“Al final del día, la realidad es la mejor influencia de las ficciones”
El productor de televisión y escritor Sergio Pérezgrovas está presentando su nuevo libro, Mis Fridas Sufridas.
Una historia de una asesina serial que, por cada víctima, hace un cuadro de la famosa pintora.
SERGIO PÉREZGROVAS (SP): La novela es un pretexto para contar una serie de historias que la realidad nos ha dado y yo las he transformado porque, al final del día, la realidad es la mejor influencia de las ficciones.
La historia empieza en un barco que llegó en 1939, que es el Sinaia, con dos chicas, hermanas, que son gemelas, que están huyendo del franquismo, porque el papá de ellas es antifranquista, las manda a México y llegan a Veracruz.
Sobre esta realidad que existió, la combino con la ficción. Mi personaje se llama Tristán Carnales, que además es un querido hermano, me prestó su nombre, bueno, yo lo modifiqué un poquito, porque Tristán siempre dice: “¿Qué pasó, carnalito?”, entonces yo, cuando estaba escribiendo me equivoqué y puse R y pensé: “Por algo será” y ya le dejé Tristán Carnales.
Tristán Carnales, en uno de sus eventos, porque es un tipo que lo persigue la violencia a todos lados a donde va, mata a un chavo en una redada y este joven tiene una hermana que se llama Cristina.
La historia no está contada linealmente, hay pequeñas viñetas que van entrelazando la historia para que tú, al final, en tu cabeza armes un gran rompecabezas.
Es el segundo libro de la saga, el primero Rompecabezas, ahora es las Fridas Sufridas.
BB: Y, ¿por qué ligar a una Frida Kahlo con esta serie de asesinatos?
SP: Para hablar y reconocer la historia y trabajo de Frida Kahlo.
Frida no pintó mucho en su vida, pintó aproximadamente 150 cuadros, y hoy por hoy es uno de los íconos más representativos de México.
BB: ¿Cómo fue hacer estos 10 capítulos?
SP: Pues mira, no me costó trabajo porque mi mamá era una fanática de Frida Kahlo, y entonces muy seguido, como dice parte del libro Mis Fridas Sufridas, cada que podíamos, íbamos a La Casa Azul de Frida, ubicada en la alcaldía Coyoacán .
Yo creo que ella fue unas ochenta veces y siempre había cosas que nos iba explicando sobre lo que pasaba en la casa…
Hace un par de años, en la pandemia, empecé a leer un libro de Paul Oster y Oster en uno de sus capítulos narra cómo el asesino va a verlo y me pareció gusto y dije: “Yo también quiero utilízame como personaje protagonista de mi historia”.
BB: Pero lo que haces un poco en este libro y que es un poco lo que hace Paul Oster, lo que hace Woody Allen en la película de Match Point, es mostrar como un sólo hecho puede cambiar la historia.
SP: Así es, un hecho puede cambiar la historia, así es la vida.
BB: Sergio Pérezgrovas, ¿por qué leer Mis Fridas Sufridas?
SP: Porque te vas a encontrar con una novela que en su estructura no es tan complicada, aunque cuando lo empiezas a leer no entiendes porque empieza con un capítulo, salta a otro capítulo y luego regresa y al final tiene el sentido.
La obra es como un rompecabezas, cuando tú empiezas a armar el rompecabezas no sabes bien por dónde empezar, aunque hay reglas para armar un rompecabezas, empiezas por las orillas o en el centro, dependiendo de la técnica que utilices, al final tienes un panorama completo del rompecabezas.
No debería asombrarnos en absoluto. Frida Kahlo siempre estuvo tan cerca de la muerte como su obra. Eros y tanatos, sexualidad y muerte, esas fueron las líneas que marcaron su vida desde que sufrió siendo una adolescente aquel accidente en el cual su columna quedó dañada para siempre.
No es extraño que Sergio Pérez Grovas, imagine un asesino serial que cada vez que mata hace un dibujo de Frida. Ella misma pintó sus dolores, su muerte en más de una ocasión, porque siempre supo que vivía un poco de prestado, porque los accidentes brutales, esos que marcan tanto la carne como el espíritu, siempre se conocen como un preludio del fin.
Pero saberse acompañado por la muerte no es, no lo fue por lo menos en el caso de Frida, un sinónimo de amargura o pesimismo.
En su caso fue lo contrario, fue una forma de saber que había que aprovechar todos y cada minuto de la vida. Así vivió, disfrutó, pintó y se expresó libremente, en lo personal, con una sexualidad con pocos tapujos, y en lo artístico, rompiendo moldes y estilo.
Freud consideraba a la sexualidad y a la muerte como los ejes del inconsciente en torno a los cuales se teje la oscura trama de nuestras representaciones mentales. Pérez Grovas juega con ellas, y con Frida, en esta novela, donde morir es una forma de desear.