Back

Cae el telón sobre teatros del IMSS

Son 74 teatros y auditorios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Teatros que se crearon hace años con el objetivo de ofrecer salud integral. Al paso del tiempo, y con las ausencias de presupuestos, estos teatros fueron quedando algunos concesionados a productores independientes y otros más, en el olvido.

Fue durante la segunda mitad del siglo XX cuando el país atravesaba por el periodo conocido como “desarrollo estabilizador” y la política social del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) se regía bajo el concepto de “progreso social”.

Entonces el instituto puso en marcha el Proyecto Integral de Seguridad Social; se edificaron unidades que incluían instalaciones dedicadas a la salud, la capacitación para el trabajo, el deporte, la recreación y la cultura, con el objetivo de incidir en el bienestar social de los trabajadores y sus familias a partir del uso del tiempo libre.

Sin embargo, con el paso del tiempo, gran parte de estos espacios se convirtieron en un elefante blanco. Con el aumento de la población y las necesidades del instituto, las prioridades dejaron de lado estos inmuebles. Y es que, si ponemos en la balanza invertir, por ejemplo, en luces para teatro, o medicinas y equipamiento médico, la respuesta es lógica.

La administración de estos inmuebles ha pasado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), muchas veces ya por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), y por el entonces Consejo Nacional para la Cultura y la Artes (Conaculta), hoy, Secretaría de Cultura.

Ahora, la Secretaría de Cultura pide nuevamente la administración de estos espacios. Muchos que ahora están en manos de particulares y que pagan una renta y parte de la taquilla al Gobierno federal.

Buscan reactivarlos

Para poder manejar un teatro y tener puestas en escena se necesita presupuesto, y mucho. Se le tiene que pagar a los actores, las luces, la limpieza y el mantenimiento, entre otras cosas. Y, sobre todo, invertir en publicidad, para que la gente vaya al teatro.

Existe un fideicomiso, que ahora agrupa a algunos de estos inmuebles para comercializarlos, que generó hace años el modelo de “Productor Preferente”, dándolos en renta a empresarios que pagan una cantidad justa y un porcentaje de la taquilla. Este modelo gobierno-empresa, en toda la historia de estos teatros, es el que más los ha apuntalado como generadores de valor, de tejido social y de seguridad en su entorno.

En un Gobierno que busca ahorrar, que difícilmente va a destinar un presupuesto para operar estos inmuebles porque hay muchas otras prioridades, por ejemplo, para el IMSS, la compra de medicinas, difícilmente se van a poder operar estos teatros.

De acuerdo a información del Fideicomiso de Administración de Teatros y Salas de Espectáculos del Seguro Social, la red suma 38 recintos, entre ellos, el Tepeyac, Legaria, Xola, Independencia, Morelos, Hidalgo y Cuauhtémoc.

Los 38 teatros (más de 70, contando auditorios) de la red del IMSS son operados por el Fideicomiso de Administración de Teatros y Salas de Espectáculos (Fidteatros); sin embargo, un aspecto importante a resaltar es que el instituto no destina recursos a Fidteatros, debido a que operan “con ingresos provenientes de su propio fin”, de acuerdo a su Informe de Rendición de Cuentas de Conclusión de la Administración 2012-2018.

Es decir, estos inmuebles concesionados generan ganancia y no representan gasto.

Platicamos con la empresaria teatral Rebeca Moreno y nos dijo que dentro de este fideicomiso existe una figura que se denomina “Productor Preferente”, la cual permite que “entres” al teatro por una temporada, por un año, por tres meses, dependiendo del contrato, el cual tiene un precio más accesible que si lo rentaras para un solo evento.

La empresaria teatral señala que a través de este contrato se paga renta y, además, un porcentaje de la taquilla; “lo que nosotros hacemos es ‘curar el teatro’, que significa generar la agenda del teatro, es decir, qué obras se van a presentar”. Y esto no es un trabajo sencillo, ya que hay que mantener el inmueble, equiparlo, producir lo que va a escena y lo más difícil: saber cómo hacer que el público venga al recinto y mantener una temporada. Esto es, hacer empresa teatral, arriesgar, generar empleos y producir ganancias y valor agregado.

Sin embargo, este trabajo que han realizado los productores teatrales para mantener funcionales algunos de los escenarios de la red del IMSS puede verse afectado debido a las recientes propuestas de “gente que ha sido servidores públicos en el ámbito cultural, que ya han tenido como parte de la administración federal, estos intelectuales del teatro, porque nunca han sido empresarios”, señala Rebeca Moreno.

 

Son años los que se llevan en esta discusión, de quién debe operar estos espacios. La realidad es que si el Gobierno los empieza a trabajar, esto tendrá un costo. Y si lo hace sin presupuesto, muchas de las obras de teatro que tenemos en cartelera hoy están en riesgo de desaparecer, y con ellas, muchos empleos.