
La escuela del terror
Jóvenes en búsqueda de una oportunidad eran engañados para llegar hasta este lugar. Se les prometía un buen sueldo y una oportunidad laboral. Muchos pensaban que encontrarían una oportunidad de vida. En realidad, llegaban a un campo de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Es en la comunidad de La Estanzuela, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, donde se descubrió este sitio, donde decenas de jóvenes fueron torturados y encontraron la muerte.
Al llegar, se les obligaba a quemar cadáveres para deshacerse de los cuerpos que habían matado en esa organización criminal. La forma de hacerlo era sumamente violenta; primero les hacían desmembrar los cuerpos antes de incinerarlos o enterrarlos. Y luego les daban adiestramiento para utilizar armas de grueso calibre.
Desde hace más de seis meses, y sin que las autoridades lo hubieran dado a conocer, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco hizo un llamado, a través de su página de Facebook, para que los jóvenes no cayeran en el engaño de la gente del CJNG para reclutarlos.
“Por favor, no caigan en los engaños de la delincuencia organizada, que les ofrece ‘trabajo’ con la promesa de ganar mucho dinero sin importar si tienen o no experiencia laboral”.
En su mensaje se lee: “¡Atención, esto es para ustedes, jóvenes! Que crees en los anuncios que ves en Internet que te ofrecen un pago de 4 mil, 5 mil pesos a la semana sin saber hacer nada y los que realmente saben que van de reclutados. La idea es crear conciencia, mas no conflicto. No es verdad todo lo que te dicen, no es verdad todo lo que te prometen; al llegar a ese lugar te quitan todas tus pertenencias, ilusiones y le perteneces prácticamente a ellos; ellos deciden si vives”.
El colectivo se encargó de identificar a algunos de los posibles jóvenes que podrían estar en este lugar; incluso se encontró una credencial de elector y una joven que al parecer era buscada en Guanajuato.
Este mismo colectivo de Guerreros Buscadores entregó varias fotografías para poder hacer la investigación. Un joven sobreviviente narró todo lo que ocurría en esta “escuela del terror”.
Contó que había una zona de reclutamiento, otra zona que servía de dormitorios, que en realidad era una bodega que no contaba con camas, sólo una plancha de cemento.
También había baños, pero éstos sólo los podían utilizar los líderes de la organización criminal. Había una zona para entrenamiento y otra donde se desaparecían los cadáveres.
Y es que desde septiembre de 2024 se habían hecho denuncias de lo que ocurría en este predio, pero fue hasta esta primera semana de marzo que acudieron las autoridades locales.
Mientras el colectivo denunciaba hace meses lo que ocurría en ese lugar, las autoridades solamente detuvieron a 10 hombres acusados de portación de armas de grueso calibre, y dijeron que sólo habían encontrado el cuerpo de una persona. Incluso, la fiscalía del estado, en ese momento, indicó que no había más rastros de que el lugar fuera utilizado por criminales.
Pasaron 6 meses y, el 5 de marzo pasado, el colectivo regresó y pudo ingresar tras la denuncia anónima. Hoy indican que el inmueble no tenía sellos, no estaba clausurado y la puerta estaba abierta. Una de las buscadoras era una madre que dice identificó que su hijo estuvo en ese lugar por la ropa que encontró. Y es que en el predio había cientos de prendas de vestir.
Estamos hablando de que este campo de exterminio era en un lote baldío, apartado de la urbanización. A este predio se le conoce hoy como el “rancho del terror”; mide 50 metros de ancho por 200 de fondo, en una comunidad con poco más de 2 mil 200 habitantes, a 59 kilómetros de distancia de Guadalajara y a 7.5 km del centro de Teuchitlán.
Ahí, el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco encontró cerca de 400 pares de zapatos, ropa de mujer y de hombre, mochilas, carteras y demás prendas, todo apilado en un extremo del lugar, mientras que en otra parte había señalamientos viales que tenían impactos de bala, un altar a la Santa Muerte, cargadores de armas y tres crematorios con restos óseos que aún son analizados.
Apenas esta semana se dio una orden de cateo. Personal de la Fiscalía Estatal de Jalisco acudió al rancho, acompañado de peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, miembros de la Fiscalía Especializada en la Búsqueda de Personas y la Policía Municipal de Teuchitlán.
En un recorrido realizado, se verificó que la propiedad está rodeada por campos de caña y se accede a ella a través de diversas brechas. Entre las cosas localizadas había dos listas, una con apodos y otra con nombres de presuntos jefes de plaza.
Las denuncias de lo que ocurría en este predio fueron hechas hace meses. Lo cierto es que éste es un caso de delincuencia organizada, y la Fiscalía General de la República tiene que atraerlo y hacer una investigación a fondo. Sin duda, no es el único campo de exterminio que se tiene en Jalisco, una zona donde el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene presencia.
Datos de la Comisión Nacional de Búsqueda indican que en la entidad hay 15 mil personas no localizadas o desaparecidas. Mientras que, a nivel nacional, nuestro país contabiliza unos 110 mil desaparecidos, la mayoría desde 2006, cuando el Gobierno en turno declaró la guerra al narcotráfico. Sólo en 2024, la cifra ascendió a 13 mil 627 víctimas.
No hay dolor más grande para una familia que tener a un ser querido desaparecido; en este campo de exterminio, se calcula que fueron desaparecidas decenas de personas. No podemos tener un México tan violento y además en donde no se haga justicia.