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“A José José lo oí con bastantes ánimos apenas hace un mes”

EN ENTREVISTA CON…

La voz de José José, una de las más portentosas de los últimos tiempos, sufrió demasiados altibajos. La doctora Rosa Eugenia Chávez, especialista en foniatría, fue quien cuidó del Príncipe de la Canción a lo largo de 30 años. La especialista nunca estuvo de acuerdo en que el cantante fuera trasladado a Miami y asegura que, bajo tratamiento, José José hubiera podido, incluso, recuperar la voz. 

Bibina Belsasso (BB): Cuénteme un poco cómo fue su relación con José.

Rosa Eugenia Chávez (RECH): Él es canalizado conmigo por sus amigos, entre otros, Gualberto Castro, Marco Antonio Muñiz, porque tengo especialidad en voz artística. Llega el maestro José José conmigo; ya había pasado toda esta etapa muy difícil de las adicciones.

Descubrimos un reflujo de ácido en el esófago que quemaba las cuerdas vocales. Fue una etapa donde descubrimos que tenía una hernia hiatal, que es un espacio del diafragma, que estaba demasiado relajado, y eso causaba mucha irritación en las cuerdas vocales.

BB: Entonces, ¿no fue tanto un problema del pulmón, sino una condición de reflujo?

RECH: Junto con la alergia respiratoria que él presentaba, se afectaron los bronquios, más que el pulmón.  Y empieza a complicarse la emisión de la voz, dado que comienza a haber voz temblorosa y rasposa; y eso no nos servía para el canto.

BB: ¿En que años inician estos problemas? 

RECH: Cuando él hace la telenovela Yo soy Betty la fea; pero hace siete años mejoraron considerablemente sus cuerdas vocales, cuando lo  operamos.

Él se estabilizó de la diabetes y los pulmones y, obviamente, ya operada la hernia hiatal, las cuerdas vocales empiezan a trabajar como ya estaban acostumbradas; éstas no estuvieron dañadas, estaban inflamadas, rígidas. No tenían un buen cierre debido a estos problemas.

Cuando él empezó a bajar de peso, lo mandamos al Instituto de Nutrición, junto con otros colegas, para revisar a fondo el por qué.

 

Después nos enteramos del cáncer pancreático. Una vez que él tuvo una nutrición estable, tanto en México, como en Estados Unidos, reiniciamos el programa rehabilitatorio a distancia, porque él ya se había ido a Miami y todavía hace un mes hablamos.  Había muchas expectativas, tanto de él como mías, de reiniciar bien formalmente y recuperar su maravillosa voz.   

BB: ¿Cómo lo escuchaste hace un mes que platicaste con él?

RECH: Hablamos de ciertos aspectos en relación a su voz y él quería ver qué podíamos hacer un poco a distancia para seguir entrenando su voz; yo lo oí con bastantes ánimos, él siempre ha sido una de las personas más luchadoras que yo he conocido, a pesar de las diferentes enfermedades y de las situaciones adictivas; familiares y personales que él vivió; él amaba la vida, amaba el arte, amaba su voz, amaba al público, amaba a sus familias, a todos.

Hace 10 días nos mensajeamos, andaba todo bien, pero fue un mensaje muy corto, y este desenlace realmente me sorprendió mucho, porque una persona, con sus problemas, bien cuidada, bien alimentada, con una estabilidad en su diabetes, pues no tiene grandes repercusiones. Cuando él se fue de México sabíamos de parte de sus doctores en Nutrición que estaba todo muy bien, que estaba todo en orden.

Él sí hubiera podido recuperar más su voz; logró recuperar muchas cosas, porque, repito, sus cuerdas no estaban dañadas; pero él era un paciente con varias enfermedades que, directa o indirectamente, afectaban a su voz.

BB: ¿Los problemas emocionales afectan la voz?

RECH: La voz es un instrumento emocional y para que el artista pueda dar las emociones, necesita  tener estabilidad.

Él y yo platicamos mucho de cómo ir sorteando un poco los problemas humanos, familiares, emocionales que se presentaron a lo largo de su vida.

BB: ¿Qué te decía?

RECH: Cuando estuvo aquí en México, que es a mí lo que me consta, toda su gente estaba atenta a que avanzara muy bien en el tratamiento contra el pequeño cáncer pancreático que padecía.

Él era una persona muy luchadora, pensaba que saldría adelante, pero sí habría necesitado más cuidados.

Él quería más armonía entre todos; poder desarrollar sus planes, porque él podía dar muchos más proyectos musicales, artísticos, y era una gente muy cálida, muy amorosa.

La última etapa que estuvo en México fue muy cuidado también por Laurita, que ha sido una gran amiga, aparte de su mánager, y que me apoyaba a mí con todos los tratamientos.

 

Yo sí hubiera querido que las cosas hubieran sido un poco más estrictas, para que él se lograra recuperar.

“Entonces yo quería más estabilidad y estando aquí, cerca de sus médicos, él podía lograr esa estabilidad respiratoria que tanto le urgía”

BB: ¿Afectó al tratamiento el hecho de que se fuera a Miami?

RECH: Yo le comenté que me hubiera gustado que se quedara en México para el seguimiento, tanto de los médicos oncólogos como en mi caso, de su voz.

A mí nunca me satisfizo Miami porque al ser él alérgico y estar en un lugar donde hay muchísimo aire acondicionado, climas muy cambiantes y muchísimos hongos, pues no era muy benéfico; él había tenido diversas infecciones, tanto de garrapatas, bacterias, parásitos y hongos.

Entonces yo quería más estabilidad y estando aquí, cerca de sus médicos, él podía lograr esa estabilidad respiratoria que tanto le urgía.

BB: Doctora Chávez, tú has tenido en tu consultorio, has escuchado miles y miles de voces; ¿qué me puedes decir de la voz del Príncipe de la Canción, para concluir esta entrevista?

RECH: El Príncipe de la Canción es un cantante internacional maravilloso, de los más grandes del mundo; ¿por qué?, porque su rango de voz, su timbre y sus interpretaciones, junto con su musicalidad, son extraordinarios. Para mí fue una maravilla haberlo podido atender.

Yo creo que todos debemos venerar, independientemente de sus debilidades humanas, a una persona que luchó durante tantos años contra tantas situaciones y enfermedades. Logró dejarnos un legado. Él luchó, ayudó lo que humanamente pudo y la familia, pues a veces ayudaba, a veces no se podía, a veces pensaban que era demasiado exagerado todo, pero la realidad es que él hubiera podido dar más.

 

Y agradezco mucho en lo personal a ustedes esta entrevista para difundir que no es el cáncer el único que mata, sino una serie de complicaciones y las emociones, que a veces no ayudan; debilitan al paciente.