Haber llegado a Bellas Artes no fue algo espontáneo, ¿cómo fue?
SA: Llegar a Bellas Artes sucedió hace un año, lo veo como un sueño. Jamás me imaginé que iba a hacer una exposición individual en ese recinto. La exposición, un proyecto que se llama “Patrimonio”, que habla a través de fotografías contemporáneas de toda la herencia y el patrimonio que tenemos en la Ciudad de México.
BB: También acabas de hacer un proyecto muy especial sobre los campos agaveros en Jalisco.
SA: El año pasado estuve unas semanas haciendo un proyecto para Loco Tequila, de los campos agaveros, que es un patrimonio de la humanidad. Estuve en la comunidad del Arenal, vi desde su formación geológica con el volcán de Tequila, pasando por el pasado mesoamericano con las pirámides de los guachimontones, con el presente agavero y con la tragedia ambiental que está sucediendo en el valle por el calentamiento global y la falta de agua.
BB: ¿Por qué trabajar con drones?
SA: Pues los drones son un elemento tecnológico que es muy dócil usar en este momento, muy dócil, digo yo, porque se conecta con satélites, muy fácil de manejar. Y puedo ver con un control remoto lo que está sucediendo y puedo controlar la cámara con este control remoto, la exposición, la velocidad, el diafragma, la apertura, el balance de blancos y la técnica fotográfica. Entonces, los drones hacen eso, los drones, digo yo, es algo muy cómodo, porque estás sentado desde una azotea, desde una montaña, mueves la cámara para mostrar una perspectiva distinta.
BB: ¿Qué viene para Santiago Arau?
SA: Quiero hacer una carta orográfica de la Ciudad de México en la que, a partir de mapas y fotografías, pueda mostrar la cuenca y las montañas en la cuenca, básicamente. Instagram: @santiago_arau, ahí voy publicando las visitas y las caminatas, las clases de fotografía y mi trabajo.