Bots rusos en la fiesta de la primera ministra
El video de la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, de 36 años, bailando y cantando con amigos, como lo haría cualquier joven de su edad, ha desatado polémica en su país, principalmente entre la oposición.
Era una reunión veraniega, privada, en la que buscaba pasar un rato divertido con gente cercana, como ella misma lo ha expresado, además de ser la líder del país nórdico es una mujer joven, que necesita tener vida además de la política.
Pues resulta que la ultraderecha finlandesa ha rechazado su comportamiento, lo que incluso la obligó a realizarse una prueba toxicológica, decían, para ver si estaba drogada. Por cierto, salió negativa, y demostró que no consume drogas.
Todo esto se da en un contexto donde Sanna Marin ha realizado un trabajo magnífico al frente de su país y ha llamado la atención por ser una mujer muy joven, quien ha sido destacada por su manejo de la pandemia por Covid-19, al tener la tasa de contagios más baja en Europa.
El video, ha dicho, pudo haber sido hackeado del celular de alguno de los asistentes a la fiesta, y se da justo en un momento en que Finlandia y Suecia se encuentran ya oficialmente a un solo paso de entrar en la OTAN, después de que los embajadores de los 30 países de la Alianza Atlántica, hayan firmado recientemente los protocolos de adhesión de ambos Estados.
Se ha hablado de los hackers rusos, quienes buscan desequilibrar a la primera ministra. Recordemos que justo una de las principales razones por las cuales Rusia está invadiendo Ucrania, es porque entraría a la OTAN.
La filtración de videos continúa y ha dividido a su país. Salió un segundo video en el que se le observa bailando con una joven influencer, y han cuestionado a la primera ministra por su situación familiar; ella es casada y tiene un hijo, como si estar casada fuera razón para no tener amigos.
Un tercer ataque no se hizo esperar, y comenzó a circular una foto en la que dos invitadas a su fiesta se dan un beso y aparecen con el torso desnudo, sólo con la bandera de Finlandia, esta última imagen obligó a Marin a ofrecer disculpas a los ciudadanos.
El tema va más allá de una controversia sobre su comportamiento, porque el origen de las filtraciones apuntan a Rusia, país vecino que, desde el año pasado, ha lanzado amenazas contra Finlandia y Suecia por su intención de formar parte de la OTAN.
Además, Sanna Marin ha sido muy crítica con la invasión rusa en Ucrania y ha externado que se deje de consumir el gas de los invasores para no mantener viva esa guerra; estas declaraciones y decisiones de la líder más joven del viejo continente, no han caído bien en el Kremlin.
Finlandia comparte mil 300 kilómetros de frontera con Rusia y tiene muy presente que en el pasado lo invadió y arrebató territorios. Desde la Segunda Guerra Mundial, ambos países cohabitan en relativa calma, gracias a la neutralidad que adoptó Finlandia para asegurarse la paz.
Expertos sobre política en esa región nórdica aseguran que lo ocurrido con la primera ministra Sanna Marin es un “troleo” organizado por actores locales de ultraderecha; sin embargo, reconocen que detectaron bots rusos (cuentas falsas programadas para compartir información falsa) y activistas prorrusos finlandeses, que ampliaron el debate en redes sociales.
Escándalo en Finlandia
De acuerdo con la cadena de usuarios, que replicaron la filtración, existen cuentas de trols vinculados al partido ultraderechista El poder pertenece al pueblo, una escisión radical de la formación del Partido de los Finlandeses.
Esta fuerza política se caracteriza por su ideología antiinmigrante y sus posturas prorrusas, hasta el punto de que la Embajada de Rusia en Helsinki, envió un representante a su primer congreso en 2021.
El mecanismo de bots contra políticos se ha detectado antes. El año pasado, el presidente ruso, Vladimir Putin, llamó “drogadictos y neonazis” a los miembros del gobierno ucraniano, el día después de lanzar la invasión.
Esto desató una guerra en redes sociales con ayuda de las llamadas granjas de trols, que convencieron a sus bases de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, consumía cocaína, pese a que no hubo pruebas de ello.
Las redes sociales rusas y sus aliados no trabajan solos. De la mano están las dos agencias de noticias, Tass y Ria Novosti, que ayudan a dar seguimiento y a crecer las mentiras emanadas desde el Kremlin.
La intervención de Putin en asuntos de otros países también quedó evidenciada en las elecciones de Estados Unidos de 2016. Según el documento presentado por el FBI, la CIA y la NSA, en ese momento los objetivos de Rusia eran socavar la confianza de los estadounidenses en su sistema electoral y dañar la imagen de Hillary Clinton.
Entre enero de 2015 y agosto de 2017, la red social Facebook detectó conexiones de la empresa rusa Internet Research Agency con 80 mil de sus publicaciones, a través de más de 470 cuentas distintas.
Del mismo modo, se vinculó un total de 50 mil 258 cuentas de Twitter con bots rusos, durante el periodo electoral. Estuvieron detrás de más de 3.8 millones de tuits, en torno al 19% del total de los relacionados con las presidenciales de 2016. Y se estima que 80% tuvieron un comportamiento que favoreció a Donald Trump.
La situación se repitió para las elecciones de 2020. Rusia buscó apoyar de nuevo la candidatura de Trump frente a Joe Biden y el Partido Demócrata, al que percibe como hostil frente a sus intereses. Porque si algo recordaba Vladimir Putin era que en 2014, cuando Joe Biden era vicepresidente de Estados Unidos, tuvo un papel importante en la política de sanciones contra Rusia tras su anexión de Crimea.
El 10 de septiembre de 2020, Microsoft advirtió a responsables de la campaña de Biden, que había hackers rusos que trataban de acceder a los servidores de la agencia de comunicación, utilizada por candidatos demócratas.
Y en 2018, el gobierno de Rusia también interfirió en las elecciones presidenciales de Madagascar.
El gobierno de México ha evitado pronunciarse y mantiene una neutralidad ante la invasión de Rusia a Ucrania. Como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, México basó su posición en cuatro puntos: solución pacífica de conflictos, apoyo a la integridad territorial y soberanía de Ucrania, condena de la invasión rusa y ayuda humanitaria. La pregunta del millón… ¿están los bots rusos trabajando en México?